La Junta de Revisión de California ha rechazado este viernes la solicitud de libertad condicional de Lyle Menéndez, que se suma al rechazo un día antes de la petición de su hermano Erik. Ambos fueron condenados en 1996 a cadena perpetua por el asesinato de sus padres, José y Kitty, en su casa de Beverly Hills en agosto de 1989.
El jueves fue Erik quien compareció en una audiencia virtual de diez horas, con testimonios de la Fiscalía de Los Ángeles y de víctimas del caso. El viernes se revisó la petición de Lyle, que recibió idéntica respuesta. Ambos permanecerán en la prisión Richard Donovan, en San Diego.
La familia de los hermanos ha manifestado su “decepción” con las resoluciones y ha anunciado que seguirá explorando vías legales en busca de su liberación. La última esperanza procesal, tras el fallo de la junta, pasa porque el gobernador de California decida revisar el caso, aunque este escenario se percibe como improbable.
Un crimen que marcó los noventa
Los Menéndez asesinaron a sus padres con escopetas mientras estos veían televisión en el salón de su vivienda. Inicialmente aseguraron que habían encontrado los cuerpos al volver a casa, pero pronto levantaron sospechas al iniciar una vida de excesos financiada con la herencia. El juicio, retransmitido por televisión, dividió a la opinión pública: la defensa alegó abusos sexuales por parte del padre, pero el jurado no lo consideró atenuante suficiente.
El caso se convirtió en uno de los grandes relatos criminales de los años noventa, comparable a otros procesos mediáticos como el de O. J. Simpson. Durante décadas, Erik y Lyle permanecieron en cárceles separadas, hasta que en 2018 pudieron reencontrarse en la misma prisión, donde cumplen condena desde entonces.
La serie de Ryan Murphy resucitó el caso
La historia de los Menéndez ha vuelto a ocupar espacio en los medios a raíz de la serie de Netflix Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez, estrenada tras el éxito del formato dedicado a Jeffrey Dahmer. El estreno generó una nueva ola de debate en torno a los hermanos: una parte del público los sigue viendo como asesinos fríos, mientras otros consideran que fueron víctimas de abusos en un entorno familiar violento.
El eco de la serie se amplificó con la aparición de figuras de la cultura popular. El exintegrante del grupo Menudo, Roy Rosselló, aseguró en un documental que había sufrido abusos de José Menéndez, una revelación que sumó complejidad a la imagen del padre asesinado y que reabrió la conversación pública sobre el caso. Ricky Martin, también exmiembro del grupo musical, apoyó públicamente a Rosselló. Otros personajes populares como Rosie O'Donnell, que mantiene una estrecha amistad a distancia con los hermanos, o Kim Kardashian, han apoyado su liberación.
Te puede interesar