José Luis Martínez-Almeida no nació para ser alcalde, sino para ser lo que es, abogado o agregado diplomático, si me apuran hasta sacerdote. Pero lo de ser alcalde aún se pellizca para creérselo. Maneja la ironía como pocos y se crece ante el público como tantos hombres bajitos, invisibles para la mayoría hasta que un día alcanzan el poder. Ha cambiado su moto Yamaha con la que iba a todas partes, por su coche oficial, aunque solo en ocasiones. Y lo primero que pensó al llegar al edificio de Cibeles donde está la sede municipal fue en quitar la pancarta de Welcome Refugees, y poner otra, que aún no ha colocado pero que tiene en mente con el slogan Welcome Inversores. Su mente es más pragmática que ideológica, más eficiente que trascendente.
Para seguir leyendo Regístrate GRATIS
Identifícate o Regístrate con:
Todas las claves de la actualidad y últimas horas, en el canal de WhatsApp de El Independiente. Únete a nuestro canal de Whatsapp en este enlace.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 La abadesa del Convento de Clarisas de Belorado pide a los católicos que les sigan frente a las "herejías en el Vaticano y el Catecismo"
- 2 Marruecos impulsa una nueva cátedra en España tras la paralizada en Salamanca
- 3 Taurinos y antitaurinos se enfrentan a las puertas de la Monumental de Barcelona
- 4 El edificio "más artístico" de Madrid se 'saltó' la ley por ser "castizo"
- 5 Las novedades en la paga extra de verano de los jubilados
- 6 Vocento sólo tiene 4 periódicos con más de 10.000 ejemplares
- 7 Illa contempla la creación de un Poder Judicial catalán que nombre a sus propios jueces
- 8 Cristina García Rodero, peregrina de la España oculta
- 9 Franco, el otro 'altar' al que reza el 'falso obispo' de las monjas cismáticas