La cruz pectoral que lució el nuevo Papa León XIV, el pasado jueves 8 de mayo, día de su elección, cuando se presentó al mundo desde la Logia Central de la Basílica de San Pedro, contiene una reliquia de San Agustín, consistente en unos fragmentos de huesos del obispo de Hipona, y de su madre, santa Mónica.
Además, según informa 'Vatican News', la cruz contiene otras tres reliquias, de Santo Tomás de Villanueva, arzobispo de Valencia que vivió entre los siglos XV y XVI, y que fue un reformador de la vida religiosa; del beato Anselmo Polanco, obispo de Teruel, mártir de la persecución religiosa en España (1936-1939), y del venerable Giuseppe Bartolomeo Menochio, sacristán papal desde 1800, que sirvió a la Iglesia durante la tormenta napoleónica.
El postulador general de la Orden Agustiniana, Josef Sciberras, ha explicado que fue un regalo que la Curia General quiso hacer a su hermano Robert Prevost el día de su creación como cardenal, el 30 de septiembre de 2023, y evocan figuras de santidad en la familia agustiniana que encarnan la fidelidad, la reforma, el servicio y el martirio.
"La víspera del Cónclave, el martes pasado, le envié un mensaje recomendándole que llevara la cruz que le habíamos regalado, para tener la protección de los santos Agustín y Mónica", ha asegurado el padre Sciberras a los medios vaticanos. Cuando vio que salía al balcón central de la basílica de San Pedro con ella, asegura que se alegró mucho.
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