Taylor Sheridan no es un showrunner al uso. Es un rancho con helicóptero, muchos caballos y la certeza inquebrantable de que sus historias valen oro. Durante casi una década, Paramount ha construido buena parte de su identidad televisiva sobre él, con Yellowstone como tótem y las series derivadas –Tulsa King, Mayor of Kingstown, 1923, Lioness– como territorio en expansión. Pero ahora, todo ese imperio se prepara para cambiar de bandera.
La noticia saltó hace unos días: Sheridan se marcha a NBCUniversal cuando expire su contrato actual con Paramount. No será inmediato –el acuerdo televisivo vigente se mantiene hasta finales de 2028–, pero la cifra que se maneja ha dejado al sector sin aliento: hasta 1.000 millones de dólares en cinco años, dependiendo de su producción y con la puerta abierta para dirigir también largometrajes. NBCUniversal hizo la oferta y Paramount no negoció.
La historia, reconstruida por Hollywood Reporter, tiene algo de western corporativo. A principios de agosto, tras la fusión entre Skydance Media y Paramount Global, el nuevo dueño, David Ellison –hijo del fundador de Oracle, Larry Ellison, y fundador de Skydance Media, productora de éxitos de acción como Mission: Impossible o Top Gun: Maverick que creció hasta convertirse en socio de referencia de Paramount–, voló con sus principales ejecutivos a Texas para cortejar personalmente a Sheridan. Querían transmitirle confianza, continuidad, respeto. El encuentro fue cordial, pero no hubo movimiento alguno para retenerlo. Ninguna oferta formal. Un silencio suficientemente elocuente como para que el creador empezara a imaginar otro horizonte.
La mina de oro de 'Yellowstone'
Yellowstone fue, durante dos años consecutivos, la serie más vista del cable en Estados Unidos. El estreno de su quinta temporada en noviembre de 2022 reunió a más de doce millones de espectadores. Fue el primer fenómeno del cable tradicional que reorientó una plataforma de streaming completa en torno a su universo narrativo. En informes internos de la compañía, se consideraba la serie "el mayor activo televisivo del grupo". Por ello, que el vaquero mayor se cambie de rancho no es un detalle menor.
Las tensiones venían de antes. Sheridan se había sentido frustrado con la división cinematográfica de Paramount tras rechazarle el guion Capture the Flag. Y cuando Warner Bros. se interesó en otro proyecto suyo, F.A.S.T., Paramount puso obstáculos antes de permitir que la película se realizara. También hubo roces de agenda: el estudio firmó con Nicole Kidman para una nueva serie sin avisar previamente a Sheridan, cuyo drama Lioness depende de la disponibilidad de la actriz. Sheridan respiraba por la herida del episodio con Kevin Costner: La producción de Yellowstone quedó atrapada cuando el actor priorizó el rodaje de su épico proyecto Horizon. El calendario se rompió y la serie quedó en suspenso. Sheridan no ha olvidado esa lección: cuando un actor o el estudio toman decisiones sin consultarle, su universo se desequilibra, y él no perdona esos sobresaltos.
Otra fricción: el presupuesto. Lioness fue señalada internamente por sus sobrecostes. Sheridan no es amigo de auditorías creativas, y en Paramount empezó a percibir preguntas que sonaban demasiado a restricciones. La llegada de un nuevo mando, con Ellison al frente y un enfoque más intervencionista, no ha ayudado.
Una decisión temperamental
Mientras tanto, alguien estaba hablando con Sheridan de otra manera. Donna Langley, responsable de entretenimiento en NBCUniversal, se reunió con él varias veces en verano. Primero para hablar de cine. Luego, de todo lo demás. Un cortejo discreto, más personal que corporativo, sin comitivas en jet privado.
La decisión, que desde fuera puede leerse únicamente en clave de cifra, tiene también algo de temperamental. Sheridan defiende su autonomía como parte esencial de su trabajo. Si él es el que construye el rancho, también quiere ser quien marque su perímetro. Y Ellison, acostumbrado a dirigir sin oposición, podría haber visto en Sheridan una fuerza difícil de encajar en su modelo.
La ironía es que Paramount construyó su plataforma de streaming alrededor de él. Yellowstone fue su argumento comercial más poderoso. Pero en esta nueva etapa, el estudio parece haber calculado que era mejor dejar marchar al creador en su punto más alto que renovar su dominio absoluto sobre la marca.
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