Yolanda Díaz arengaba este viernes contra "los embistes reaccionarios" que pueden poner en riesgo la libertad y los derechos de las mujeres en temas como el aborto. La vicepresidenta segunda del Gobierno seguramente quería referirse a las embestidas, que no embistes, las mismas que se vivirán este martes en el Pleno del Congreso a cuenta de los toros.
Ese día llega a la cámara para su debate la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) con 700.000 firmas para desproteger la tauromaquia y dejar de considerarla patrimonio cultural. Contra estas embestidas, el Partido Popular construye su defensa: "La tauromaquia no tiene ideología", como cabecera de un decálogo contra la censura cultural e ideológica.
Los antecedentes del debate son los siguientes: los promotores de la iniciativa ciudadana No es mi cultura -unas 200 asociaciones animalistas- entregaron el pasado febrero en el Congreso un total de 715.606 firmas para instar a la derogación de la Ley 18/2013, que delimita la tauromaquia como parte del patrimonio cultural digno de protección en todo el territorio nacional. La plataforma destaca que son un 32,91% más que las firmas conseguidas por la ILP taurina de 2012, con 500.165 firmas validadas, según datos de Europa Press.
Detrás de la ILP está buena parte de los aliados parlamentarios de los socialistas, como Sumar, IU, Más Madrid, Podemos, ERC, Junts, Verdes Equo, Alianza Verde y el Pacma, entre otras formaciones. "No representa solamente una demanda ética, sino también una propuesta legal, razonable y profundamente democrática", aseguran. Quieren que comunidades o ayuntamientos puedan cercenar el carácter cultural de los toros,
El decálogo del Partido Popular
El PP va a ir en tromba en defensa de la tauromaquia en un planteamiento que arranca con que no tiene ideología, es cultura popular española con más de 3.000 años de historia. "Nadie tiene derecho a convertirla en un arma ideológica", señalan desde la formación de Alberto Núñez Feijóo, que no es un gran aficionado pero en los últimos tiempos mantiene gran relación con los toreros Pedro Gutiérrez Moya, Niño de la Capea, y su yerno en activo Miguel Ángel Perera.
Sostiene el PP que el Tribunal Constitucional ya se pronunció sobre el hecho de "patrimonio cultural de todos los españoles" e incide, por tanto, en que nada tienen que interferir las competencias autonómicas o municipales: "No hay conflicto legal: hay voluntad política de censura".
Al ser un "arte vivo", se reúnen en torno a esta fiesta popular cientos de miles de aficionados en España, Francia, Portugal y numerosos países hispanoamericanos.
Desde el punto de vista medioambiental, "el toro bravo es biodiversidad y sostenibilidad" y se expande en más de 500.000 hectáreas de dehesas y ecosistemas únicos, incluso en defensa contra los incendios.
Además, para el PP "la tauromaquia es motor de turismo, hostelería y cultura": se celebran más de 20.000 festejos anuales, con 50.000 empleos, 4.100 millones de euros de impacto y millones de espectadores.
El PP no aspira a patrimonizar los toros
"Nadie está obligado a ir a un festejo taurino, pero ningún ayuntamiento o gobierno autonómico debería tener competencia para prohibirlo". La pluralidad de España, en síntesis.
El PP ve detrás de este ataque el afán de censura cultural. Después de los toros podría venir una obra de teatro o un libro,
Los toros, por tanto, son "contracultura y vanguardia", lo popular convertido en universal.
En resumen, y es la tesis que sostendrá este martes en la discusión en el Congreso, el PP se compromete a "defender la tauromaquia sin patrimonizarla, a proteger la libertad de todos los ciudadanos a participar de ella y a presentar mociones en parlamentos y ayuntamientos para exigir el cumplimiento de la ley, la restitución del Premio Nacional de Tauromaquia y el apoyo al mundo del toro".
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