Desde la ruptura a finales de 2023, el espacio de la izquierda alternativa al PSOE viene sufriendo dos golpes. El primero, una división irreconciliable de dos partidos clave del espacio -nacional y autonómico en su conjunto-. El segundo es el desgaste en las encuestas de las formaciones que lo componen. Mientras que los socialistas de Pedro Sánchez aguantan a costa del 'voto útil' en la izquierda, la confluencia de Sumar y Podemos están en mínimos electorales.

Tras la separación, Podemos viene marcando un perfil crítico contra el Gobierno, algo que la exdiputadaLilith Verstrynge cuestionó esta semana, así como la deriva del partido morado. Pese a situarse como alternativa dura de izquierdas, el desplome de los de Yolanda Díaz no ha producido un trasvase a Podemos, encajado desde hace más de un año en los mismos cuatro escaños que tienen ahora. Cuestiones como el rearme español a petición europea y de la OTAN por la amenaza rusa, así como la masacre de Israel en Gaza y el problema de la vivienda vienen siendo los grandes marcos de competencia frente a un Ejecutivo ya dividido en estas materias, con Sumar exigiendo más intensidad al PSOE, y con Podemos sin máximo pidiendo dar pasos agigantados.

Uno de los principales puntos de inflexión con el Gobierno fue la negociación de Presupuestos del año pasado, exigiendo romper todo tipo de relaciones con Israel, cesar el rearme y bajar un 40% el precio de los alquileres, entre otros pormenores. Igualmente, la V Asamblea, donde Podemos terminó de ahondar en sus posiciones y marcó límites: nada de alianzas con "los partidos de la guerra". Una referencia a los socios del Gobierno, al PSOE y a los integrantes de Sumar por no salirse ante cuestiones como las de militarización.

Pese a que IU sigue dentro, siempre ha sido una excepción para Podemos en su guerra particular contra Díaz. Y la disposición de los morados a ir de nuevo de la mano en Extremadura, tras el adelanto electoral, así lo demuestra. Supone un giro importante, dado que la política impuesta venía siendo la de veto a cualquier alianza para reivindicar a Podemos como esa alternativa. Al menos fue así después del acuerdo con los magentas y rechazo de las bases a la hora de avalar la coalición en Galicia -para las autonómicas de febrero de 2024- semanas después de romper en el Congreso.

Sin la presencia de Sumar

Horas después de que la presidenta extremeña María Guardiola anunciara la convocatoria el lunes pasado, desde el Congreso la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, salió a reivindicar el mantenimiento de su alianza con IU en Unidad por Extremadura con su actual líder, Irene de Miguel –coordinadora autonómica de Podemos– como "mejor opción" para repetir como candidata a la Junta. La salida de Podemos a defender la unidad generó sorpresa, dado que apenas semanas antes la venían rechazando en Andalucía junto a IU-A, Movimiento Sumar Andalucía, Verdes Equo, Alianza Verde –muy afines– o Iniciativa del Pueblo Andaluz.

¿Las razones? Para Belarra, la estabilidad y la utilidad de la marca. Para fuentes de IU, un adelanto para liderar la propuesta y frente al pronóstico de que ni De Miguel, ni Podemos Extremadura y ni sus bases tolerarían una "injerencia" desde la dirección estatal de Madrid. Por otro lado, hay un componente esencial: Movimiento Sumar no tiene implantación en Extremadura y no se presentará a las elecciones. Lo dejan aún en el aire fuentes estatales del partido; lo aseguran desde IU Extremadura. Con esta ausencia, Podemos, junto a IU, puede permitirse explorar materialmente, con un ejemplo claro, y reivindicar la alianza que considera más natural: solo ellos con los de Antonio Maíllo y acompañados de otras fuerzas secundarias de darse el caso.

Movimiento Sumar no tiene implantación en Extremadura y no se presentará a las elecciones. Dará apoyo externo a la marca de izquierdas

No es la primera vez que los de Belarra reniegan de Sumar. Ya la número dos de Podemos, Irene Montero, aseguró en distintas entrevistas de cara a esa V Asamblea que Sumar y Díaz deberían ingresar en las listas del PSOE; que Sánchez debería reabsorber al espacio socialdemócrata que creen que representa la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social.

