Israel y Siria alcanzaron a última hora de este viernes un acuerdo de alto el fuego con mediación de Estados Unidos y respaldo de Turquía, Jordania y otros países vecinos, en un intento por frenar la reciente escalada del conflicto en el sur de Siria. El anuncio fue realizado por el enviado especial estadounidense en Siria, Tom Barrack, quien confirmó el compromiso entre el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el presidente sirio Ahmed al-Sharaa.

“El primer ministro israelí @Netanyahu y el presidente sirio Ahmed al-Sharaa @SyPresidency, con el apoyo de EE.UU. @SecRubio, acordaron un alto el fuego, aceptado por Turquía, Jordania y sus vecinos”, escribió Barrack en su cuenta oficial de X. El diplomático también exhortó a las comunidades drusa, beduina y sunita a deponer las armas y trabajar por “una nueva identidad siria unida en paz y prosperidad con sus vecinos”.

Sin embargo, la situación en la provincia siria de Al Sueida, de mayoría drusa, sigue siendo crítica. Desde el domingo pasado, esa región ha sido escenario de intensos enfrentamientos sectarios entre grupos drusos y clanes beduinos, lo que ha provocado una de las crisis humanitarias más graves en la zona en lo que va del año. El presidente sirio ha agradecido este sábado las gestiones de Washington. "Apreciamos el papel de los Estados Unidos de América al confirmar su apoyo a Siria y su unidad", ha indicado. "No está permitido juzgar a la honorable secta drusa en su conjunto por las acciones de unos pocos individuos. Los acontecimientos han demostrado que los habitantes de Sueida apoyan al Estado, con la excepción de un pequeño grupo", ha subrayado tras advertir que "Siria no será campo para proyectos separatistas".

La presidencia siria asegura que desplegará una nueva fuerza para detener los mortíferos enfrentamientos sectarios entre combatientes beduinos y drusos en el sur del país. La oficina del presidente interino sirio, Ahmed al Sharaa, instó a "todas las partes a actuar con moderación", en medio de informes sobre la reanudación de los combates cerca de la ciudad de Suweida el viernes.

Más de 700 muertos en seis días de violencia

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, al menos 718 personas han muerto en los enfrentamientos registrados desde el pasado domingo. La violencia también ha provocado el desplazamiento de unas 2.000 familias, de acuerdo con estimaciones de la ONU.

Los choques comenzaron como disputas locales entre comunidades, pero se intensificaron tras la intervención del ejército sirio, que intentó retomar el control de una región tradicionalmente bajo la autoridad de facciones locales drusas. En respuesta, Israel lanzó varios bombardeos, alegando defender a la minoría drusa, incluida una serie de ataques el miércoles contra el Ministerio de Defensa y zonas cercanas al Palacio Presidencial en Damasco.

A pesar de la entrada en vigor del alto el fuego entre el gobierno sirio y las facciones locales el miércoles, Israel volvió a atacar este jueves la provincia de Al Sueida. Según fuentes locales, uno de los bombardeos habría alcanzado a un grupo beduino, lo que puso en duda la efectividad del cese al fuego recién acordado.

Contexto y tensiones persistentes

La minoría religiosa drusa, que profesa fe secreta y única derivada del islam chií, ha estado históricamente marginada y con una posición ambigua frente al gobierno central. Ha sido una pieza clave en el equilibrio de poder en el sur del país. Tras participar activamente en el derrocamiento de Bashar al Asad, los líderes drusos han mantenido una postura crítica frente al nuevo gobierno islamista liderado por Al Sharaa, y se niegan a permitir la entrada de fuerzas regulares en su territorio.

La intervención de Israel ha añadido una nueva dimensión regional al conflicto, mientras Estados Unidos intenta posicionarse como mediador en una zona marcada por la fragmentación étnica y la desconfianza histórica.