El pasado mes de marzo Pilar, una anciana de 70 años, murió en su vivienda del municipio madrileño de Leganés. Su cuidadora, que se encargó de gestionar el entierro con la funeraria, informó que la fallecida no tenía familia. Posteriormente, esta empleada del hogar, que acudía a la vivienda unas horas al día desde hacía mes y medio, decidió okupar el domicilio.
Además de okupar la casa, la cuidadora exige ahora a las hijas y herederas de Pilar, 15.000 euros para abandonar el domicilio, informa Telemadrid. Una de las hijas se dirigió a la vivienda a pedir explicaciones a la mujer, cosa que no consiguió.
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