Su cruzada contra Hacienda nació a raíz de las quejas por la aplicación de la Ley Beckham en España. Pero Robert Amsterdam, abogado estadounidense, asegura en esta segunda entrevista con El Independiente que su batalla contra la Agencia Tributaria va mucho más allá.

Promete viajar a España “todas las veces que sea necesario” para denunciar lo que, a su juicio, es un sistema fiscal injusto que expolia y martiriza a los ciudadanos. Sostiene que no se trata de una cuestión partidista: ni el PP ni el PSOE, afirma, han querido frenar una maquinaria que considera estructural y profundamente abusiva.

Asegura que no ha visto nada parecido en 45 años de ejercicio profesional y que ya ha emprendido acciones legales. Advierte de que no se detendrá hasta lograr un cambio profundo y que su despacho seguirá denunciando en todos los tribunales a su alcance lo que considera una cultura de impunidad instalada en Hacienda.

¿Puede explicar a nuestros lectores qué está haciendo su despacho contra Hacienda y cómo empezó todo con la Ley Beckham?

Nuestra firma ha estado activa durante 45 años en el área de los derechos humanos y empresariales. Fui contactado por varios de mis antiguos clientes que habían venido a España persiguiendo una vida tranquila en sus años de retiro y que estaban siendo objeto de un acoso escandaloso por parte de Hacienda. No entendían cómo, en pleno siglo XXI, España podía comportarse de este modo.

Al principio rechacé el caso porque no es el tipo de asuntos en los que suelo trabajar, pero cuando empezamos a investigar nos dimos cuenta del comportamiento impactante, que viola los derechos humanos. Nos escandalizamos y desarrollamos esta idea de que deberíamos etiquetarlos como carteristas. Sin embargo, cuanto más profundizamos y hablamos con la gente, vimos que esa palabra no lo resume bien. Creemos que "extorsionadores" es el término más adecuado por ahora.

Cuando luchas contra Hacienda no hay reglas: te rompen, rompen al contribuyente e intentan derrotar tu capacidad de avanzar y defenderte. De hecho, tienen tanto poder —un poder que no les ha sido concedido por el Parlamento, sino por un decreto del Gobierno— que lo que hacen no se ajusta al Derecho en absoluto. Hacienda no obedece la ley. En España los individuos no tienen presunción de inocencia: es lo contrario, una presunción de voracidad, de que lo que Hacienda dice es correcto. Los auditores “cobran un porcentaje” de lo que logran extraer de los ciudadanos, están corruptamente incentivados. Hacienda miente sistemáticamente. Me escribieron para decirme que es solo el 1,5 %, pero en realidad es mucho más.

¿Qué quiere decir con que “no hay reglas” cuando uno se enfrenta a Hacienda?

Toda su cultura consiste en agarrarte, sacudirte y sacarte el dinero para maximizar el retorno sin demasiado respeto por la ley. Eso se refleja en su propio lenguaje. Si te fijas en los acuerdos que ofrecen, creerías que estás tratando con un vendedor de coches usados. Te dicen: por un trato limpio con un contribuyente negociado, sin evaluación formal y sin posibilidad de apelar, el contribuyente obtiene un descuento del 65 % de la multa; por un trato con una evaluación formal, el descuento puede duplicarse; por el mismo trato con una evaluación pero con derecho a apelar, el descuento es solo del 30%.

Son conscientes de su poder y exprimen el acuerdo. No puedo decirte con cuánta gente he hablado que ha sido víctima de esta presión. ¿Por qué lo hacen? Porque en España, a diferencia de casi todos los países, tienes que pagar por adelantado para poder apelar. Después acudes a un tribunal administrativo que en realidad forma parte de la oficina de impuestos. Mientras retienen tu dinero, estás atascado tres años antes de llegar a un tribunal independiente, donde tienes un 50 % de posibilidades de ganar, lo cual es un porcentaje muy alto.

España tiene una cantidad masiva de dinero en disputa, supuestamente más de 40.000 millones de euros, con un número enorme de reclamaciones presentadas. Y es porque el Gobierno es tu adversario: no te tratan como a un ciudadano, sino como a un futuro súbdito.

¿Se trata entonces de un problema de cultura administrativa más que de un partido u otro?

Robert Amsterdam, durante su entrevista en l aredacción de El Independiente. ISRAEL CÁNOVAS.

