La idílica Venecia, conocida por sus canales y su ambiente romántico, se prepara para ser el escenario de un evento de alto perfil: la boda del magnate Jeff Bezos con Lauren Sánchez. Sin embargo, lo que prometía ser una celebración privada y lujosa se ha encontrado con una inesperada y enérgica oposición. Un colectivo de activistas locales ha anunciado una serie de protestas y acciones disruptivas para esta semana. Lo que buscan es bloquear la boda y utilizar su foco mediático para visibilizar problemas que, según denuncian, afectan gravemente a la ciudad y a sus residentes.

La boda de Bezos, la gota que colma el vaso

El grupo, bajo el lema "No Hay Espacio para Bezos" ha puesto en marcha una campaña de concienciación y acción directa. Su principal objetivo es luchar por una mayor disponibilidad de vivienda asequible para la población local. Esto además se da en un contexto donde el turismo masivo y las propiedades de lujo están "expulsando a los habitantes tradicionales". El magnate ha reservado 5 hoteles de lujo para los más de 250 invitados, además se prevé que se reservan "taxis" en los canales para que todos los presentes puedan visitar la ciudad. Los activistas exigen una prohibición total de estos cruceros gigantes, a los que culpan de dañar el frágil ecosistema de la laguna.

¿Cómo van a desarrollar estas protestas?

Las primeras acciones de los manifestantes no se han hecho esperar. Ya han aparecido una serie de banderolas con mensajes en los que demuestran que la presencia de Jeff Bezos y Lauren Sánchez está causando malestar. La Basílica de San Giorgio Maggiore y el famoso Puente de Rialto, son algunos de los lugares clave de estas protestas.

Para el día de la boda, los activistas han planeado tácticas más directas y simbólicas. Entre sus estrategias se incluye la posibilidad de saltar a los canales para obstruir el paso de los taxis acuáticos, un medio de transporte esencial en Venecia. Por otro lado, no se descarta bloquear los estrechos callejones que conducen a los posibles lugares de celebración de la boda. La intención es clara: dificultar el acceso de los invitados y generar un impacto visual que obligue a prestar atención a sus reivindicaciones.

Los activistas no solo dirigen sus críticas hacia el multimillonario y el tipo de eventos que representa, sino que también señalan directamente al alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro. Le acusan de desatender las necesidades de los residentes y de priorizar eventos que "solo benefician a una élite económica". Los organizadores de la protesta han enfatizado que todas sus acciones serán de carácter pacífico, buscando la visibilidad y el diálogo.

Venecia, un símbolo de lucha ante las "desigualdades"

La ciudad recibe más de 20 millones de visitantes al año, un dato que contrasta con su población local, de tan solo 250.000 personas. Los ciudadanos consideran que la elección de Venecia como escenario para una boda de esta magnitud, en un momento de crisis habitacional y medioambiental, es un símbolo de la desconexión entre la riqueza extrema y las realidades locales.

Por ello, la protesta contra la boda de Jeff Bezos va más allá y se convierte en un estandarte de la lucha global contra la gentrificación, el turismo excesivo y la mercantilización de los espacios urbanos en detrimento de sus comunidades. No es la única boda de celebrities que se ha realizado en plenos canales venecianos. Quizás la boda más sonada en Venecia de las últimas décadas fue la de George Clooney y Amal Alamuddin en 2014. Su unión transformó la ciudad en una extensión de Hollywood durante un fin de semana.

Dicho esto, los ojos del mundo, atraídos por el glamour y la curiosidad, estarán del 24 al 26 de junio en la pequeña ciudad italiana. La eficacia (o no) de estas protestas reside en la capacidad de los venecianos para transformar un evento privado en una plataforma pública, forzando una conversación sobre la sostenibilidad de las ciudades históricas y el futuro de sus habitantes.