El miércoles y jueves está marcado en rojo en las agendas del exministro José Luis Ábalos y su asesor Koldo García. Primero uno y luego el segundo, están llamados a declarar ante el juez para explicar los movimientos de dinero en efectivo del que ambos disfrutaron durante años. Y lo harán con la sombra de la cárcel acechando, con el ejemplo del exsecretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, que duerme en Soto del Real desde finales de junio.
Lo que le digan al juez pondrá a prueba la estrategia de ambos. Por ahora ha pasado por negarlo todo, menospreciar la investigación de la Guardia Civil y poner en duda sus propias voces en los audios incautados. Pero también ha pasado por no inculparse el uno al otro. Eso podría cambiar esta semana.
El último informe de la Unidad Central Operativa (UCO) habla de un supuesto lenguaje concertado para hablar de diferentes cantidades de dinero. Las "chistorras", "sooles" y "lechugas" ya son parte de cualquier conversación de bar.
Las conversaciones entre ambos sobre ingresos en cuentas bancarias y recogidas de dinero en Ferraz son un punto de inflexión. Ábalos, por su parte, ha dicho que cuando hablaban de "soles" hacían referencia a la moneda peruana, donde el exministro tiene varios asuntos. La Guardia Civil cree que era la forma de hablar de billetes de 200 euros.
Con las "chistorras" pasa algo parecido. La UCO está segura que era la jerga para referirse a los billetes de 500 euros. Koldo, por su parte, asegura que simplemente hablaba de embutidos. Su abogada, en un programa de televisión, aseguró que cuando aludió a "un millón" eran porciones para comer.
Ábalos sí se ha desmarcado del alimento navarro. En un primer momento aseguró en público que Koldo sí traía muchas chistorras de su pueblo para los amigos, incluso para guardias civiles. Pero con el paso de los días, ha ido alejándose del término. Mientras que asegura que cuando pedía "folios" eran para su impresora, respecto a las supuestas "chistorras" ha indicado "que le oregunten" a quienlas mencionaba. Es decir, a Koldo y a su mujer.
Los dos saben que de lo que digan dependerá si van a prisión o no. Ábalos podría reconocer el miércoles que su exasesor le ingresaba dinero a él y a su círculo cercano cada vez que se lo pedía. Pero que él no tenía ninguna idea de donde venía el dinero. A raíz de lo que diga, Koldo podría cambiar su planteamiento de defensa para el jueves. Y así hacer estallar un pacto de no agresión que se ha mantenido firme desde febrero de 2024, cuando estalló la operación Delorme.
"¡Qué no es nuestro!"
El matrimonio que formaban Koldo García y Patricia Uriz actuaba, según la Guardia Civil, como "gestor y custodio" del dinero del exministro José Luis Ábalos, una actividad que ha dejado cientos de operaciones bancarias y conversaciones, incluida una discusión entre ambos sobre los fondos del "jefe".
Esta discusión, que se produjo en junio de 2021 mediante un intercambio de audios, obra en poder del juez del Tribunal Supremo que investiga esta trama, Leopoldo Puente, y forma parte de las evidencias que acompañan al último informe de la Guardia Civil.
En esta conversación se escucha cómo Koldo García recrimina a Uriz no haber abonado parte de los 400 euros que debía enviar a Tatiana, hija de Ábalos.
"Tú siempre igual...no, pa mañana, no pa pasao, a ver si se le olvida. Pero es que estas cosas las manda nuestro jefe, ¿vale? Y no lo quieres entender. No... voy a ver si ahorro... ¡Qué no es nuestro, qué no lo quieres entender! (sic)", exclama el asesor.
Su entonces pareja justifica la transferencia de un importe menor, 200 euros, en un error de comprensión, pues ella entendió que esa era la cantidad a enviar. "Cariño, que yo no quería ahorrar nada, que no ha sido por ahorrar, que entendí que eran doscientos. Si no para qué lo voy a hacer lo de Tatiana. Qué más me da 200 que 400", le contestaba Uriz, que se ofrecía a subsanar el error esa tarde.
Su entonces pareja le afeó que no entendiese las cosas y la acusó de vivir en un "mundo distinto". El mundo del matrimonio era el de Ábalos, pues gestionaron para él todo tipo de gastos, como se indica en el informe de la UCO y en las evidencias que lo soportan.
Los investigadores señalan que ambos compartían una jerga para hablar del dinero, a través de chistorras (500 euros), soles (200) y lechugas (100) o "folios".
Junto a este lenguaje en código, que en ocasiones abandonaban, sus chat de WhastApp estaban repletos de encargos e imágenes de transferencias bancarias o de ingresos en metálico a través de cajeros automáticos.
Había, según la Guardia Civil, un dinero de Ábalos en A y otro, en B. En enero de 2021, Koldo García mandó dos mensajes de texto a Uriz en los que le decía: "Apunta 1.800. Jefe B". También hablaron de cómo esconder las 'chistorras' en un viaje en tren de Patricia Uriz: dividiendo el efectivo entre la maleta, el bolso, el abrigo y la cartera. En marzo de 2019 hablan de "billetes buenos".
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