Apenas 72 horas antes de tener que declarar ante el Supremo, José Luis Ábalos ha decidido prescindir de su abogado. Así que no se podrá presentar ante Leopoldo Puente, porque no tiene quien le defienda y, en caso de que encontrara un defensor de aquí al miércoles, éste pediría, como es lógico, tiempo para estudiar la causa.

Por tanto, lo primero que consigue el ex ministro de Fomento es ganar tiempo. Tenía miedo a ingresar en prisión, ya que los indicios aportados por el último informe de la UCO evidencian un tráfico de dinero en metálico que apuntaría a una caja B, que manejaría su ex asistente Koldo García, que, por cierto, tendrá que declarar el jueves si es que no surge ningún otro imponderable.

En su escrito al Supremo, Ábalos habla de "diferencias irreductibles" con su defensor, José Aníbal Álvarez. Afirma que las discrepancias entre ambos vienen de hace tiempo y se han "convertido en una constante". Para avalar ese foso insalvable, Ábalos incorpora dos informaciones, una de OK Diario (22-6-2025), y otra de El Confidencial (4-7-2025). Ambas coinciden en señalar que Aníbal Álvarez estaba explorando un posible pacto con la Fiscalía Anticorrupción.

En efecto, el abogado del ex ministro y ex secretario de Organización del PSOE pretendía alcanzar un pacto con la Fiscalía, similar al que cerró el empresario Víctor de Aldama y que le permitió a éste salir de prisión. Naturalmente, el acuerdo supone colaborar con la Justicia; es decir, lo que se conoce vulgarmente como 'tirar de la manta'.

¿Qué le ha prometido Ferraz a Ábalos a cambio de su silencio? Pactar con la Fiscalía hubiera supuesto 'tirar de la manta'

Durante un tiempo, Ábalos rumió esa posibilidad. El PSOE le había echado de su Grupo en el Congreso y las declaraciones de su dirigentes, incluido el presidente del Gobierno, eran de todo menos cariñosas. A medida que avanza la investigación, los indicios apuntan cada vez más claramente a un comportamiento delictivo, que se plasma no sólo en sus múltiples relaciones con prostitutas, sino en el manejo de dinero B, que utilizaba para varios fines. Las conversaciones grabadas por Koldo y las revelaciones hechas ante el juez por Aldama apuntan al cobro de comisiones de cientos de miles de euros. Su ex número dos y sustituto al frente de la secretaría de Organización del PSOE, Santos Cerdán, lleva en prisión desde el 30 de junio por presuntos delitos relacionados con la corrupción.

En ese contexto, era lógico que Aníbal Álvarez recomendara a Ábalos negociar con la Fiscalía. O, en última instancia, renunciar a su acta como diputado para derivar su causa del Supremo a la Audiencia Nacional. Otra maniobra que hubiera supuesto alargar su situación de imputado durante años.

Pero Ábalos se ha negado en redondo. No quiere pactar. Prefiere insistir en su inocencia y en mantenerse como diputado en el Congreso.

Como hombre de partido, Ábalos se resiste a cantar de plano. Fuera del partido hace mucho frío. En realidad, siempre le ha sido fiel al PSOE. Cuando Pedro Sánchez le echó del gobierno y del partido en julio de 2021, Ábalos guardó silencio. Se mantuvo en segundo plano hasta que recibió su recompensa volviendo a formar parte de la familia: el PSOE le incluyó en las listas de 2023 y le dio un cargo con el que redondear un sueldo que ronda los 7.000 euros mensuales.

Que Ábalos mantiene contactos con Ferraz parece obvio. ¿Qué le ha prometido el partido si guarda silencio? Eso no lo sabemos. Pero es seguro que algo le han prometido. Su testimonio ahora tiene tanto valor que la continuidad del gobierno podría depender de su declaración ante el juez Puente. Por el momento, esa circunstancia no se va a producir. Habrá que ver ahora lo que hace su amigo y asistente para todo Koldo García.