Llevar el protagonismo en Extremadura no es baladí para los morados. Es el primer reto electoral del nuevo ciclo que viene, a la espera de ver si Aragón se suma a las citas del 15 de marzo en Castilla y León y en primavera o inicios de verano a Andalucía. Un buen resultado sin Sumar serviría para seguir ahondando en esa alternativa a Díaz que, por el momento, las encuestas no estiman frente a los trasvases al PSOE y el crecimiento de la abstención y la indecisión.

La idea inicial de Movimiento Sumar era la de intentar ampliar la candidatura y entrar en Unidas por Extremadura con un peso menor y figurativo, pero las prisas impiden una negociación calmada como en Andalucía. Además, está la duda de si Podemos pondría inconvenientes. Con esta campaña, los de Lara Hernández –actual coordinadora general tras el paso al lado de Díaz en 2024, aunque sigue teniendo peso interno– quedan al margen de otro enclave. Sin representación en Galicia; mínima en Euskadi; sin que sus siglas destaquen en Cataluña, Madrid o Valencia por los acuerdos con los comunes, Más Madrid o Compromís; solo Andalucía y Castilla y León se presenta como lugar de influencia más allá del plano nacional por su papel en el Gobierno.

Como alternativa, los magentas darán soporte y apoyo a la coalición de Podemos e IU desde fuera. No se descarta la participación en actos de ministros o de la propia Díaz, aunque difícilmente compartirán escenario con figuras nacionales de Podemos como Belarra o Montero. La desconexión es total. De hecho, tras un tiempo de bloqueo de las conversaciones con el Gobierno, los morados reanudaron la interlocución aunque solo con el PSOE.

Extremadura, la excepción para el espacio

Sin tener en cuenta a los socios regionales o nacionalistas, Extremadura es el único territorio que tras el ciclo electoral de 2023-2024 de autonómicas resiste en los mismos parámetros que la legislatura anterior. Mientras Euskadi vio desplomada la coalición morada por el auge de Bildu y en el resto de enclaves el desgaste ya era más que patente con apenas un par de cargos por parlamento, Unidas por Extremadura salvó los muebles con los mismos 4 escaños. Aunque se dejaron casi 37.000 votos. IU Extremadura no se opondrá de hecho a que De Miguel vuelva a repetir por tercera vez al frente de la coalición.

Fuentes implicadas en la candidatura no prevén "competición" por el liderazgo por la escasez de tiempo y la predisposición, dicen, de Podemos e IU. Tampoco primarias conjuntas. "Se trabaja para que haya una lista de consenso, sobre la composición" de las de Badajoz y Cáceres, aunque "respetando los procesos de cada organización". La prioridad, destacan esas fuentes consultadas, es que siga habiendo estabilidad y comodidad entre ambos socios.

Lejos del "ruido de Madrid"

Consultados por la diferencia de Andalucía y Extremadura, desde Unidas por Extremadura se niegan a abonar más el enfrentamiento entre la izquierda. "Pese a los problemas o disputas internas en otros lugares, en Extremadura hemos construido una referencia fuerte para la izquierda, con personalidad, manteniendo el diálogo y alejado del ruido de Madrid. Eso nos ha permitido estar centrados en los problemas de los extremeños", aseguran en el espacio. Se descarta entrar a valorar las prisas de Podemos para marcar posición y por qué en Andalucía no se sigue el mismo camino cuando hay una estructura igual de asentada. Tampoco si la ausencia de Díaz ha sido clave para que los morados en Madrid no se cierren a la alianza o si esa posibilidad estaba perdida por el probable choque con De Miguel que se abriría.

Los morados, en Madrid, siguen focalizados en conseguir una unidad con Maíllo que desplace a Sumar, aunque desde la confluencia magenta creen que la aspiración de Belarra es ser oposición a un PSOE desgastado y frente a un Gobierno de PP y Vox en la próxima legislatura. A diferencia de Extremadura, Maíllo ya ha reivindicado una coalición amplia y horizontal con todas las fuerzas que en este momento no se puede dar.

"Nosotros no queremos guerra, aquí la realidad es otra", se recalca a la vez que se espera que se tome ejemplo estatal. En la izquierda a la izquierda del PSOE se pone en el objetivo intentar dar la batalla a Guardiola, a la que ven únicamente centrada en acumular poder en solitario y no pensando en Extremadura. "Convoca por la orden de Feijóo y para no depender de Vox, no por el bienestar de los ciudadanos". Desde Unidas por Extremadura ven a la popular cada vez más desgastada socialmente, por el malestar entre docentes así como asociaciones, sindicatos y organizaciones que "han salido a la calle". "Le va a salir mal la jugada", estiman.