El intento de asesinato del senador colombiano Miguel Uribe Turbay, precandidato presidencial, que tuvo lugar el sábado en un barrio de Modelia, en Bogotá, es "un atentado contra toda la sociedad… y es, claro, un ataque directo contra las bases de la democracia". Así reza el editorial, titulado Le dispararon a la democracia, de El Tiempo de Bogotá, uno de los diarios más influyentes de Colombia.
Miguel Uribe Turbay, de 39 años, estaba dando un mitin cuando un adolescente de 15 años le descerrajó varios tiros con una Glock de 9 mm que había sido adquirida en Arizona en 2020. Dos disparos le impactaron en la cabeza. El ministro del Interior, Armando Benedetti, ha alertado que puede ser el primer atentado de una serie. "Lo que está ocurriendo puede ser un primer eslabón de una cadena de varios atentados y de ataques terroristas y de intentos de asesinato o una cascada de ellos", ha señalado el ministro.
¿Cómo es posible que un chico pudiera acercarse tanto al senador sin ser advertido por la seguridad? Uribe Turbay había pedido más vigilancia hasta en 23 ocasiones a la Unidad Nacional de Protección (UPN), según ha denunciado su familia. El abogado de la familia, Víctor Mosquera, ha informado de que han presentado una denuncia formal contra el director de la UPN, Augusto Rodríguez. Ese día la protección se había rebajado "extrañamente" de siete a tres personas, cuestión que se está investigando, según ha confirmado el presidente, Gustavo Petro, que acusó a la oposición de usar electoralmente el atentado.
"He averiguado quién era el que tomaba las decisiones del esquema de seguridad, si era la UNP (Unidad Nacional de Protección) o Policía. Lo que dice hasta ahora, es que tenía la conducción de la Policía. La oposición desconfía del Gobierno, pero la Policía está fuertemente infiltrada", ha indicado Petro.
"Miguel necesita un milagro"
El senador, del partido uribista Centro Democrático, está entre la vida y la muerte. "El paciente Miguel Uribe Turbay continúa en estado crítico y ha tenido escasa respuesta a las intervenciones y manejos médicos realizados", indica el comunicado emitido este lunes.
La esposa de Miguel Uribe Turbay, María Claudia Tarazona, ha reconocido que el senador necesita "un milagro". En Instagram ha escrito: "La familia que construimos es mi mayor fortaleza, hoy estás luchando como un guerrero por tu vida. El amor de Alejandro, las niñas y el mío es el lazo que te ata a la vida". Son padres de un niño de seis años y ella tiene tres hijas de una relación anterior.
Hijo de una periodista asesinada
Miguel Uribe Turbay es hijo de la periodista Diana Turbay, que fue secuestrada mediante engaños por Pablo Escobar. Los Extraditables pretendían extorsionar al entonces presidente César Gaviria. Tras cinco meses de secuestro, Diana Turbay murió cuando intentaban rescatarla. Era 1991 y su hijo Miguel solo tenía cinco años.
El senador confiesa que su dedicación a la política se inspira en el ejemplo de su madre, de quien apenas tiene recuerdos. Pero es hijo, sobrino y nieto de políticos. Su abuelo fue el presidente Julio César Turbay Ayala (1978-1982), del ala más derechista del Partido Liberal. Su abuela, la primera dama, Nydia Quintero de Turbay, también le imprimió carácter.
Miguel Uribe Turbay dio sus primeros pasos en política en el Ayuntamiento de Bogotá, cuando era alcalde Enrique Peñalosa, que fue su mentor. Coincidió después con Gustavo Petro como alcalde, y desde entonces ha mantenido serios enfrentamientos políticos con el actual presidente. Aspiró a la Alcaldía en 2019 sin éxito pero en 2022 logró ser elegido senador. Ahora aspiraba a ser el elegido del uribismo como candidato a la Presidencia. Las elecciones presidenciales se celebran en Colombia dentro de un año.
"El intento de asesinato de Uribe Turbay es un mal presagio de las elecciones del próximo año. En términos de impacto es un golpe a toda la sociedad y a la política colombiana. Es volver a la memoria de atentados contra candidatos de los 90", afirma el colombiano Sergio García Rendón, investigador del Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales (CIEPS) en Panamá.
El intento de asesinato de Uribe Turbay es un mal presagio de las elecciones del próximo año"
SERGIO GARCÍA RENDÓN, INVESTIGADOR CIEPS
Un asesino adolescente
El autor material de los disparos está hospitalizado bajo custodia policial. Cincuenta efectivos le vigilan mientras se recupera en una clínica de Bogotá. Resultó herido en la persecución para ser atrapado. Es un muchacho de 15 años que confesó que lo había hecho para conseguir "plata para su familia" al caer en manos de los policías. Varias personas de su entorno han sido interrogadas. El adolescente vivía con una tía suya en el barrio de Villas de Alcalá. Su madre murió muy joven y su padre emigró.
