El lago Crawford (Milton, Ontario, Canadá) puede ser la clave para reescribir la historia geológica. Este martes un equipo internacional de científicos ha elegido este lugar para estudiar las evidencias de una posible nueva época geológica: el Antropoceno. Un concepto que surgió hace un par de décadas, que a día de hoy es un tanto difuso y que divide profundamente a la comunidad científica. 

Algunas voces apuntan desde hace años que la acción humana ha provocado cambios tan grandes en la Tierra que ha hecho que entremos, directamente, en una nueva era geológica. Desde el calentamiento global hasta la pérdida de biodiversidad, pasando por el aumento de residuos o de la erosión, los marcadores que nos demuestran que vivimos en un planeta muy distinto a como solía ser son interminables. Pero no hay un consenso sobre cómo interpretar estos cambios y sobre cuál es su verdadero significado a nivel geológico.

C02 en la Tierra

El nivel dióxido de carbono es uno de los factores que ha llevado a algunos expertos a asegurar que hemos entrado en una era geológica distinta: el Antropoceno, que se inició por la alteración provocada por los humanos en el planeta. Esta visualización de la NASA muestra el CO2 que se añadió a la atmósfera de la Tierra en el transcurso del año 2021.

"La controversia no es sobre la influencia humana en el medio ambiente, eso no lo discutimos. Es si el Antropoceno es una unidad geológica", puntualiza Blanca Martínez, de la Unidad de Cultura Científica del Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC), en declaraciones al SMC España. A nivel oficial, la Tabla Cronoestratigráfica Internacional, elaborada por la Comisión Internacional de Estratigrafía (ICS, por sus siglas en inglés), nos dice que vivimos actualmente en la era Cenozoica, en el periodo Cuaternario, y en la época llamada Holoceno. Sin embargo, no todos están de acuerdo.

En 2009 se creó el Grupo de Trabajo sobre el Antropoceno (AWG, por sus siglas en inglés) para investigar si realmente la humanidad había provocado el nacimiento de una nueva era geológica. Y este martes el equipo de expertos ha dado el primer paso para refrendar su teoría con la elección del lago Crawford como GSSP (es decir, como punto de referencia para definir el comienzo de un nuevo período geológico).

"Crawford es muy especial porque nos permite ver cambios en la historia de la Tierra con una resolución anual", afirmó Francine McCarthy, geóloga en la Universidad de Brock (Canadá) y miembro del AWG. "Dentro de los sedimentos laminados anualmente hay varios marcadores en el registro geológico que serán retenidos allí durante muchos, muchos años. Así que podemos volver a ellas e identificar qué es lo que estaba pasando en la atmósfera o en el agua", añadió la experta.

El AWG propone establecer el inicio del Antropoceno alrededor del año 1950. Y es que a partir de esa fecha se comenzaron a extender por el planeta una serie de partículas radioactivas, procedentes de ensayos nucleares, que consideran un buen marcador para identificar el inicio de una nueva era. Y ese ha sido precisamente el motivo de la elección del lago canadiense como punto de partida.

"La capa que se propone como marcadora del estratotipo del Antropoceno se encuentra en una lámina de calcita depositada en el verano de 1950, y fue seleccionada debido al rápido aumento del plutonio a partir de entonces. Esta señal coincide además con un incremento de las partículas carbonáceas esferoidales, originadas por la quema de combustibles fósiles a elevadas temperaturas, y un importante cambio del ecosistema identificado por un declive en el polen de olmo y un reemplazamiento en las especies de diatomeas que viven en el lago", detalla para SMC Alejandro Cearreta, catedrático de Paleontología en la Universidad del País Vasco, director del Departamento de Geología y miembro del AWG.

Pero no es el único factor en el que se apoyan. Lo explica Colin Waters, geólogo de la Universidad de Leicester (Reino Unido) y miembro de AWG: "Realmente el punto en el que todo el planeta comienza a ver un cambio sincrónico es a mediados del siglo XX. En ese momento hay indicadores de los efectos como el aumento de la quema de combustibles fósiles, los cambios en las prácticas agrícolas, el aumento de la industrialización, el aumento de la globalización y la transferencia de especies en todo el planeta. Había un claro vínculo con la causa, con un efecto en la sucesión sedimentaria, que fue sincrónica en todo el planeta. Y eso es lo que buscamos".

La elección del lago es sólo el primer paso. Y el más sencillo. Pero no es suficiente. Ahora esta propuesta debe ratificarse por tres organismos internacionales: la Subcomisión de Estratigrafía del Cuaternario, la Comisión Internacional de Estratigrafía y la IUGS. "Esperamos que el proceso se complete a tiempo para el Congreso Geológico Internacional en Busan, Corea, que tendrá lugar en agosto de 2024", aseguró Waters.

Discusión científica

"Hay geólogos, incluso dentro del mismo AWG, donde son minoría, que dicen que no es necesario elevar el Antropoceno al nivel de una unidad geológica. Proponen definirlo como un 'evento geológico'. Esto no supone pasar formalmente por la ortodoxia geológica, ni requiere indicadores globales y sincrónicos, ya que un evento se manifiesta en diferentes territorios en distintos momentos, comenta Juan Carlos Gutiérrez Marco, geólogo y paleontólogo del CSIC en el Instituto de Geociencias (CSIC-UCM) para SMC España.

Jürgen Renn, historiador y científico alemán, explica que el concepto del Antropoceno fue popularizado en el año 2000 por Paul Crutzen, ganador del Premio Nobel de Química. Crutzen consideraba que la Tierra había cambiado tan dramáticamente por la intervención humana a una escala planetaria que ya no era legítimo usar el término de Holoceno para referirse a la época geológica actual.

"Cuando habló del Antropoceno la reacción fue mundial. El término ganó mucho interés mediático", asegura Renn. Y añade: "Crutzen apuntaba a un concepto interdisciplinario en el que estos estos impactos globales de la humanidad estaban conectados. No se trata solo del cambio climático. No es solo la pérdida de biodiversidad. No son solo los sedimentos que los humanos están moviendo. Es todo esto junto. Y esta ciencia del sistema terrestre es, por supuesto, un hecho notable. No estamos mirando un solo fenómeno físico o químico. Estamos viendo muchos fenómenos interrelacionados".

Para el experto el único problema fue que la geología normalmente funciona estudiando períodos terrestres, que habían comenzado hace miles o incluso millones de años, para distinguir las distintas etapas geológicas. Pero el Antropoceno, en teoría, comenzó a mediados del siglo XX. Así que la ciencia tuvo que adaptar sus métodos a este "nuevo desafío" para hacer lo que se ha llamado "una geología del presente".

"El trabajo y la selección del lugar es sólido", asegura Gutiérrez. "Pero los que pensamos que el Antropoceno es un evento geológico, fruto del impacto diacrónico de la actividad humana sobre nuestro propio ecosistema, no estamos por la labor de ponerle fecha de inicio y mucho menos de formalizar el término en una escala geológica que se mide en miles a millones de años, para crear una unidad a futuro y en el fondo culpabilista, por tratar de convertirla en la expresión geológica de un cambio global de origen antropogénico. Me parece ridículo que una élite minoritaria de geólogos se empeñe en poner una fecha para restringir el término a sus intereses. La geología de los últimos siglos está escrita no ya en las rocas, sino esencialmente en la historia y los calendarios que nos hablan de guerras, industrias, contaminaciones y desastres naturales", concluye el experto.