La revisión de las bases y cuotas de cotización que concurrirán en 2026 ya ha sido determinada y conllevará un aumento considerable de las aportaciones, principalmente para las personas con alta remuneración. La nueva referencia complementa la postura del Gobierno de garantizar la viabilidad del sistema público de pensiones como respuesta al progresivo relevo de los nacidos durante el baby boom. La adecuación sigue el calendario de la reforma que entró en vigor durante 2023, que establece los incrementos anuales y otros sistemas orientados a garantizar ingresos suficientes durante las próximas décadas.

Nuevas reglas de cotización

La tabla revisada muestra una progresión del 3,9% de las bases máximas de cotización para el año próximo debido a la interrelación entre la variación IPC y una progresión adicional del 1,2 % anual. De este modo, en el 2026 la base máxima se situará en 5.100 euros mensuales, frente a los 4.909,50 euros de 2025. Esto incrementará el tramo salarial sometido a la cotización y también potenciará los ingresos necesarios para financiar futuras jubilaciones. Los trabajadores con unas retribuciones más elevadas se verán afectadas de forma particular por esta cuestión, ya que una mayor parte de su sueldo estará sometido a la obligación de la cotización.

Calendario progresivo hasta 2050

La regulación del desatino de las bases máximas es una medida que va a integrarse en un marco de plan que se extenderá hasta el 2050. Cada ejercicio va a contar con el incremento del porcentaje que resulte del IPC más el 1,2%, sin hacer excepciones. La previsión es que esta fórmula permita que los ingresos del sistema crezcan con cierta regularidad y con suficiente volumen. El avance escalonado mitiga el impacto, pero permite tener mucha recaudación en el medio plazo y en el largo, coincidiendo con la necesitar de regulación de un volumen creciente de pensiones.

Ajustes en la cotización a través del MEI

El mecanismo de equidad intergeneracional (MEI) va a seguir en su tendencia creciente en el 2026. Este recargo vigente desde 2022, funciona como un complemento al Fondo de Reserva. En el próximo año el MEI se situará en un 0,90% de la base de cotización. La distribución del coste se mantendrá en el actual modelo: las empresas aportarán con un 0,75% y los trabajadores lo harán con un 0,15%. De este modo, el sistema presupone una almohadilla que permitirá optimizar la llegada masiva de nuevas jubilaciones en los años siguientes.

Aportación hasta 2030

El MEI subirá cada año almenos hasta 2030), con el objetivo de asegurar un flujo de aportaciones que mantenga, entre dos puntos y dos puntos y medio, el saldo de la hucha de las pensiones y que se ha sido recuperada tras años de agotamiento. La existencia de las aportaciones adicionales ha de permitir la consolidación de un colchón que sirva de apoyo en las etapas de mayor presión financiera. El incremento de 2026 mantiene las trayectorias previstas y a su vez refuerza la capacidad futura del sistema.

Evolución de la cuota de solidaridad

La cuota de solidaridad que se aplicó por primera vez en 2025, se incrementa en 2026. Este mecanismo implica la aplicación de adicionales porcentuales a las retribuciones que superen la base máxima de cotización. Se muestran tres escalas, la del 1,15% para los ingresos que superan la base máxima hasta un 10% adicional; la del 1,25% para el tramo que va de ese 10% hasta el 50%; y la del 1,46% para todo lo que supere el 50%. Este avance ayudará a la captación de ingresos superiores por salarios muy elevados como medida de reforzamiento del equilibrio financiero.

Subida hasta 2045

La cuota irá aumentando según un calendario hasta 2045, siendo su rol compensar aquella parte del salario que actualmente queda fuera de las bases máximas y que, hasta la creación de esta cuota de solidaridad, carecía de una aportación para el mantenimiento del sistema. Mediante esta ampliación gradual será el propio ministerio quien evalúe mejor el esfuerzo que se destina a las carteras para la financiación y, al tiempo que se amplía la base, se consolida una vía de financiación adicional en un periodo tenso para la Seguridad Social.