Hay un ciudadano que cada mañana, a las 06.30 horas, espera el Cercanías en la estación de Móstoles Central, vieja y desangelada, fría a esa hora en invierno y tan carente de comodidades que podría pensarse que los trenes conducen al interior de una mina. Ese señor ha dejado a su hijo todavía en la cama y se dispone a apelotonarse en un vagón, durante 25 minutos, para llegar hasta Atocha entre olor, toses y algún empujón de tipos con mochila de Basic Fit, moda contemporánea, del gimnasio al tajo... y así hasta el infinito.
La falta de vitamina D de estos meses hace un poco menos llevadera la rutina laboral para este hombre, que juega La Primitiva cada semana por si le cae un premio en suerte, paga la hipoteca y afloja el ritmo. Mientras el tren recorre el trecho interminable que separa las estaciones de Laguna y Embajadores, sueña, despierto, con pasar más tiempo con los suyos, con levantarse algún día sin la sensación de estar cansado y con más tiempo libre. Una vez más, abre la aplicación del banco en el móvil y comprueba que, efectivamente, nadie se ha equivocado y le ha ingresado 1 millón de euros por error. Toca seguir.
Al llegar a la oficina, aparece Silvia Intxaurrondo en pantalla para contar las noticias del día en La 1. Hace no mucho, ha leído que la periodista ha iniciado un juicio porque está descontenta con su salario. La empresa pública ha regularizado sus condiciones y eso ha afectado a su retribución, que --recuerda el ciudadano mostoleño-- asciende a 'no sé cuántos mil euros' anuales. La cifra concreta no es relevante: lo importante es que ese dinero procede de la diferencia entre el bruto y el neto de su nómina, como sucede en los casos de todos con quienes comparte oficina: el de los zapatos castellanos y el polo La Martina --divorcio reciente--, el pro-palestino, el calvo de los auriculares y la que siempre da la turra con las series y con el PSOE.
SEPI por aquí, SEPI por allá
Los impuestos salen del bolsillo de todos ellos y se arrojan sobre determinados terrenos. Sucede aquí como como la canción Mi agüita amarilla, de Los toreros muertos: uno mea ese dinero y nunca sabe dónde acaba, aunque se puede concluir que una parte se destina a mantener las empresas que conforman la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, registrada estos días por la UCO después de detener a su antiguo presidente, quien estuvo a sueldo de Servinabar, la empresa de Santos Cerdán y Antxón Alonso, la que presuntamente utilizaban como vehículo para cobrar comisiones.
RTVE es parte de la SEPI y la presentadora que cobra de los impuestos del ciudadano mostoleño, la señora Intxaurrondo --trabajadora de SEPI podríamos decir--, hubo un día en que afirmó que no le parecía disparato que Santos Cerdán utilizara la tarjeta de crédito de Servinabar, en cuanto a que poseía el 45% de esa empresa. Un tiempo antes, definió a Leire Díez como "una militante". Otro día, al poco de publicarse un informe sobre corrupción en la contratación pública, formuló una interesantísima teoría que venía a decir que el cobro de comisiones no tiene porqué ser siempre ilegal. Hay que suponer que su independencia es innegociable, como servidora pública, aunque el año pasado aceptara gustosa un premio que le concedió el PSOE de Madrid.
Mientras el ciudadano mostoleño trabaja a destajo, desfilan por su parrilla varios presentadores de telediarios y programas de info-entretenimiento. Podría decirse que trabaja de Intxaurrondo a Cintora, lo cual son muchas horas. Un porrón. El equivalente aproximado a 80 ayusos, 70 mazones y 3 santoscerdanes.
El pasado jueves, le llamaron la atención las detenciones de Leire Díez, Antxón Alonso, Vicente Fernández --el de la SEPI, no el de las rancheras-- y de los más altos directivos de la aerolínea venezolana que fue rescatada en 2021 con 53 millones de euros. "Menudo panorama", pensó.
La escaleta de Gonzalo Miró
Su humor empeoró cuando echó un vistazo al sumario del programa de Gonzalo Miró y comprobó que destacaba los siguientes temas: agresiones sexuales en el Opus Dei, un reportaje de bebés robados y una derivada del escándalo del Hospital de Torrejón. A las cuatro de la tarde, después de unas cuantas horas en la oficina, uno no está para que le toquen las narices, así que se preguntó lo lógico: "¿de verdad mis impuestos se destinan a esta bazofia norcoreana?".
El ciudadano mostoleño suele alargar 15 o 20 minutos el rato que pasa solo, en el sofá, cuando su mujer --que llegó sólo un rato antes que él-- anuncia que le espera en la cama, tras acostar al crío. Ahí es cuando reflexiona sobre los años que quedan para que la casa sea suya, sobre lo cansado que está y sobre la vergüenza que le causa aplazar un mes más el dentista. Se pregunta si Javier Ruiz y Gonzalo Miró duermen bien por las noches. Si no se pasan un buen rato con los ojos abiertos, en dirección hacia el techo, entre algún sentimiento de culpabilidad por la forma en la que ejecutan su trabajo.
Luego amplía el foco y se centra en los corruptos y en los consentidores. En todos los que aparecen en los informes de la UCO, que maniobran para que la diferencia entre el bruto y el neto de su nómina acabe, en una pequeña parte, en sus bolsillos. ¿Cómo pueden dormir bien a sabiendas de que el 11,2% de los trabajadores españoles (Eurostat) es pobre y que hay millones de personas a los que Hacienda --registrada el viernes por la Guardia Civil-- les priva de disfrutar algo que termina en manos de infames servidores de lo público, enchufados y pesebreros?
Yo, Nebot
Comete este ciudadano mostoleño el error, a última hora, de pulsar el botón del mando a distancia del Canal 24 Horas y ahí aparece Marta Nebot. El presentador de la tertulia, Xabier Fortes, la pregunta por toda la lluvia de excrementos que ha caído sobre el Gobierno durante las horas anteriores y ella lo califica de "llamativo". Antes de terminar su primera intervención, de 30 segundos, habla de las ganas de la oposición de hacer caer al Gobierno.
Una vez más, ha contribuido a trasladar a los espectadores la idea de que las detenciones, los informes de la UCO y las evidencias no son parte de una investigación judicial, sino de una conspiración contra Pedro. ¿Cuánto ha cobrado por ello? ¿Cuánto ha se ha llevado Nebot, en estos años, de 'la diferencia entre el bruto y el neto' de la nómina del mostoleño.
Escuchadas esas palabras, apaga la tele y se va a dormir. Al día siguiente, a las 06.30, toca pisar Móstoles Central. Vuelta a empezar. El tren a la mina. "¿A qué hora se levantarán Marta Nebot y Gonzalo Miró?", piensa antes de acostarse.
Te puede interesar