Un grupo de personas sordas en Puerto Rico ha encontrado una forma de disfrutar la música de Bad Bunny en su residencia, No me quiero ir de aquí. Gracias al trabajo de intérpretes de lengua de señas, pueden "perrear" al ritmo de la música urbana, entendiendo las letras y el sentimiento de cada canción. Este esfuerzo es parte de una lucha más amplia de la comunidad sorda por la inclusión y el derecho a disfrutar de experiencias culturales que a menudo les son inaccesibles.

"Ha sido una experiencia maravillosa, en cuestión de accesibilidad, de poder entender lo que se está diciendo en la música, cual es el vocabulario que se está usando, y las señas, su energía, el ritmo va a la par con lo que es el concierto", asegura Zoé Marie Rodríguez, después de haber disfrutado de la presentación del Conejo Malo en el Coliseo de Puerto Rico, en San Juan.

Zoe ha compartido su experiencia personal con la agencia EFE, revelando que de niña no tuvo acceso a la música. Sin embargo, en abril de este año, su vida cambió al asistir a un concierto de la banda puertorriqueña Chuwi, famosa por su colaboración con Bad Bunny en Weltita, que contó con un intérprete de señas. Ella describe la experiencia como algo de lo que "se enamoró" al instante.

En Puerto Rico, según el último censo de la Defensoría de Personas con Impedimento, hay cerca de 200.000 personas con algún grado de sordera. "Es importante enfatizar que es mejor estar cerca del intérprete de lengua de señas para entonces poder relacionarnos con lo que está ocurriendo en tarima", destaca la fundadora y presidenta de la Asociación Puertorriqueña de Sordos y Sordos-Ciegos (APSSC).

Bad Bunny apuesta por incluir a intérpretes de señas en sus conciertos

Rodríguez, nacida en Toa Baja, subraya la necesidad de que todos los conciertos cuenten con intérpretes de lengua de señas. Para ella, la ausencia de estos especialistas genera una desconexión, impidiendo que las personas sordas "sientan la música" de manera plena.

"No puedo entender cuál es el concepto, puedo sentir quizás la vibración, quizá puedo entender alguna que otra palabra, pero no puedo tener esa inspiración, no voy a poder conectar con la energía de la misma forma que otras personas lo hacen", explica.

Por esta razón, Rodríguez insiste en que esta iniciativa se implemente en todas las salas de espectáculos a nivel global. Un ejemplo a seguir es el Coliseo José Miguel Agrelot de Puerto Rico, que se ha convertido en el pionero en Latinoamérica al garantizar la presencia de intérpretes de señas en todos sus eventos.

Afortunadamente, artistas como Bad Bunny ya están adoptando esta práctica, siguiendo los pasos de otros músicos comprometidos con la inclusión, como la española Rozalén y el puertorriqueño PJ Sin Suela, quien incluso llevó a una especialista en lengua de señas a su presentación en la plataforma Tiny Desk.

Intérpretes de lengua de señas en otros ámbitos

Aunque a Rodríguez le "encanta" que se fomente el acceso de las personas sordas a la música, enfatiza que la inclusión debe ir mucho más allá. Subraya la importancia de no olvidar otros ámbitos cruciales como el educativo y las citas médicas.

José de Jesús Rosado, intérprete de señas de National Interpreters, comparte esta misma visión. Rosado, quien se hizo viral por su forma de interpretar las canciones de Bad Bunny, reafirma en una entrevista a la agencia que se necesita el "mismo fervor" para tener intérpretes de lengua de señas en "todos estos ámbitos de acceso". Su mensaje es claro: la inclusión debe ser una prioridad en todos los aspectos de la vida, no solo en el entretenimiento.

José de Jesús Rosado aclara que su trabajo va mucho más allá de una simple traducción "palabra a palabra". Su objetivo es captar y transmitir la intención completa del artista, es decir, lo que el cantante quiere proyectar. Para lograrlo, adaptan el lenguaje y las señas al idioma de los espectadores y a los usos propios de cada país.

Rosado subraya la importancia de un estudio minucioso de las letras. Él y su equipo analizan con detenimiento las metáforas y el significado profundo de cada canción para asegurar que la experiencia sea la mejor posible para las personas sordas, permitiéndoles conectar con la esencia de la música.