El próximo 9 de noviembre, la Cumbre UE-CELAC reunirá en Santa Marta (Colombia) a los líderes de Europa y América Latina en un momento clave. Una cita en la que el que el Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (CEAPI), además de participar en el foro económico como en otras ocasiones; será, por primera vez, observador en las sesiones de Jefes de Estado y de Gobierno. Un encuentro marcado por nuevas tensiones geopolíticas, cambios en las cadenas de valor y una creciente competencia por los recursos estratégicos que están reconfigurando el mapa económico global. Un encuentro al que España llega en una buena posición, que no se corresponde con la imagen distorsionada que a veces podemos percibir a través de noticias que ponen el foco en las desinversiones.

En CEAPI llevamos más de una década impulsando los vínculos entre empresarios de ambos lados del Atlántico, y sabemos que el saldo es claramente positivo. Es indiscutible que, en su creciente dimensión empresarial, Iberoamérica se consolida como una región de estabilidad, oportunidades y futuro compartido. Por eso, junto al Instituto Complutense de Estudios Internacionales, hemos promovido un estudio dirigido por Isabel Álvarez, Catedrática de Economía de la Universidad Complutense que ofrece una visión precisa y real sobre la presencia de empresas españolas en Latinoamérica en la que ”el dato mata al relato”.

La realidad es que desde 2007 -en los últimos 16 años- la inversión española acumulada en América Latina se ha triplicado, pasando de 82.000 millones de euros a más de 245.000 millones, su máximo histórico. México concentra el 28,9% de la inversión, seguido de Brasil (21,8%), Argentina (19,4%), Chile (9,5%) y Colombia (5,8%). Estos cinco países reúnen el 85% del total.

Pero lo que es más importante, en 2024, por cada empresa que redujo su presencia en la región, cuatro la aumentaron. Así, durante la última década, el número de compañías con mayoría de capital español se ha multiplicado por cuatro, hasta superar las 10.800. España es ya el primer inversor europeo y el segundo mundial en la región, solo por detrás de Estados Unidos.

Son datos que muestran que las empresas españolas no se están yendo: están adaptándose, modernizando su estrategia y, en algunos casos, retirándose temporalmente para hacerse fuertes en Europa y volver con fuerza a un mercado que conocen y en el que confían. Ahí está casos como el de Iberdrola y su retirada de México, donde ha sido sustituida por otra gran empresa española: Cox.

Más allá de la política, las relaciones económicas entre España y América Latina viven un momento de madurez que debemos aprovechar

Más allá de la política, las relaciones económicas entre España y América Latina viven un momento de madurez que debemos aprovechar, un escenario marcado por la guerra en Ucrania, los aranceles de Estados Unidos y la expansión económica de una China, que está haciendo de su comercio de litio, tierras raras o materiales críticos un arma de política exterior. En este contexto, la Unión Europea vuelve su mirada hacia una región que, en un mundo multipolar, ofrece algo cada vez más valioso: seguridad. No solo en sentido defensivo, sino como garantía de estabilidad alimentaria, energética y tecnológica para afrontar los grandes retos globales: la transición verde y la digital.

Por eso, es inaplazable una nueva y sólida estrategia de la Unión Europea hacia América Latina. Un cambio de actitud que sustituya las inversiones puramente extractivas por modelos de cooperación, integración económica y desarrollo productivo más resilientes. En esa dirección avanzan los acuerdos comerciales de la UE con México y con Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), junto con la iniciativa Global Gateway, pasos decisivos para construir un espacio común que representa el 25 % del PIB mundial y un mercado de más de 1.100 millones de personas, la mitad hispanohablantes.

Desde esta óptica, los acuerdos UE-CELAC no deben verse como un gesto político, sino como una necesidad estratégica. Europa no podrá avanzar sin estrechar lazos con una América Latina que necesita inversión, innovación y, sobre todo, una relación en condiciones equitativas.

Ambas regiones se necesitan mutuamente; y una sólida alianza entre ellas reequilibraría el mundo. Esa es la verdadera oportunidad que se abre ante nosotros y en la que España puede y debe ser catalizador y trampolín de esas relaciones. Esa es la idea sencilla, directa y urgente que defendemos desde CEAPI: Más Iberoamérica; más colaboración, más inversión, más confianza mutua.


Nuria Vilanova, presidenta de CEAPI (Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica)