Victoria Federica de Marichalar y Borbón vuelve a situarse en el centro de la actualidad social. La nieta del rey Juan Carlos I e hija de la infanta Elena, de 25 años, protagoniza ahora titulares por lo que parece el inicio de una nueva relación sentimental. Según ha adelantado la revista Lecturas, llevaría dos meses saliendo con Jorge Navalpotro, un empresario madrileño vinculado al ocio nocturno.

Nacido en Madrid en 2001, Navalpotro reside en Pozuelo de Alarcón y pertenece a una familia vinculada al mundo del ocio de la capital. Es hijo de Eulogio Navalpotro, fallecido en 2014, y Amparo Simón. Su familia es propietaria de La Riviera, una de las salas de conciertos y discotecas más emblemáticas de Madrid.

La influencia de su familia le ha permitido desenvolverse con naturalidad en los círculos sociales y empresariales relacionados con el ocio. De hecho, Navalpotro ya trabaja en el negocio familiar, como se desprende de su perfil de Instagram, donde comparte fiestas y conciertos organizados en La Riviera, como la edición madrileña de la fiesta global Bresh.

Baloncesto y coches de alta gama

En cuanto a su vida privada, Navalpotro ha sido reservado, evitando exposiciones públicas innecesarias y limitando su presencia mediática principalmente a su círculo de amigos y actividades relacionadas con la cultura y la noche madrileña, pero su vinculación con la nieta del rey emérito ha puesto su nombre en el centro de atención. Sus publicaciones en Instagram muestran a un joven que disfruta de la vida y tiene recursos de sobra para hacerlo. Se le ve al volante de varios coches de lujo en Madrid, Marbella o Sevilla, a cuya Feria de Abril suele acudir a divertirse con sus amigos.

Además de su faceta empresarial, Navalpotro cuenta con un pasado deportivo: durante su etapa formativa jugó al baloncesto en el Real Canoe, y gracias a sus cualidades como alero y su estatura de 1,97 metros disfrutó de una estancia educativa en Florida Estados Unidos.

Un año clave para Victoria Federica

Este nuevo romance llega en un momento especialmente favorable para Victoria Federica, tanto en el plano personal como profesional. En los últimos meses, la joven ha reforzado su presencia pública y ha dado pasos significativos para construir su propio camino mediático. Su participación en el programa televisivo El Desafío supuso su debut en televisión y consolidó su imagen ante una audiencia más amplia.

Paralelamente, su faceta como creadora de contenido y prescriptora de moda se ha visto consolidada. Convertida en un reclamo habitual para firmas de lujo, Victoria Federica o “Vic” como prefiere que la llamen, es una presencia constante en desfiles, presentaciones y photocalls. Las marcas se la disputan y sus redes sociales se han convertido en una plataforma clave de su proyección pública.

Pistas de una relación no consolidada

Aunque ninguno de los dos ha confirmado públicamente la relación, las redes sociales han alimentado las especulaciones. Se han podido ver en sus posts de Instagram comentarios como “qué bien te sientan los domingos” y respuestas cómplices como "tengo a la mejor fotógrafa", han sido suficientes para disparar las sospechas.

También se han comentado imágenes compartidas desde localizaciones similares y fotografías publicadas el mismo día desde lo que parece ser la vivienda de Navalpotro. Sin embargo, Victoria Federica ha optado por mantener silencio. Tras hacerse pública la exclusiva, acudió a un evento cultural en Madrid y evitó deliberadamente el photocall y cualquier declaración sobre su vida privada.

¿Un patrón similar en las relaciones de la socialité?

La identidad del nuevo acompañante de Victoria Federica ha reavivado el debate sobre sus gustos sentimentales. Hasta el verano pasado, la joven mantuvo una relación con Borja Moreno Oriol, otro empresario vinculado al ocio nocturno madrileño. Antes de salir con ella, Moreno había sido pareja de Amina Martínez de Irujo, hija de Cayetano Martínez de Irujo y Genoveva Casanova.

Este detalle ha llevado a algunos a señalar un posible patrón: hombres jóvenes, empresarios y ligados al mundo de la noche. No obstante, desde su entorno restan importancia a estas interpretaciones y recuerdan que se trata de relaciones normales dentro de círculos sociales compartidos y propias de su generación.