48 horas le quedan por delante a los partidos de la izquierda a la izquierda del PSOE para decidir si siguen el camino extremeño sin medias tintas, con unidad en torno a una papeleta conjunta, o apuestan por el riesgo en unas elecciones que penalizarán la división y las candidaturas pequeñas. Obviando Nochebuena y el día de Navidad, en el que será complicado el diálogo, Chunta Aragonesista, IU, Podemos y Movimiento Sumar disponen de este 24 y el 26 de diciembre para confirmar cómo quieren presentarse a las próximas elecciones autonómicas de Aragón.
Extremadura es para la mayoría de partidos de la izquierda un espejo en el que mirarse. Aunque el reflejo no es el mismo para Podemos que para el resto. El reflejo que llega a los morados es una confirmación de que lo que funciona es volver a lo anterior, a las alianzas previas al surgimiento de Sumar como vehículo electoral. El crecimiento de Unidas por Extremadura, hace insistir a los morados en que el camino es ir solos con Izquierda Unida, con la posibilidad de explorar inclusiones como las de Chunta Aragonesista, la fuerza regionalista. La candidatura de unidad extremeña pasó de 4 escaños (6% de los votos) a 7 (10,3%).
Para Podemos, en palabras de su secretario de Organización y portavoz estatal, Pablo Fernández, el éxito extremeño justifica alentar el "arraigo de los territorios" y la ausencia de subordinación al PSOE con "políticas tibias". Un rechazo velado a Sumar y a todo lo que representa Yolanda Díaz: por una dependencia que en Podemos ven persistente en los socialistas, continuando en el Gobierno sin que Pedro Sánchez atienda sus demandas de regeneración, y por la ausencia de asentamiento en Aragón u otros enclaves regionales. La postura choca con la sostenida por la candidata en Extremadura y coordinadora de Podemos en la región, Irene de Miguel. En las valoraciones realizadas aún con el escrutinio en recuento, la candidata instó a la izquierda española a tomar ejemplo. "Somos una luz de esperanza para la izquierda transformadora de todo el país (...). La unidad es el camino para enfrentarnos al recorte de derechos que nos plantean las derechas", expresó.
El reflejo para IU o Sumar es el de que la unidad hace la fuerza. Al contrario que los morados, siguen una línea parecida a De Miguel. Al calor de los resultados, el coordinador federal de IU, Antonio Maíllo, instó a que "no haya vetos cruzados". Los izquierdistas llevan desde el primer momento intentando cohesionar a todos los grupos progresistas a la izquierda del PSOE que actualmente tienen representación. Se quiere añadir a Movimiento Sumar, que no cuenta con implantación. Pese a todo, y a que los magentas decidieron apoyar desinteresadamente a Unidas por Extremadura, ahora aseguran que no puede extrapolarse el mismo escenario a Aragón.
IU no quiere entrar en peleas. Podemos tira de ella para ir en coalición, mientras que los lazos con Movimiento Sumar ya son amplios en Andalucía, Castilla y León -irán en solitario en la provincia de León- y a nivel nacional, en Sumar dentro del Congreso y el Gobierno. Eso sí, los de Maíllo reafirman su posicionamiento como principal baluarte territorial de las alianzas, por su histórica implantación. El dirigente afirmó este lunes que tras lo visto en Extremadura "toca vertebrar" esa unidad "desde todo lo que existe en cada territorio y hacer una propuesta política que genere movilización y esperanza".
Tanto Sumar como Podemos e IU coinciden en una cosa: el PSOE se encuentra en un momento de agotamiento. Y creen que es necesario plantear una opción alternativa para todo el electorado de izquierdas que sirva como refugio y que impida seguir generando abstencionistas o desencantados con el sistema. Algo que deducen, impulsa a la ultraderecha.
Las diferencias entre Sumar y Podemos
La coordinadora general del Movimiento Sumar, Lara Hernández, reivindicó poco después que Maíllo la necesidad de unir fuerzas: "La gente premia la unidad, la suma de diferentes y la generosidad política. Para nosotras el objetivo es ensanchar el espacio y construir listas conjuntas para las autonómicas y las generales". Los magentas saben que tienen que tirar de Podemos y que, en todo caso, de no querer, deben ser los de Ione Belarra quienes expliquen por qué "prefieren la incapacidad de la izquierda" frente a la derecha.
Aunque en numerosas ocasiones durante este año Podemos se posicionó como alternativa al Gobierno, por la izquierda, y renunció a alianzas con "los partidos de la guerra" -en el contexto de la inversión en defensa-, la reedición de pactos como el extremeño han dejado claro que el inconveniente es el rechazo de asumir a Sumar como aglutinante de la izquierda. A que Díaz forme parte de esto, pese a no ser dirigente de Movimiento Sumar, solo líder dentro del Gobierno.
