La pantalla quedó cubierta de humo. Sahar Emami continuaba hablando cuando una segunda explosión sacudió el estudio. Frente a cientos de miles de espectadores, la presentadora estrella de la televisión estatal iraní se levantó y salió de plano mientras el polvo cubría las cámaras. “El sonido que acaban de oír es el sonido del agresor atacando nuestra patria, el sonido del agresor que busca sofocar la justicia y la verdad”, dijo, con el dedo índice en alto, en una retransmisión en directo interrumpida por la ofensiva israelí sobre Teherán.
Un día después, su imagen reaparecía en una de las principales plazas de la capital, convertida en un nuevo símbolo nacional: un mural gigante la mostraba con una cita extraída del Shahnameh, el poema épico persa con más de un milenio de antigüedad. Había nacido una heroína televisiva en tiempo real, un icono de la bautizada por Donald Trump como “la guerra de los 12 días” que a principios de esta semana concluyó tras alcanzarse un alto el fuego con mediación de Qatar.
Pero la narrativa que la elevó no fue casual ni espontánea. Fue parte de una campaña cuidadosamente diseñada para sostener la versión oficial del régimen en mitad de la mayor escalada militar entre Irán e Israel, la campaña más destructiva para Irán desde su guerra en la década de 1980 contra la vecina Irak.
De los muros a la IA
La maquinaria propagandística iraní combina viejos métodos —murales, lemas y mártires— con nuevos instrumentos: inteligencia artificial, desinformación dirigida y represión selectiva. Todo, bajo un mismo objetivo: controlar el relato, tanto dentro como fuera del país. “El régimen mantiene un control total sobre todos los medios de comunicación dentro de Irán, incluyendo la televisión, la radio, el acceso a Internet y los periódicos”, señala a El Independiente Arvin Khoshnood, experto en asuntos iraníes.
“Su llamado 'ejército cibernético', que opera bajo los servicios de inteligencia, desempeña un papel fundamental en la difusión de propaganda, la diseminación de desinformación y la difamación. Una táctica habitual es la creación de cuentas falsas en las redes sociales que se hacen pasar por partidarios del príncipe heredero Reza Pahlavi (u otros grupos de la oposición). Estas cuentas se utilizan para atacar a personas que trabajan con el príncipe heredero (u otros) o que le apoyan, sembrando la división y la desconfianza dentro de la oposición”, agrega Khoshnood.
Durante los ataques israelíes de las últimas dos semanas, esta estrategia ha tratado de mantener la cohesión interna y ofrecer un relato que evitara cualquier peligro de levantamiento popular, consolidando una narrativa frente a un enemigo, Israel, que tenía como uno de sus objetivos forzar un cambio de régimen y hacer colapsar la República de los Ayatolás.
“La televisión estatal iraní, principalmente la Radiodifusión de la República Islámica de Irán (IRIB), ha desempeñado un papel decisivo en la proyección de una imagen de fuerza y resistencia”, admite en declaraciones a este diario Hanif B. Asyabani, experto en Irán y miembro del Grupo de Trabajo de Derechos Humanos del Consejo Nacional de la Resistencia Iraní (CNRI), uno de los grupos de la atomizada oposición iraní. “Los medios de comunicación estatales cambiaron sus celebraciones de 'Eyde Ghair' por propaganda de guerra. Las operaciones militares fueron dramatizadas y, en muchos casos, fabricadas. Por ejemplo, se reciclaron y presentaron imágenes antiguas de lanzamientos de misiles rusos y restos de aviones no tripulados paquistaníes como parte de los recientes ataques de represalia de Irán contra Israel. La cobertura de IRIB incluyó escenas de misiles hipersónicos Fattah-1 supuestamente desplegados contra objetivos israelíes”, detalla.
Contra el enemigo
No es la primera vez que la IRIB ha estado en el centro de la polémica. Su cobertura en algunos de los acontecimientos que ha vivo el país -como las protestas que sucedieron a la muerte de Mahsa Amini en 2022 tras su detención por la policía moral- ha recibido las críticas de los sectores reformistas de la sociedad iraní. “Cuando los ataques israelíes golpearon Teherán, incluido el propio cuartel general de IRIB, el 16 de junio, el régimen aprovechó la oportunidad para reforzar una narrativa de victimismo y firmeza. Los presentadores interrumpieron las transmisiones solo brevemente antes de reanudar la cobertura desde estudios alternativos. Una presentadora visiblemente conmocionada, que huía de los escombros, no fue retratada como una víctima de la guerra, sino como un símbolo de 'verdad y justicia'”, indica Asyabani.
“Su retrato fue colocado en gran tamaño fuera de las paredes de los edificios y en los puentes de las carreteras como un símbolo de 'mujer musulmana revolucionaria ejemplar' y se crearon poemas y canciones en su admiración. Este encuadre tenía como objetivo agitar las emociones nacionalistas y desviar las críticas sobre el propio papel del régimen en la escalada de tensiones”, señala este experto iraní afincado en el extranjero. Durante dos semanas, los canales iraníes han informado, además, de las operaciones firmadas en el interior del país por supuestos agentes del Mossad a partir de la producción local de pequeños drones. Algunos de los sospechosos han aparecido en la televisión estatal maniatados y con los ojos vendados.
