Estimadas y estimados lectores: lo que leerán a continuación no es el artículo que me habría gustado escribir a propósito de la IV Cumbre UE-CELAC, celebrada los días 9 y 10 de este mes en Santa Marta, Colombia. Si se fijan en la lista de artículos que he publicado en El Independiente, podrán entrever que mi auténtica y frustrada vocación es la crónica social. A mí lo que me gustaría sería poder firmar cada semana una columna como las que publicaba Josemi Rodríguez-Sieiro, contando las delicias de las cenas a las que asisto mientras comento los modelos de las comensales o snobeo a alguna recién llegada por haberse comido el pan que estaba a su derecha, todo ello trufado de crípticos chismes y cotilleos que solo se entienden en la "Diputación de la Grandeza".

De manera que hoy, al estar familiarizado con los outfits que lucieron las personas que posaron en la foto de familia de la Cumbre por ser oriundo de los "tristes trópicos" —que diría Lévi-Strauss—, pretendía sacar mi lado frívolo y explicar lo de las guayaberas, ese modelo de camisa que lucían los caballeros. Pero se me adelantó el presidente del Gobierno de España en su cuenta de TikTok y me pareció poco serio duplicar el tema.

Por suerte, este tipo de eventos siempre tienen algo que mostrar si se sabe dónde buscar y en la Declaración Conjunta de la Cumbre CELAC-UE 2025 hay 52 puntos en los cuales se abordan varios temas de calado y se hacen atractivas propuestas. Además, al final de esta aparece un párrafo, una especie de nota al pie, donde se presenta un parte de guerra que da cuenta de los "votos salvados" de los países sobre distintos asuntos de la declaración conjunta. En el lenguaje diplomático esto se denomina "disociarse", acción que según la RAE puede tener dos acepciones: separar algo de otra cosa a la que estaba unida o separar los diversos componentes de una sustancia.

En este caso, el país más disociado es Paraguay. No sorprenden sus siete disociaciones si se toma en cuenta que sectores próximos al gobierno organizaron en Asunción la Cumbre de Madrid, un evento promovido por el partido de extrema derecha VOX —"patriotas", según ellos—. En el podio del conjunto de países agrupados en torno a la Unión Europea y América Latina y el Caribe también destaca la Argentina de Milei, que se disocia de cinco párrafos (10, 15, 18, 42, 44), aquellos relacionados con menciones veladas a las acciones militares de EE UU en el Caribe sur o el Pacífico, la invasión de Israel a Gaza, el bloqueo a Cuba, la regulación de la inteligencia artificial o el control de los procesos de desinformación. En otros dos, Argentina simplemente pone objeciones a la inclusión de "cosas de progres izquierdosos", como las referencias al "género", al "Pacto por el Futuro" o, peor aún, a la "Agenda 2030 y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)".

Es muy ilustrativo que un grupo de países, integrado por Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Panamá y Trinidad y Tobago, se oponga a un texto que, simplemente, dice "Párrafo 10: Tomando nota de que la CELAC se ha declarado Zona de Paz, comprometida con la solución de controversias mediante el diálogo y la cooperación, de conformidad con el derecho internacional, reconocemos los esfuerzos en curso para alcanzar la paz en la región y destacamos nuestro apoyo al proceso de paz en Colombia, con el respaldo de la comunidad internacional y de las Naciones Unidas. Abordamos la importancia de la seguridad marítima y de la estabilidad regional en el Caribe. Coincidimos en la relevancia de la cooperación internacional, el respeto mutuo y el pleno cumplimiento del derecho internacional, incluso en la lucha contra el crimen organizado transnacional y el tráfico ilícito de drogas. Varios Estados miembros de la CELAC destacaron sus posiciones nacionales respecto de la situación en el Caribe y el Pacífico. Reiteramos nuestro compromiso de fortalecer los mecanismos de diálogo, coordinación y asistencia técnica para abordar conjuntamente estos desafíos".

La reacción de varios países sobre la situación en el Caribe y el Pacífico denota la existencia de un bloque sólido claramente asociado con EEUU y su estrategia en la región"

Es posible que esté lleno de prejuicios porque soy lo que Milei define como "progre", pero me parece una declaración muy comedida, mesurada y constructiva. Por eso, la reacción de esos países denota la existencia de un bloque sólido claramente asociado con EEUU y su estrategia para la región. Todas las fuentes coinciden en señalar que esta reacción muestra afinidad ideológica con el presidente Trump y por ello, no van a permitir que se apruebe un texto que pueda entenderse como crítica al belicismo de Washington.

El otro punto de discordia es el párrafo 18, que trata sobre el embargo económico, comercial y financiero impuesto contra Cuba, así como sobre la oposición a leyes y reglamentos con efectos extraterritoriales que designan a Cuba como Estado patrocinador del terrorismo. Además de los ya señalados Ecuador y Panamá también se opusieron al punto 15 de la declaración que trata, de forma igualmente sensata, de los crímenes cometidos por el gobierno de Israel en contra la población de Gaza.
Mención aparte merecen Venezuela y Nicaragua. Mientras que los representantes de Venezuela se desligaron y no firmaron la Declaración, los segundos no se pronunciaron aún ni a favor ni en contra. Nicaragua tiene un modelo de acción exterior que podría calificarse como de gato de Schrödinger: el país se mueve dentro del escenario internacional pretendiendo ser influyente al tiempo que la realidad parece indicar lo contrario, pero habría que abrir la caja para comprobar si está vivo o muerto.
Pero la mayor disociación de la Cumbre ha sido la ausencia de cualquier mención explícita al tratado de libre comercio entre la UE y Mercosur, omisión especialmente notoria si se considera que este acuerdo ha sido la punta de lanza de la propuesta europea durante más de 20 años y que, se supone, está en la fase final de ratificación en el Parlamento Europeo.

Lo anterior adquiere mayor relevancia porque en el punto 27 de la declaración sí se hace mención explícita a los acuerdos con Chile, Centroamérica, Colombia, Ecuador y Perú. Por eso, en este marco, se vuelve significativa la actuación ambivalente de Francia, uno de los mayores detractores del acuerdo. Así, el presidente Macron dijo en la COP30 —cuyo anfitrión era el presidente Lula, partidario del acuerdo— que era "optimista"; pero luego, como defensa ante las críticas recibidas por ese "desliz", afirmó en México —país que prefirió visitar en lugar de asistir a la Cumbre de Santa Marta— que se mantendría "vigilante" ante los términos del acuerdo con Mercosur. En este escenario, es posible que la omisión se haya debido al afán de evitar que se hagan patentes las divisiones y dudas que el mismo sigue generando, pues el acuerdo también es otro caso de gato encerrado en una caja que nadie se atreve a abrir para saber si está vivo o muerto.


Francisco Sánchez es director del Instituto Iberoamericano de la Universidad de Salamanca. Aquí puede leer todos los artículos que ha publicado en www.elindependiente.com.