No puedes culpar solo a la gente de Pedro Sánchez: esto también pasó con el PP. Existe esta horrible cultura de que si alguien no está conforme con un aspecto pequeño, vuelven atrás y auditan tus últimos cuatro años. Si estás bajo la Ley Beckham, traerán todas tus rentas en el extranjero, aunque lo hubieran prometido por escrito en un certificado que no lo harían. Tenemos personas acogidas a esa ley que están siendo sujetas a impuestos diez veces más altos de lo que habrían imaginado.

Y para todos los españoles las sanciones son escandalosas: a menudo un 75 % más un 20 % de intereses sobre el dinero supuestamente adeudado. Además, gracias a este decreto que no es realmente una ley, te colocan en una situación en la que, si no pagas, publican tu nombre, bloquean tu cuenta bancaria y arruinan tu vida. Es como si España no formara parte de Europa, sino de una organización feudal.

Han creado un clima de miedo en España que no he visto en 45 años de ejercicio, incluyendo Rusia, África o Sudamérica. Algunos nos dicen que usar un lenguaje tan duro es un error y que deberíamos limitarnos a discutir tecnicismos. A eso respondo que absolutamente no: tenemos que atacar la cultura de la impunidad.

¿Qué ha aprendido en los últimos meses, desde que se presentó el informe?

Nos sorprende cada día la crueldad de Hacienda. Esto va más allá de la Ley Beckham. Cuanto más pobre es la gente con la que hablamos, peor se comporta. Nadie los representa. Nadie protege al policía retirado cuyo coche ha sido confiscado por Hacienda. Son despiadados con los pobres. Es un escándalo que debe ser tratado política y legalmente.

He estado con el Departamento del Tesoro de Estados Unidos para hablar de Hacienda. Les hemos explicado mucho de lo que ocurre, y fue una sorpresa para ellos. Tuvimos un encuentro con el embajador de España en Washington hace unos meses, pero no hemos tenido respuesta ni allí ni aquí. No ha habido interés, salvo una carta muy dura del Gobierno enviada a todos los miembros de Hacienda en la que me señalaban como un enemigo de España.

¿Ha emprendido ya algún movimiento legal?

Ya estamos en los tribunales. No estamos discutiendo casos particulares porque creemos que habría prejuicios contra esos individuos por parte de Hacienda, pero ya hemos acudido a los tribunales españoles. Planeamos ir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, al Tribunal de Justicia de la Unión Europea, y vamos a impulsar en Bruselas un procedimiento de infracción contra España. Ya hemos estado en Washington. Creemos que Hacienda es una barrera para el comercio y para la Administración Trump.

¿Cree que este sistema que denuncia tiene cabida en Europa?

Vamos a pasar mucho tiempo en Bruselas educando a la gente sobre esto. Hay aspectos del sistema español que existen en distintas partes de Europa. En Suecia puedes saber cuánto paga cada ciudadano en impuestos. En Portugal existe el sistema de “pagar para jugar”. Pero en ningún sitio se combinan todos estos elementos horribles en un cóctel tan tóxico.

Creo que ya están sorprendidos por la corrupción; sé que ha habido reuniones en Bruselas sobre la corrupción en España. Pero lo que decimos es que esta falta de respeto por los ciudadanos por parte de Hacienda es la antesala de la destrucción de la democracia en España, un país que está orgulloso de haber salido de una dictadura.

Va a haber muchas visitas a España, innumerables anuncios en periódicos de todo el mundo sobre esta situación. Es tan escandaloso, hay tantas víctimas… Quinientas personas han acudido a nosotros. Nos hemos reunido con uno de los principales financieros del mundo, que también se ha visto atrapado en esto y quiere colaborar. Nuestro despacho no está captando a estas personas como clientes; no es una campaña de marketing. Somos una firma pequeña que maneja casos específicos y, para ser honestos, lo único que queremos es que el sistema en España cambie ya.

¿Qué tipo de reacción espera dentro de España? ¿Cree que la sociedad civil se movilizará?

No queremos hablar con la oposición porque no queremos ser acusados de jugar a la política. Hemos tenido algunas conversaciones discretas con algunas personas, pero han hecho muy poco. Esperábamos que Hacienda quisiera tener algún diálogo. Pero ahora que está claro que nos insultan y difaman, tendremos que hablar con gente de todo tipo. Aun así, no queremos formar una relación exclusiva con ningún partido o grupo, porque al final del día no confiamos en ninguno de ellos.