El Opel Mokka es un todocamino del segmento B-SUV que debutó en 2012, convirtiendo a la marca alemana en una de las primeras en inscribir un modelo en ese incipiente segmento. En 2016 experimentó el primer rediseño y pasó a denominarse Mokka X, acentuando su vocación campera al contemplar la gama algunas versiones con tracción 4x4. La segunda generación del Opel Mokka, la actual (4,15 m de longitud),  se lanzó al mercado en 2020, y en contraposición con su antecesor se decantó más del lado de los turismos (crossover) con una altura de la carrocería más baja y versiones únicamente de tracción delantera. También introdujo una variante eléctrica de 136 CV.

Esta segunda generación sufre una actualización en otoño del pasado año dando entrada al Opel Mokka 2025. A nivel de carrocería apenas hay cambios, perceptibles sutilmente en el paragolpes delantero, mientras en el interior estrenó nuevas pantallas de 10 pulgadas tanto para el cuadro de instrumentos como para el sistema multimedia. La gama Mokka 2025, que  acoge modelos de gasolina, con hibridación ligera y eléctricos, desde septiembre de 2025 incorpora en sus filas al que es su modelo estrella, el nuevo Opel Mokka GSE. Se trata de un SUV o crossover de 4,15 m de longitud con una marcada vocación deportiva que va propulsado por un motor eléctrico de 281 CV y tiene un precio de partida de 46.600 euros.

El Opel Mokka GSE es el primer modelo eléctrico portador de las evolucionadas siglas GSE (Grand Sport Electric). Los anteriores eran híbridos enchufables

Unas míticas siglas con historia

Pero si el Opel Mokka GSE se perfila como el más potente de la gama Mokka, detrás de sus siglas se esconde una apasionante historia. Opel utiliza por primera vez  las siglas GSE (Grand Sport Einspritzung) en los años 70 y 80 para denominar sus modelos de orientación más deportiva. Reseñar que la traducción al español de la palabra alemana Einspritzung es inyección. La saga Opel GSE se inicia con los Opel Commodore GSE de 1970 y Monza GSE de 1983, modelos muy apreciados en su época por sus prestaciones y una deportividad que no estaba reñida con un magnífico confort de marcha.

Como casi todo evoluciona en esta vida, en pleno apogeo de la electrificación del automóvil, Opel recupera estas siglas sometiéndolas a un proceso de transformación que necesariamente pasa por los voltios. Eso sí, conservando su primitiva vocación de deportividad. Así nos encontramos con una nueva generación de vehículos Opel GSE (Grand Sport Electric) de carácter deportivo y electrificados, en los que la E evoluciona pasando a ser la inicial de Electric. El primer modelo de esta nueva etapa fue el Opel Astra GSe seguido del Grandland GSe, ambos híbridos enchufables. Pero ahora entra por la puerta grande el nuevo Opel Mokka GSE, un crossover deportivo totalmente eléctrico que llega pisando fuerte. Presume de  ser el eléctrico de producción más rápido de la marca (200 km/h).

Tanto la pantalla del cuadro de instrumentos como la del sistema multimedia van perfectamente empotradas en el salpicadero, no sobresalen. Ambas son de 10 pulgadas

De la competición a la carretera

Aunque el Opel Mokka GSE conserva un diseño de carrocería e interior semejantes al del resto de sus hermanos de gama, incorpora  modificaciones que quedan muy a la vista y otras de mayor calado, a nivel mecánico, que permanecen ocultas hasta que se manifiestan cuando el vehículo se pone en movimiento, dado que lleva el mundo de las carreras en los genes. Está basado en el Opel Mokka GSE Rally de competición para campeonatos de  vehículos eléctricos, que además es el primer coche desarrollado según la nueva normativa eRally5 de la FIA  (Federación Internacional del Automóvil), y del que toma todos los componentes de alto voltaje, como el motor, inversor, batería y cableado.