El menor ha confesado que la orden la dio "el hombre de la olla", refiriéndose al sitio donde se vende droga del barrio Villas de Alcalá. "Fue el man de la olla, yo digo quién fue. Déjenme darles los números", dijo al ser interceptado, según ha publicado El Tiempo.
El presidente Gustavo Petro ha informado este lunes que el "niño asesino" había participado en el programa Jóvenes en Paz, de su gobierno. "El informe que tengo de los profesionales es que demostró una personalidad completamente conflictiva, sin capacidad de establecer vínculos intersociales. Duró dos meses, no asistió a ninguna clase y se retiró voluntariamente", ha escrito en X Gustavo Petro.
La fiscal general, Luz Adriana Camargo, ha confirmado que el menor se expondría a una pena de ocho años de cárcel por tentativa de homicidio y tenencia ilegal de armas, pero no necesariamente en un centro de menores delincuentes, según informa W Radio Colombia. La Fiscalía apunta a una red de sicarios como organizadores del crimen.
Quiénes pueden estar detrás del atentado
La última tesis apunta a la disidencia de las FARC. La precandidata presidencial Vicky Dávila, uribista, ha escrito en su cuenta de X que un militar activo de inteligencia le ha advertido que la disidencia de las FARC está detrás del atentado contra Miguel Uribe. "Quiero informar a los colombianos: en las últimas horas tuve comunicación con un militar activo de inteligencia. Me advirtió que alias Mordisco ordenó el atentado al precandidato Miguel Uribe y que se trata de un plan terrorista que incluye atacarnos a María Fernanda Cabal y a mí".
Hay más de 180 agentes de Inteligencia de la Policía y del cuerpo de investigación de la Fiscalía de la República tratando de averiguar quién está detrás de este atentado. El ministro de Defensa, Pedro Arnulfo Sánchez, dio indicios el domingo sobre los grupos que podrían estar detrás del ataque al senador.
"No se descarta la participación de grupos armados, grupos de delincuencia común, organizada y mafias como la junta del narcotráfico y también otros actores ocultos", dijo el ministro, que aseguró que el autor o autores intelectuales saldrían a la luz. Anunció que se ofrecen unos 600.000 euros de recompensa para quien ofrezca pistas que conduzcan a quienes idearon el atentado.
Y concluyó con un claro rechazo al "lenguaje de odio y las amenazas en redes sociales. Insultar, incitar y dividir solo beneficia a los criminales. En estos momentos Colombia necesita unidad, respeto y sensatez".
Una violencia política que viene de lejos
"En Colombia se siguen reproduciendo ciertos patrones de violencia política que han estado presentes desde siempre. Colombia es junto a México el país latinoamericano con más candidatos a la Presidencia que han sido asesinados. Este intento de asesinato muestra que los conflictos entre élites se siguen dirimiendo a través de la violencia. No estamos ante un asesinato más, es un asesinato con connotaciones políticas. La violencia está presente en las altas esferas de la política colombiana", señala Francisco Sánchez, director del Instituto de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca.
¿Cómo se explica esta presencia de la violencia política en Colombia? García Rendón lo ve como "el resultado del aumento de un discurso cada vez más polarizado, más negador del otro, negador de la oportunidad de discutir con el otro. Proviene del uribismo, pero el Gobierno de Petro utiliza el mismo discurso. Hay sectores en la política colombiana que se benefician de ese tipo de discurso. Son como hooligans. Es lo que denomina Mariano Torcal la polarización afectiva".
"Hay un sector que se quiere acercar, que aboga por el diálogo. Es el centro. Pero basta que el Gobierno y el uribismo mantengan este discurso para que siga vivo. Y se hace más fuerte. El petrismo y el uribismo se alimentan de la polarización afectiva”, añade el investigador.
"En un contexto en el que el gobierno de Petro no ha logrado una gestión buena, los servicios públicos y la política energética son grandes retrocesos, lo que le queda es arengar. El camino es un discurso de confrontación con las élites, a los que acusa de ser fascistas, asesinos y el uribismo se alimenta con un discurso de derechas, cada vez más cerrado", indica.
Lo peor es que los dos grupos no tienen incentivos para desescalar, ya que se alimentan de este discurso. "Al uribismo le gusta el discurso del miedo, la mano dura, la seguridad, y el petrismo alienta contra la élites. Difunden que fue la misma derecha para galvanizarlos y lo dicen sus líderes", añade García Rendón. "Este aumento de la polarización afectiva significa un riesgo par la democracia colombiana. Las elecciones presidenciales serán un momento clave".
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