"Nosotros no vetamos a Podemos", señalan fuentes de alto grado en Sumar. Creen que Podemos puede acabar cediendo a un gran pacto de izquierdas, porque "sería inexplicable que se inhibieran" después de lo que ha dejado en claro Extremadura. "No se ha votado a De Miguel porque no esté Sumar y sí solo Podemos e IU. Se ha premiado lo tranquilo, la unidad". En Sumar llaman a Podemos a ser "responsable", aunque creen que a los morados le pesan sus vetos. Porque después de aliarse en Aragón, sería incomprensible que lo rechazasen en el resto de enclaves si funciona. También en unas generales. Más si Díaz insiste en ser de nuevo candidata y disputar primarias.
Otra de las "excusas" que Podemos plantea es la ausencia de representación y asentamiento regional. Para fuentes magentas, "ni si quiera Podemos puede presumir de arraigo territorial". Aseguran que a partir de 2011, ninguno de los nuevos partidos lo han conseguido al estar inmersa la política en una "etapa líquida". A esa ausencia de implantación se suma que Podemos acaba de cambiar su dirección, algo que destacan los magentas. "El debate que debe preocupar a Podemos es si vamos o no juntos. Cómo entendernos. El PSOE se va a hundir y en la izquierda necesitamos dar una alternativa sin ruido", aseguran fuentes de la confluencia.
Chunta complica más el asunto
Entre las múltiples opciones que pueden darse está que Podemos, IU y Sumar concurran juntos y Chunta se sume o no. La alternativa es que Podemos vaya por separado, IU-Sumar en alianza y Chunta de forma independiente. Si Podemos rechaza la unidad será muy complicado para los nacionalistas integrarse.
Ya lo es de por sí. Chunta no quiere abrirse a una alianza. Primero porque es algo ajeno a su cultura política en Aragón -no a nivel municipal, con ejemplos como Zaragoza en Común, o en generales, donde se ha presentado en el pasado con IU-. Y segundo, porque no los aragonesistas no lo ven como una opción realista. No creen que haya capacidad de poner de acuerdo a Podemos y a Sumar y prefieren jugar sus propias cartas. De hecho, acaba de dar un paso al frente el representante de Chunta en el Congreso -dentro de Sumar-, Jorge Pueyo, que competirá los próximos días en primarias contra Isabel Lasobras, actual secretaria general. Pueyo ofrece una visión más externa, de política nacional, mientras que Lasobras una línea continuista con lo anterior, más centrada en lo autonómico.
Desde Sumar, con todo, creen que aún pueden conseguir convencer a Chunta. "El problema es que Chunta no tiene la cultura política de las alianzas y están enmarcados en un debate profundo para ver quién lidera eso". Asumen que a los regionalistas les interesa liderar la candidatura, y pueden encontrarse diferencias al respecto. Tampoco quieren camuflar sus siglas. Los magentas creen que hay tiempo para el debate y para registrar esa candidatura. Existe el precedente de 2022, a la que se llegó a última hora de la noche, minutos antes del cierre del plazo. Podemos quedó fuera oficialmente, pero se negoció la entrada de sus miembros en las listas.
La alternativa turolense
Una de las opciones que podrían valorar los partidos de izquierdas es la de llegar a una acuerdo de mínimos para acudir coaligados en la provincia de Teruel. Algo que pese a todo es una sugerencia y no se ha profundizado en ello. El motivo es que allí Vox allí logró un representante. La unidad impediría que Vox, en el reparto de escaños salvo un impulso en urnas, consiguiese representación y eso podría dificultar la suma de la derecha de haber opciones. Fuentes de la izquierda aragonesa niegan ese mecanismo. Creen que si no hay unidad, sería contradictorio sí alcanzarla solo en una de las provincias.
Actualmente, IU y Sumar siguen en conversaciones con Chunta para tirar de ellos. IU asegura que hay conversaciones con Podemos. Pero ese enredo y esos vetos cruzados, así como las prioridades de cada formación, imposibilitan una alternativa. Con los resultados de 2023, Chunta (5,10%), Podemos-Alianza Verde (4,02%) e IU (3,13%) en alianza hubiesen sumado un 12,25% del voto, unas décimas más que Vox en toda la región. A nivel de escaños, de los 67 que se reparten, la suma habría sido la misma para todas las fuerzas pero la coalición habría superado con 8 escaños los 7 de Vox. Habrían robado uno al PP y otro al PSOE. Hasta ahora Chunta tenía 3 y el resto 1 cada uno.
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