Opel Mokka GSE Rally, vehículo eléctrico de competición en el que está basado el nuevo Opel Mokka GSE de calle

El Opel Mokka GSE se distingue de sus hermanos de gama por unos paragolpes específicos con inserciones estilo rally, molduras laterales, inserciones con el logo GSE y opcionalmente puede llevar el capó pintado en negro. Una vez en el interior hay que destacar los nuevos asientos tipo baquet con reposacabezas integrados y tapizados en Alcantara, las  inserciones asimismo en Alcantara en puertas, el volante achatado tanto en su parte superior como inferior y los pedales de aluminio. Con respecto al sistema multimedia, la pantalla de 10 pulgadas cuenta con un menú específico para mostrar información adicional relacionada con la conducción deportiva: indicador de fuerza G, valores de aceleración, datos de gestión de la batería, etc. La dotación de serie es muy completa. Incluye faros matriciales de led, asistente de velocidad automático, de mantenimiento de carril, cámara de visión trasera 180º, calefacción en asientos delanteros, volante calefactado, etc.

Las modificaciones en el chasis afectan a dirección, suspensión y frenos, estando orientadas hacia una conducción muy rápida y sumamente ágil en los trazados más sinuosos o ratoneros. La dirección, de excelente tacto, recibe nuevos ajustes, en tanto  los ejes han sido rediseñados y adoptan amortiguadores con topes hidráulicos. En el capítulo del frenado, monta unos eficaces frenos Alcon con pinzas fijas de cuatro pistones pintadas en color amarillo, completando el conjunto las llantas de 20 pulgadas calzadas con neumáticos Michelin Pilot Sport EV en medida 225/40. Para mejorar la estabilidad y evitar pérdidas de motricidad el tren delantero motriz cuenta con un diferencial autoblocante mecánico.

Asientos delanteros tipo baquet con reposacabezas integrados y tapizados en Alcantara. Además van calefactados

El Opel Mokka GSE va propulsado por un motor eléctrico delantero de 281 CV que pasa la tracción a las ruedas delanteras. Pero puesto que siempre no se va de carreras y el coche también admite perfectamente una conducción más reposada, esta cifra puede modularse mediante los tres modos de conducción de que dispone: Sport, Normal y Eco. En Sport arroja la potencia máxima de 281 CV, con los que alcanza la velocidad máxima de 200 km/h mientras acelera de 0 a 100 km/h en 5,9 s. Esta cifra se ve rebajada hasta los 231 CV en modo Normal, alcanzando entonces el coche 180 km/h. Por último, en modo Eco tanto la potencia como la velocidad  disminuyen, respectivamente, hasta los 190 CV y 150 km/h. Con la batería de 54 kWh de capacidad la autonomía es de 336 km; una batería que admite recargas en corriente alterna a 11 kW y en corriente continua a 100 kW.

Un día en las carreras

No siempre se tiene ocasión de rodar con un vehículo de estas características en un circuito. Pero con el Opel Mokka GSE hemos podido rodar y exprimir al máximo su potencial y cualidades dinámicas en el madrileño circuito del Jarama. Nos ha quedado muy claro que deportividad y electrificación pueden ir perfectamente de la mano para proporcionar al conductor o piloto unas sensaciones muy gratificantes a la par que “electrizantes”. Un gusto pilotarlo sin las restricciones que se dan en carretera. Con el modo de conducción Sport seleccionado están disponibles los 281 CV; llega el momento de salir a pista.

En circuito se deja notar la acción del diferencial autoblocante mecánico

Nos espera una auténtica ensalada de curvas rápidas para negociar a muy alta velocidad, curvas muy cerradas, subidas y bajadas, curvas entrelazadas cambios de rasante, etc. Pisotón a fondo, sin contemplaciones, en el acelerador. De inmediato, instantáneamente, cobra vida el motor eléctrico de 281 CV de potencia con un par de 345 Nm que el tren delantero motriz se encarga de pasar al asfalto. Es lo bueno de los propulsores eléctricos, inmediatez de respuesta. La pisada del vehículo es inmejorable. Dibuja a la perfección la trayectoria marcada por el volante gracias al buen trabajo realizado por el diferencial Torsen, que mantiene a raya el subviraje. Por otro lado resulta muy difícil descolocar el tren trasero.

No hay que preocuparse del cambio de marchas porque no las hay, solo tenemos que preocuparnos de  acelerar todo lo que se pueda, de frenar y de manejar la dirección. Los frenos Alcon proporcionan una potente frenada mientras la dirección es muy directa y comunicativa. Se tiene la impresión de que no tiene límite dada la elevada velocidad de paso por curva que autoriza, se agarra como una lapa. En definitiva, un conjunto mecánico concebido para disfrutar a tope de la conducción deportiva, pero también totalmente apto para el uso diario. La verdad nos supieron a poco las dos vueltas que dimos al trazado del Jarama. Simplemente pasaron demasiado deprisa.