¿Te gustaría descubrir una costa que aún respira tranquilidad, con pueblos que conservan su esencia marinera y playas donde el murmullo del mar no compite con la música de los chiringuitos? Entonces, la Costa Azahar está llamando tu nombre. Este rincón del Mediterráneo, en la provincia de Castellón, ofrece una alternativa perfecta a los destinos más masificados.
Benicàssim, Peñíscola o Alcossebre no necesitan fuegos artificiales para enamorar. Su encanto se esconde en los detalles: en un paseo al atardecer, en el aroma de una fideuá recién hecha, en las calas que aún no aparecen en Instagram. Además, hay una gran variedad de apartamentos vacacionales en la Costa Azahar que se adaptan a quienes buscan tranquilidad sin renunciar al confort: apartamentos con terraza, cerca del mar o con piscina privada, todo ello sin caer en precios imposibles.
Benicàssim, el Mediterráneo en su versión más relajada
Sol, mar y algo más
Benicàssim no es solo sinónimo de playa. Tiene ritmo pausado, cafés con encanto y un paseo marítimo que invita a dejar el reloj en casa. Aquí, el tiempo parece fluir al compás de las olas. Las playas como la Almadraba o la del Torreón son amplias, limpias y poco concurridas fuera de la temporada alta. Además, si te gusta la naturaleza, el Desert de les Palmes es un parque natural con rutas de senderismo que te regalan vistas espectaculares.
Para disfrutar del destino sin preocuparte de nada, puedes buscar opciones de alquiler de apartamentos en Benicassim y alojarte muy cerca del mar. Así tendrás libertad total para improvisar cada día.
Cultura y autenticidad
Lo interesante de Benicàssim es que no ha perdido su personalidad. Entre villas modernistas, conciertos al aire libre y mercadillos, te das cuenta de que es un lugar donde se vive realmente bien.
Peñíscola, más que un castillo junto al mar
Un viaje de película
Peñíscola tiene algo que la hace inolvidable. Su casco antiguo encaramado sobre la roca, las callejuelas encaladas y el castillo del Papa Luna recortado contra el cielo son puro cine... literalmente. Aquí se han rodado escenas de series y películas que buscaban ese aire medieval y marinero tan característico.
Si te interesa conocerla a fondo, aquí puedes encontrar más información sobre Peñíscola, con todos los rincones que merecen ser descubiertos.
Playa tranquila, ambiente local
La playa Norte es larga, cómoda y familiar. Hay sitio de sobra para estirarse, leer, nadar o, simplemente, mirar el horizonte. Además, el ambiente local hace que todo resulte más cercano y los bares de tapas no han encarecido sus cartas, lo cual es de agradecer.
Alcossebre, el secreto mejor guardado
Playas sin prisas
Alcossebre es ese lugar que algunos prefieren no recomendar para que no se sature. Esto no es de extrañar, ya que sus playas como la Romana o el Cargador ofrecen un equilibrio casi perfecto entre belleza, limpieza y poca afluencia. Aquí no necesitas correr para plantar la sombrilla.
Rutas y calas escondidas
¿Te gusta andar y descubrir rincones nuevos? Hay senderos costeros que unen playas y calas, como el camino a la cala Mundina, que acaba frente a un faro con vistas de postal. En Alcossebre, el Mediterráneo se vive sin filtro, sin prisas y sin agobios.
Por qué elegir la Costa Azahar
La respuesta está en la experiencia. Aquí no hay colas eternas ni playas repletas de hamacas; en cambio, hay espacio para respirar, elegir tu propio ritmo y reconectar, todo con ese punto mediterráneo que sabe a sal, a paella, a siesta y a charla bajo la sombrilla. Si buscas una escapada distinta, menos masificada y más real, la Costa Azahar es ese rincón que todavía no te ha contado su historia.
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