Carlos Bardem ha recogido este lunes en la Academia de Cine el premio La Cultura Comprometida con una advertencia encendida: "Hay que llevar la memoria a las aulas. Es terrible ver jóvenes fascistas". El actor y escritor, que subió al escenario aclamado con un espontáneo "¡Viva tu madre!" –en alusión a Pilar Bardem–, centró su discurso en la necesidad de construir un relato crítico del pasado frente al auge de la ultraderecha. "El futuro de la memoria son los jóvenes", subrayó. "La ultraderecha avanza mucho entre ellos porque vivimos momentos en los que solo prima lo individual, donde todo el mundo vive pegado a la caverna platónica de las pantallas de los móviles pensando que lo que ven ahí es la verdad".
El galardón, concedido por la Asociación Arte y Memoria en colaboración con la Secretaría de Estado de Memoria Democrática e integrado en los actos conmemorativos del 50 aniversario de la muerte de Franco, reconocía la trayectoria y el compromiso cultural de Bardem, quien no eludió referencias políticas concretas: "Les han vendido una memoria falsa, un pasado que no existió. No es casual que Abascal salga con un morrión o que el individuo penoso de Aznar se disfrace de Cid Campeador. Se han adueñado de símbolos para construir un pasado mitológico", denunció. Y añadió: "Hay muchas memorias. Pero hay una que es la memoria de los vencidos, de los represaliados, de los exiliados. Esa es la memoria verdadera".
Bardem apeló a la responsabilidad del Gobierno para garantizar que esa memoria se transmita en el sistema educativo y evitar "una estadística terrible" que apunta a que el 25 por ciento de los hombres jóvenes de España "son fascistas". "La memoria no vale nada si no hay una correa de transmisión en la educación". También vinculó feminismo y antifascismo: "Por eso el feminismo es el objetivo principal de los fascistas". Y cerró con una promesa familiar: "El día que mi madre se nos fue, nos juramos no hacer nunca nada de lo que ella no estuviera orgullosa".
Un acto militante con recursos públicos
La entrega de estos premios La Cultura Comprometida reunió a figuras del cine, la música, la literatura y las artes plásticas que han hecho del compromiso político una forma de expresión. Junto a Bardem fueron premiadas la actriz Luisa Martín, la cineasta Azucena Rodríguez, la productora Ana Amigo, el pintor Ángel Aragonés, la cantante Rosa León y el escritor Benjamín Prado. Este último ironizó sobre el avance reaccionario: "Abascaldabra, pata de cabra, ya están aquí otra vez".
El escultor Tino Calabuig, también galardonado, puso voz a una preocupación compartida: "Me avergüenza un trío de delincuentes que han estafado la memoria de la gente honesta. Me asusta lo que está sucediendo con la impronta violenta de Trump. Asistimos a una ascensión de la ultraderecha en España. Es un signo de alarma que debería hacernos recuperar aquella energía y aquel vértigo de libertad que tuvimos en la Transición".
La directora de la Asociación Arte y Memoria, Amparo Climent –fundada en 2017 y organizadora, entre otras iniciativas, del Festival Internacional de Cine por la Memoria Democrática– resumió el espíritu del acto con un grito clásico y vigente: "No a la guerra". Lo hizo en referencia al "genocidio contra la población palestina" y reivindicó el arte como forma de resistencia. "Durante años, en un país marcado por el miedo, la censura y la represión, hubo quienes decidisteis luchar contra el autoritarismo. Estos premios son para vosotras y vosotros".
En el público –además de la emoción, los discursos encendidos y los vítores– estuvieron también el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, el presidente de la Academia de Cine, Fernando Méndez-Leite, artistas como El Gran Wyoming, Lola Herrera, Nacho Duato o Carlos Olalla.