Es la paradoja en la que ahora está inmersa la central nuclear de Almaraz. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) estudia de modo simultáneo su cierre y su prórroga. Dos escenarios posibles en el horizonte próximo de la central extremeña y que durante los próximos meses irán avanzando en su tramitación. Formalmente, la decisión definitiva se debería adoptar antes del mes de marzo del próximo año, cuando está previsto que Almaraz solicite el cese de actividad según lo establecido en el calendario acordado en 2019.

El primer paso Almaraz lo dio hace semanas. Remitió al CSN la documentación en la que se plantea el modo en el que se procedería a su desmantelamiento en noviembre de 2027, tal y como está previsto en el calendario de cierre en vigor. Sin embargo, al mismo tiempo el CSN comenzará próximamente a tramitar la petición de prórroga que Iberdrola, Endesa y Naturgy hicieron llegar al Ministerio para la Transición Ecológica.

El rechazo ayer en el Congreso a la enmienda del PP aprobada en el Senado, y que instaba a retirar el calendario de cierre, no ha cambiado nada. La situación de la central es hoy la misma que antes de la votación. En octubre pasado el CNAT, el organismo que gestiona la central, remitió al CSN toda la documentación en la que se recoge el modo en el que se procederá al desmantelamiento de la central. Ahora, el CSN debe estudiar si el plan reúne las condiciones necesarias de seguridad radiológica y todos los requisitos para llevar a cabo esa compleja operación en las condiciones adecuadas.

A la espera de los informes

Las propietarias de Almaraz habían solicitado al Ministerio de Aagesen que suspendiera la tramitación del cierre de la central una vez que éstas habían acordado solicitar la prórroga. El Ministerio se ha negado a dar ese paso y mantiene ambos procesos de modo simultáneo. Recuerdan que sería un error no hacerlo ya que ninguna de las dos vías es, hoy por hoy, definitiva ni está garantizada, por lo que no hacerlo podría generar una situación compleja.

Recuerdan que a pesar de que las empresas energéticas han mostrado su disposición a continuar, es el CSN quien debe poner las condiciones en las que se debería llevar a cabo esa prórroga. Cabe no autorizar la prórroga por tres años más, como han solicitado, o permitirlo pero con unas condiciones que podrían suponer un incremento de inversiones en las instalaciones, reformas o actuaciones costosas que quizá las compañías no quisieran asumir y por tanto renunciarían a continuar hasta 2030, como ahora han manifestado.

Hasta ahora el Ministerio no ha remitido la petición de Iberdrola, Endesa y Naturgy al CSN para que inicie el trámite de estudio previo a autorizar su prorroga. Está previsto que este paso se realice en los próximos días. Sin embargo, los procesos de esta envergadura requieren de estudios y evaluaciones complejas de las instalaciones que podrían prolongarse durante más de un año. Es lo que ha sucedido en los procesos de autorización de explotación que cada diez años debe llevar a cabo una central nuclear. Oficialmente, el CSN tendría de plazo hasta dos meses antes del cierre previsto para la instalación para emitir su informe. En el caso de Almaraz el plazo concluiría el 1 de septiembre de 2027.

'Líneas rojas'

La central extremeña concluyó el miércoles el proceso de recarga de su segundo reactor. Se trata de la 29º recarga de las 30 que están previstas antes de su desmantelamiento programado para 2027.

Aunque el Gobierno por el momento no se ha pronunciado sobre la posible reconsideración del cierre, la decisión de las compañías energéticas de renunciar a una bajada de la carga tributaria que soportan facilitaría el escenario de un posible acuerdo. Además de asegurar el suministro y la seguridad, el Ejecutivo puso como tercera línea roja que prorrogar las nucleares no supusiera un coste añadido a los consumidores.