Una empresa aeroespacial privada china ha difundido esta semana un vídeo promocional de un nuevo misil hipersónico en el que una salva de proyectiles aparece dirigiéndose hacia Japón, un gesto que coincide con el aumento de tensiones entre Pekín y Tokio a raíz de la cuestión de Taiwán.

La compañía, Lingkong Tianxing Technology, con sede en la capital china, ha publicado imágenes del misil YKJ-1000 lanzado desde un contenedor transportado por camión hasta un campo de pruebas desértico. El vídeo muestra el impacto del proyectil tras un picado pronunciado y concluye con una animación en la que ocho misiles parten de la costa china hacia el archipiélago japonés, con varios puntos de impacto señalados en un mapa.

Según un representante de la empresa citado en la grabación, el YKJ-1000 se encuentra ya en producción en serie a un coste equivalente a una décima parte del de los misiles convencionales. El dispositivo tendría un alcance de entre 500 y 1.300 kilómetros, velocidades de entre Mach 5 y Mach 7 y capacidad de vuelo propulsado durante unos seis minutos, además de un sistema de guiado para identificar objetivos en vuelo y esquivar defensas antiaéreas o agrupaciones navales.

Tensión diplomática entre China y Japón

La difusión del vídeo llega en un momento de fricción sostenida entre ambos países. La primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, afirmó este mes en el Parlamento que un eventual ataque chino contra Taiwán podría colocar a Japón en una “situación de crisis” y justificar la actuación de las Fuerzas de Autodefensa. Pekín calificó aquellas palabras de “extremadamente peligrosas”, presentó protestas formales y urgió a Tokio a retractarse.

Desde entonces, la hostilidad verbal se ha trasladado a otros ámbitos. China emitió avisos de viaje que derivaron en cientos de miles de cancelaciones de vuelos hacia Japón y reactivó vetos a productos como el marisco. Tokio, por su parte, defendió la semana pasada su previsto despliegue de sistemas antimisiles en una cadena de islas situada a unos 110 kilómetros de Taipéi, un movimiento que provocó nuevas críticas de Pekín.

Este miércoles, la portavoz de Exteriores Mao Ning ha reiterado que “la resolución de la cuestión de Taiwán” es un “asunto interno” de China en el que Japón “no tiene derecho a interferir”. Ha sostenido que las explicaciones ofrecidas por funcionarios japoneses “están muy lejos de satisfacer” las exigencias de Pekín y ha reclamado “acciones concretas” que demuestren “sinceridad política”.

En paralelo, China mantiene maniobras con fuego real en el mar Amarillo en un área cerrada a la navegación. Ambos gobiernos insisten en que quieren preservar los canales de comunicación, pero no se vislumbran avances hacia la desescalada en una coyuntura marcada por reproches diplomáticos, gestos hostiles y movimientos militares que subrayan el momento más delicado de la relación bilateral en semanas.