Por lo visto, el uso de las lenguas que son oficiales en las respectivas comunidades autónomas en las que se usan, va a ser inaugurado cuando Alberto Núñez Feijóo pronuncie su discurso de investidura. 

No se trata de una humillación deliberada porque el primero que defiende el uso de las lenguas autóctonas es el presidente del PP, aunque no sea partidario de su uso en un lugar donde todos se entienden en castellano que es la lengua común de todos los españoles.

Lo decía Jaume Asens en su entrevista con Carlos Alsina. Preguntado en qué lengua hablaron la vicepresidenta del Gobierno y el ex presidente y prófugo de la Justicia Carles Puigdemont, él reconoció que hablaron en castellano. !Naturalmente! 

Porque esa es la lengua que conocen ambos perfectamente, sin necesidad de quiebros, ni de matices, ni de traductores simultáneos. El castellano es la lengua común para todos los españoles y su obligación es conocerla y, aunque sólo sea un poco, dominarla. 

Lo de las lenguas propias de determinadas regiones aplicadas al Congreso de los Diputados es una manera de pagar por adelantado por los servicios que se esperan de ERC, de JuntsxCat y de EH Bildu. No es otra cosa. 

Y la actual presidenta del Congreso estará muy satisfecha de la medida que anunció sin darse cuenta que eso requería una modificación del Reglamento de la Cámara Alta y estará encantada de aplicar esta modificación que ya existe en el Senado.

Pero que ahora se aplicará en el Congreso sin haber ninguna justificación para ello que no sea la de comprar todo capricho que se les ocurra a quienes han de votar para que Pedro Sánchez sea presidente los próximos cuatro años.

Pero cuando preguntas a un señor que ha estado presente en unas conversaciones trascendentales para nuestro país, confiesa la evidencia: han hablado en castellano

Pero cuando preguntas a un señor que ha estado presente en unas conversaciones trascendentales para nuestro país, confiesa la evidencia: han hablado en castellano. Como no podía ser de otra manera.

Esto costará mucho dinero al contribuyente, que somos usted y yo, porque habrá que contratar a numerosos traductores para las distintas comisiones que hay en una legislatura normal y ésta parece que lo va a ser en ese aspecto. Habrá que instalar cabinas de traducción simultánea por lo menos en el espacio del hemiciclo.

Eso sin tener en cuenta el dineral que ya le ha sido adjudicado a ERC y a Junts que no cumplían las condiciones para tener grupo propio y el PSOE se las ha prestado, desde pasarles los diputados necesarios para que formen grupo hasta las condiciones de quienes pueden formarlo relativas a tiempo de intervención y una cantidad próxima al millón de euros por cada ejercicio.

Es decir, que nos sale por un pico la permanencia de Pedro Sánchez en La Moncloa amén de otros muchos gastos que conllevará su estancia allí. Pero no son los gastos que se supone que llevará implícita su permanencia en la presidencia sino que nada de eso está asegurado por el momento.

A tenor de lo dicho ayer por Carles Puigdemont, el precio que le ha puesto a sus siete votos para hacer presidente efectivo al presidente en funciones es inasumible, inaceptable y sobre todo, intolerable viniendo de quien viene. 

En La Moncloa están encantados porque no ha hablado de referéndum unilateral pero todo lo que ha dicho es un auténtico escándalo que dejaría a este país a merced de su destrucción interna.

Y eso no lo podemos permitir.