Iñaki Urdangarin ha concedido este jueves su primera entrevista televisiva tras más de una década marcada por el caso Nóos y su paso por prisión. La conversación, emitida en 'La 2 Catalunya' y conducida por Jordi Basté, repasa cómo vivió la condena, su ingreso en la cárcel de Brieva y el impacto que todo ello tuvo en su familia y en su vida personal.
Recuerda con precisión el día en que conoció la sentencia del Supremo, en Ginebra, donde reunió a sus cuatro hijos para explicarles que debía ingresar en prisión seis días después. Los primeros meses en Brieva fueron, asegura, los más duros: "Lloré mucho. No lo gestioné bien. No se lo deseo a nadie". Explica que las cartas de apoyo le ayudaron a sostenerse y que la atención psicológica fue esencial: "Es energía en dos direcciones. Yo estaba bien si los de fuera estaban bien".
El deporte se convirtió en su refugio durante el aislamiento y aprovechó su estancia en prisión para formarse: hizo cursos de bienestar emocional, inició un máster de psicología y obtuvo la titulación de entrenador. Dice que ese proceso le permitió “ganar equilibrio” y preparar una nueva etapa.
En la entrevista, Urdangarin admite que la condena tuvo consecuencias profundas: "Materialmente lo perdí todo y también uno de los amores de mi vida, Cristina. Fue un periodo muy duro y me da pena porque es una mujer a la que quiero mucho". Afirma, no obstante, que tanto su madre como sus hijos siempre confiaron en él: "Saben que es imposible que tuviera voluntad de delinquir".
Cuatro años después de salir de prisión, asegura estar centrado en una empresa de acompañamiento personal y deportivo: "Quiero ayudar a otra gente a superar tropiezos como los que yo he tenido". La entrevista llega en un momento especialmente delicado para la Casa Real, tras la publicación de las memorias de Juan Carlos I, aunque Urdangarin evita entrar en cuestiones familiares.
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