Como sucede en el lado israelí, donde el periodismo independiente resulta cada vez más escaso y es liderado por el rotativo Haaretz, acosado por el Gobierno de Netanyahu, la desinformación ha sido una de las principales herramientas usadas por el poder. “Las campañas de desinformación jugaron un papel central. Las cuentas de redes sociales favorables al régimen compartieron ampliamente imágenes generadas por IA de aviones israelíes derribados y manipularon imágenes de ataques, muchas de las cuales fueron rápidamente desacreditadas. Por ejemplo, un informe de IRIB del 21 de junio mostró imágenes editadas de un ataque israelí anterior en la ciudad de Bagheri en Chitgar, despojadas del sonido original para implicar una reciente represalia iraní. Tales fabricaciones digitales, vistas millones de veces, estaban destinadas a elevar la moral y sugerir la superioridad militar de Irán. Sin embargo, esta estrategia corre el riesgo de ser contraproducente. Cuando las discrepancias salen a la luz, alimentan el cinismo público, especialmente entre los jóvenes iraníes, muchos de los cuales ya están profundamente desilusionados con el régimen”, opina Asyabani.
La historia de Sahar Emami es uno de los mejores ejemplos del uso propagandístico que durante las últimas semanas ha alimentado Teherán. Ingeniera agrícola de formación, presentadora desde 2008, Emami fue aclamada como “la leona iraní” tras continuar en directo durante los bombardeos. El régimen aprovechó la escena para construir un relato épico: el presidente Masoud Pezeshkian la calificó de “espíritu inquebrantable”, el ministro de Exteriores la llamó “la voz de Irán” y una portavoz del gobierno la comparó con Gordafarid, la legendaria guerrera del Shahnameh.
Imágenes generadas por IA
La propaganda no fue el único brazo de la estrategia estatal. En paralelo, el régimen lanzó una ola de represión para silenciar cualquier disidencia. Decenas de personas fueron arrestadas en provincias como Isfahán y Lorestán bajo acusaciones de “colaboración con el enemigo” o por compartir información “falsa”. Dos ejecuciones fueron anunciadas públicamente como castigo por espiar para Israel.
“El régimen cuenta además con una red de supuestos 'expertos' con sede en el extranjero para moldear la narrativa internacional a su favor. Un ejemplo notable es la Iniciativa de Expertos en Irán, una campaña creada por el régimen alrededor de 2013-2014 para influir en la toma de decisiones occidentales durante las negociaciones nucleares. Muchas de las personas que participan en esta iniciativa siguen siendo citadas en los principales medios de comunicación internacionales como analistas independientes, a pesar de sus vínculos con el régimen”, señala Khoshnood.
Una imagen que procedía de un ataque de drones indio en Pakistán
PressTV, el canal de noticias estatal iraní en inglés, compartió al menos dos fotos obsoletas, ambas presentadas de forma inexacta como si mostraran el conflicto actual.
El 17 de junio, Press TV publicó una foto de un dron ahogado con la leyenda: «Dron israelí derribado cerca de la central nuclear de Natanz».
La foto ya había circulado por Internet hace un mes en noticias pakistaníes que afirmaban que el ejército del país había derribado drones de fabricación israelí lanzados por la India.
Teherán ha construido una red de canales para ofrecer su versión de los hechos. Desde hace años opera dos televisiones -PressTV en inglés e HispanTV, en español- que han denunciado la agresión israelí y “el ataque imperialista” mientras cantaban las bondades de la Revolución Islámica. Para amplificar sus mensajes, el líder supremo Ali Jamenei dispone de cuenta de X en español donde su equipo lanza los mensajes traducidos al castellano.
“Si bien los medios de comunicación estatales, el contenido manipulado y las exhibiciones callejeras han ayudado a proyectar una imagen de unidad y fuerza, la dependencia del régimen de la fabricación y su disminución de la credibilidad entre la población limitan la efectividad de estos esfuerzos. El pueblo iraní, lejos de estar unido detrás del régimen, ve cada vez más a través de la fachada y, en algunos casos, se burla abiertamente de ella”, opina Asyabani.
Los tentáculos de Israel en la propaganda contra Teherán
En plena contienda, Israel ha tratado de contraprogramar la propaganda iraní con otra destinada a socavar Teherán. "Esta guerra de información se ha librado principalmente en canales de televisión por satélite y en las redes sociales, financiada por diversos actores estatales y grupos políticos, aunque en su gran mayoría por grupos israelíes o afines a Israel que han difundido narrativas proisraelíes en los hogares iraníes y en los dispositivos personales", explica Nahid Siamdoust, profesora adjunta de Estudios sobre Oriente Medio y Medios de Comunicación en la Universidad de Texas, en la revista New Lines.
"Esta propaganda israelí ha tomado las demandas populares y auténticas para poner fin a la teocracia expresadas por el movimiento iraní Mujer, Vida, Libertad de 2022 y las ha convertido en un arma para apoyar el ataque militar de Israel. En estas narrativas proisraelíes, el Gobierno israelí, que apoya la candidatura del príncipe heredero al poder, se presenta como el salvador de las mujeres iraníes.
Estas narrativas son promovidas por la cadena de televisión por satélite en lengua persa y el sitio web Iran International —aparentemente financiado por Arabia Saudí, pero totalmente proisraelí—, así como por figuras políticas estadounidenses e israelíes y cientos de microinfluencers en las redes sociales".
"No es casualidad que Israel haya bautizado su operación militar como «León Resurgente», un importante símbolo persa que adornaba la bandera de Irán antes de la revolución de 1979, durante la era Pahlavi", apunta Siamdoust, "El resultado de la propaganda y la desinformación de estos grupos ha sido una esfera pública iraní muy polarizada, en la que los iraníes con diferentes convicciones políticas no encuentran puntos en común y hablan sin escucharse".
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