Nuestro planeta se desplaza hacia una modificación geológica única en una de las zonas más ardientes, desde un punto de vista tectónico, de la Tierra. Localizada en el epicentro del Cuerno de África, la corteza terrestre se abre paso, metro a metro, y deja al descubierto una modificación que cambiará el mundo, la formación de un nuevo océano. Las nuevas indagaciones constituyen una evidencia de que el proceso que divide el continente africano ha cobrado impulso y avanza hacia una modificación irreversible en la morfología del planeta.
Un nuevo océano en África
En la Depresión de Afar, en el punto de encuentro de las placas Nubia, Somalí y Arábiga, la corteza terrestre se estira constantemente y presenta continuos desgarros. Cada año, la fractura que recorre está zona aumenta de tamaño y de longitud, dado que el rifting (proceso geológico de extensión de la litosfera que causa la división de una placa tectónica) es un fenómeno todavía muy activo en esta región. El suelo es moldeado, da lugar a agrietamientos y se fractura a causa de fuerzas que tienden a generar nuevo espacio oceánico.
La infiltración del agua marca el inicio del cambio
Conforme se va dando la separación, las aguas del Mar Rojo y del Golfo de Adén van empezando a acoplarse en las nuevas cavidades, conformando el comienzo de la futura cuenca oceánica. Con este proceso se da la separación final del Cuerno de África con respecto al resto del continente. La primera penetración acuática marca el inicio de una nueva etapa para la geografía de África.
El nacimiento del océano por la actividad volcánica
El incremento de la actividad volcánica consolida la fractura de la corteza terrestre. El magma se eleva desde el manto, aún más fina la corteza, y va generando nueva superficie oceánica a la vez que se solidifica. Este ciclo continuo de fractura y crecimiento convierte a Afar en uno de los más grandes laboratorios naturales del planeta en que estudiar el nacimiento de un océano.
Los terremotos amplían la grieta
Los temblores periódicos de tierra son los que acelerarán todo el proceso, ya que cada temblor, es capaz de liberar una parte de la energía que se acumula en el subsuelo, lo que provoca que las placas se desplacen. Este hecho provoca que la fractura avance a mucho mayor velocidad de lo que se pensaba anteriormente. Los modelos computacionales actuales permiten afirmar que en un periodo de tiempo muy breve la la nueva cuenca oceánica se habrá desarrollado mucho más que en otras estimaciones anteriores.
El futuro del Cuerno de África
Con la apertura de esta cuenca oceánica todo el aspecto árido y desértico de esta región, se transformará completamente, el agua se irá introduciendo progresivamente en el terreno hundido, hasta que, primero se convierta en un estrecho mar interior y posteriormente en un océano completo. El territorio quedará divido y emergerá un nuevo espacio marino que modificará la geografía de África.
Impacto económico, ecológico y geopolítico
El agua emergerá por las nuevas rutas marítimas, se transformarán ecosistemas y se crearán alternativas económicas vinculadas a actividades de comercio, de pesca o de transporte. La biodiversidad tendrá un nuevo espacio para desarrollarse y las comunidades locales van a verse retadas por unos nuevos contextos físicos. El progreso del rifting es un buen recordatorio de que la Tierra nunca se encuentra estática y que su dinámica continúa transformando el mundo que habitamos.
La constitución de este futuro océano en el Cuerno de África está progresando a un ritmo cada vez más palpable. La zona de Afar sigue cambiando y nos muestra una modificación geológica que conformará un nuevo hito en la historia natural del planeta. Aunque el proceso se esté acelerando a un tiempo planetario corto, hablamos de miles de años como poco, por lo que ninguno de nosotros podremos presenciar el nuevo océano.
Te puede interesar