Las legumbres, platos emblemáticos de la cocina española como las lentejas con chorizo o el cocido madrileño, sorprenden al revelar que la mayoría de ellas son importadas, principalmente de Estados Unidos y Canadá.

Aunque estas delicias gastronómicas han arraigado en nuestra cultura, su origen extranjero plantea cuestiones sobre la sostenibilidad y la preferencia por productos locales.

Estas pequeñas maravillas vegetales son conocidas por su perfil saludable y su impacto ambiental positivo. Las bacterias que residen en sus raíces reducen la necesidad de fertilizantes, y su demanda de suelo y agua es inferior a otras plantas.

Comparadas con las proteínas animales, las legumbres son considerablemente más sostenibles, emitiendo hasta 50 veces menos gases de efecto invernadero que la carne de ternera y 7 veces menos que la carne de pollo. Sin embargo, esta sostenibilidad se ve comprometida cuando las legumbres se cultivan en países lejanos, generando una gran huella de carbono por el transporte.

De dónde importamos las legumbres

Entre la mitad y dos tercios de las legumbres consumidas en España provienen de países como Estados Unidos y Canadá, a pesar de que en nuestro país se cultivan legumbres de alta calidad. En detalle, el 71% de los garbanzos importados proviene de Estados Unidos, y el 58% de las lentejas llega desde Canadá. Este fenómeno desafía la idea de que los productos etiquetados como "Bio" o "Eco" son automáticamente más sostenibles, ya que muchas legumbres comercializadas con estas etiquetas provienen de lugares distantes.

La etiqueta del producto se convierte en un indicador clave para conocer la procedencia de las legumbres. Aunque España ofrece una variedad de legumbres locales, con certificaciones como Denominación de Origen Protegida (DOP) o Indicación Geográfica Protegida (IGP), la preferencia por productos importados persiste en gran medida debido a razones económicas. Un estudio de la OCU en 2023 reveló que las legumbres extranjeras suelen ser más económicas que las nacionales, una consideración relevante en tiempos de inflación.

Diferencia de precios en las legumbres

Las diferencias de precio entre legumbres locales e importadas son notables, especialmente en el caso de las alubias, donde las variedades blancas de producción nacional pueden ser hasta 2 euros más caras por kilogramo en comparación con las importadas. Sin embargo, los garbanzos presentan una excepción, ya que el estudio revela que los garbanzos nacionales son ligeramente más económicos que los importados. La variabilidad de precios radica más en la presencia o ausencia de sellos de calidad, demostrando que la calidad percibida impacta en los costos, independientemente de la procedencia.

A pesar de la complejidad de elegir entre lo local y lo importado, lo sostenible y lo económico, las legumbres siguen siendo un superalimento asequible con notables beneficios nutricionales. Con apenas grasa, ricas en fibra, proteínas y vitaminas como el ácido fólico, estas joyas culinarias proporcionan hidratos de carbono de digestión lenta, mejorando el perfil glucémico. Diversos estudios asocian el consumo regular de legumbres con efectos positivos para la salud, como una posible protección contra ciertos tipos de cáncer y un menor riesgo de deterioro cognitivo y mortalidad prematura.

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomienda incorporar legumbres a la dieta al menos cuatro veces a la semana, en raciones diarias de unos 70 gramos de peso crudo. A pesar de las tentaciones económicas que ofrecen las legumbres importadas, la riqueza de la tradición y la calidad de las legumbres locales no deberían pasarse por alto, ya que contribuyen no solo a la salud individual, sino también a la sostenibilidad del planeta. En conclusión, la etiqueta del producto se convierte en un mapa esencial para navegar por el dilema de las legumbres, permitiendo a los consumidores tomar decisiones informadas que se alineen con sus valores y necesidades.