María Pombo está embarazada de su tercer hijo. La noticia, adelantada por la revista ¡Hola! a partir de unas imágenes tomadas en el bautizo de sus sobrinas en Cantabria, confirma lo que para muchos seguidores era ya una sospecha: que la influencer madrileña, rostro destacado de esa constelación digital a medio camino entre la crónica social y el marketing familiar, volverá a ser madre en los próximos meses.
Ni María ni su marido, el arquitecto Pablo Castellano, se han pronunciado aún públicamente. Tampoco su agencia de representación. Pero fuentes del entorno han confirmado que la creadora de contenido, una de las más rentables del ecosistema español, está esperando su tercer hijo. El anuncio llega justo cuando la pareja cumple una década de relación y cinco años de matrimonio, y apenas un año y medio después del complicado parto de Vega, su segunda hija.
Con Martín (4 años) y Vega (2) ya en casa, la pareja ve así más cerca su objetivo declarado de formar una familia numerosa. No es un capricho nuevo: en múltiples entrevistas, Pombo ha expresado su deseo de tener varios hijos. También ha compartido, sin tapujos, las tensiones que la crianza y la exposición pública pueden generar en una relación. "Vamos a terapia para reencontrarnos, para enamorarnos todavía más", dijo en una ocasión. "Nos ayuda a no perdernos en el caos".
Pistas de una noticia anunciada
Pese a su aparente transparencia, el matrimonio ha gestionado esta nueva maternidad con sigilo. Solo ahora, revisando con lupa las palabras de Castellano en el reciente estreno de Jurassic World, se entiende su comentario: "Sea niño o niña, le amas igual. Lo único que pido es que nazca sano". Entonces pasó inadvertido. Hoy funciona como pista retroactiva.
Desde aquel primer parto documentado casi en directo –Pombo abandonando el hospital Quirón con el bebé en brazos frente a las cámaras– hasta su progresiva conversión en icono de una suerte de Kardashianismo castizo, la evolución de María Pombo ha sido también la de una nueva forma de celebridad: doméstica, rentable, aspiracional y meticulosamente compartida. El tercer embarazo no solo amplía la familia, también reactiva ese relato. Porque cada hijo, en este tipo de narrativa, es también un capítulo más.
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