La bombona de butano comienza 2026 con el precio marcado en la última revisión oficial, la tarifa que permanece fijada a finales de 2025 hace las veces de referencia para los primeros compases del año y da certezas a millones de hogares que dependen de este tipo de suministro energético. La evolución de los precios en el mercado, los límites normativos, así como la tendencia del consumo, ayudan a configurar el futuro del butano.

Evolución del precio del butano en 2026

Al finalizar el año 2025, el precio de la bombona de butano se sitúa en 15,46 euros después de haber caído alrededor de un 5% con respecto al anterior a la revisión. Esta cantidad permanecerá inalterada hasta el 20 de enero de 2026, en la que se llevará a cabo la nueva revisión. Por lo tanto, el nuevo año comenzará con un importe que es inferior al precio que ha sido el habitual a lo largo de buena parte de este 2025.

Este coste funciona como referencia para las revisiones posteriores, dentro del marco regulado que supervisa la evolución del mercado, el cual establece unas limitaciones para poder subir o bajar en una cantidad máxima del 5%, de forma que se garantiza una pequeña estabilidad y evita variaciones bruscas en la factura que pueden ser un problema en la factura de miles de familias en el país.

Factores que influyen en el coste final

El precio del butano se determina mediante la aplicación de una fórmula que conjuga diferentes variables. Las cotizaciones internacionales de materias primas, los precios del flete marítimo y la evolución del tipo de cambio del euro con respecto al dólar, establecen el precio final. En la última revisión, la disminución de los precios de flete y la apreciación del euro contrarrestaron el aumento del precio del gas en el mercado internacional.

El consumo del butano

El butano continúa siendo un tipo de fuente de energía que es considerada básica en aquellos lugares que no tienen acceso al gas natural. Su consumo se restringe sobre todo a la cocina y la calefacción, especialmente en zonas rurales o bien en pequeños núcleos urbanos. El GLP envasado, que es mayoritariamente butano, permite una fácil y flexible distribución gracias a su forma de conservación en envases a presión.

Se estima que en España se usan al año 64 millones de bombonas de butano, lo que evidencia su consolidación histórica dentro del modelo energético español, a pesar del crecimiento progresivo de otras alternativas.

Tendencia descendente

Durante los últimos diez años, se ha constatado un descenso en la utilización del GLP envasado. Desde el año 2010, la demanda ha bajado más de un 25% a causa del proceso de electrificación, el servicio del gas natural y otras fuentes de energía. Dicha reducción repercute también en los precios, ya que esta disminución también modera las presiones del sistema de distribución.

Previsiones del mercado del butano

De cara a 2026, el mecanismo de las revisiones bimestrales persistirá marcando el compás del valor de butano. La limitación del 5% oficiará como un antídoto frente a la inestabilidad del mercado internacional, y al mismo tiempo, va a posibilitar adaptaciones progresivas. Este es un mecanismo que actuará a favor de los consumidores, quienes podrán hacer frente al importe de dicha bonificación con mayores dosis de previsibilidad y de control.

Un escenario sin cambios bruscos

Conforme las cifras actuales, el mercado está claramente orientado a un año de tranquilidad para el butano. Una menor demanda, el control del regulador y los ajustes de manera periódica disminuyen la posibilidad de excesos en los precios de esta bombona. Es por ello que el precio de la bombona en 2026 se estima que se sitúe en niveles similares a los actuales y seguirá siendo una alternativa para millones de usuarios.