La policía portuguesa y alemana continúan este miércoles "con normalidad" la nueva búsqueda de pistas. Esto es por el caso de la desaparición de la niña británica Madeleine McCann en las inmediaciones de una urbanización del Algarve, en el sur de Portugal. Así lo confirmaron las autoridades a EFE.
La Policía Judicial (PJ) de Portugal explicó que, por el momento, "no tienen más información" sobre el avance o los detalles de la búsqueda. Las autoridades de ambos países trabajan juntas en esta nueva pesquisa, que comenzó el lunes y acabará esta semana.
La zona donde buscan es un descampado en los márgenes de una urbanización en Atalaia. Este vecindario se encuentra en el municipio de Lagos y próximo a la pedanía de Praia da Luz. Fue allí donde desapareció Maddie en 2007, cuando solo tenía tres años, del apartamento en el que dormía con sus dos hermanos gemelos de 2 años, mientras sus padres cenaban fuera con unos amigos.
En el terreno, fuertemente custodiado por agentes de la Policía lusa para evitar la entrada de curiosos o periodistas, hay varios edificios abandonados y un par de casas. En una de ellas pasó algún tiempo el principal sospechoso de este caso, el alemán Christian Brückner, antes de la desaparición de la pequeña.
EFE pudo constatar que agentes portugueses y alemanes, además de vehículos de bomberos, entran y salen del recinto de la urbanización. Estos nuevos registros son en cumplimiento de una Decisión Europea de Investigación (DEI) emitida por las autoridades alemanas.
En concreto, la petición viene de la Fiscalía de Braunschweig. Esta instruye diligencias preliminares contra Brückner, de 48 años, declarado en 2020 principal sospechoso del secuestro y asesinato de Madeleine McCann. Sin embargo, todavía no ha sido acusado formalmente.
Brückner se hallaba en las proximidades cuando la niña desapareció, según la señal de su teléfono móvil. Además, hay un testigo que asegura que el sospechoso le confesó el asesinato de la pequeña. Sin embargo, de momento no existen pruebas suficientes para acusarle formalmente.
En estos momentos, el sospechoso cumple una pena de siete años de prisión por la violación en 2005 de una mujer estadounidense, también en el sur de Portugal. Podría dejarlo en libertad en septiembre de este año, tras ser absuelto de otros cargos de violación y abuso sexual infantil en octubre de 2024.
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