El debate en torno a si en la Franja de Gaza se está produciendo un genocidio o no, se ha convertido en una piedra en el zapato para Alberto Núñez Feijóo, quien sigue sin pronunciar esta palabra independientemente de la dura condena de la actuación de Israel. Si ayer fue el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, el que habló de "genocidio" hoy lo ha hecho su compañero de filas Juanma Moreno, durante un debate en el Parlamento andaluz. "Si quiere que le reconozca el genocidio, yo se lo reconozco", le ha dicho a la portavoz de Por Andalucía, Inma Nieto.
Ya con anterioridad había señalado la necesidad de ir más allá de los debates "semánticos", aunque lejos de eludir ese término ha agregado que "genocidio, matanza, llámalo usted como se quiera, lo importante es que paremos de una vez por todas esta catástrofe humana". El barón andaluz se une así al presidente gallego, Alfonso Rueda, quien ayer se sumó a un minuto de silencio en el parlamento autonómico tras suscribir una declaración donde se hablaba del genocidio del pueblo gazatí.
"Acabamos de guardar un minuto de silencio en una declaración que condenamos el genocidio en Gaza, perfectamente conscientes", explicó el sucesor de Feijóo al frente de la Xunta gallega no sin afear antes a los partidos de la oposición su negativa a condenar los asesinatos de la organización terrorista Hamás. Rueda esgrimió que "no hay víctimas de mayor o peor condición".
La posición de Moreno y Rueda, considerados dos representantes del sector más moderado del PP, contrastan con la que sigue manteniendo la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, claramente posicionada en este conflicto a favor de Israel. Interrogada esta mañana por el discurso del Rey ante la Asamblea General de las Naciones Unidas -en el que no habló de genocidio, pero sí de parar una "masacre intolerable"- la madrileña ha puesto el acento en la exigencia de que Hamás "entregue a los rehenes"; de que Egipto y Jordania, como países limítrofes "se pronuncien y nos digan cómo se crearía ese estado y en qué manos quedaría", también en si insistirán "en que hay que borrar Israel desde el Jordán". A partir de ahí, y sin entrar en el fondo del discurso de Felipe VI "libertad de expresión ante una situación que a nadie nos gusta", ha concedido al final.
La situación no deja de situar a Feijóo en mitad del choque de dos placas tectónicas. Este fin de semana quizá tenga la ocasión de unificar mensajes en la cumbre que mantiene con sus presidentes autonómicos en Murcia. No era una cita convocada a estos efectos, pero resultará complicado soslayar el asunto.