El futuro de las pinturas murales de la Sala Capitular del Monasterio de Sijena, actualmente conservadas en el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), sigue abierto tras la sentencia del Tribunal Supremo que obliga a su devolución a Aragón. La consellera de Cultura de la Generalitat, Sònia Hernández, ha asegurado este miércoles que el Govern respetará y respaldará lo que decida el patronato del museo, que se reunirá en los próximos días para analizar los pasos a seguir.
"Escucharemos lo que digan los técnicos y expertos, por supuesto. Y, evidentemente, desde el Govern estaremos al lado del MNAC y apoyaremos lo que decida el patronato", afirmó Hernández durante una intervención en el Parlament, en respuesta a una pregunta de Junts.
La consellera insistió en que la prioridad de la Generalitat es la preservación del patrimonio, por lo que reclamó un enfoque técnico y no político para abordar el traslado. Según explicó, los informes disponibles "ponen en duda la viabilidad de efectuar la retirada, el traslado de las obras y la instalación de las pinturas sin dañarlas de forma irreparable".
Fata de un plan director
En paralelo, en declaraciones a EFE, el historiador Jorge Jiménez, profesor de arte románico en la Universidad de Zaragoza, advirtió de que el regreso de las pinturas a Sijena debería haberse planificado con mayor antelación. Aunque considera que el traslado desde Barcelona puede hacerse "con incidencias mínimas", lamenta la ausencia de un plan director que oriente su reinstalación: "Estas dudas ya estarían resueltas y no habría que empezar por el final: tener aquí las pinturas y ya veremos qué hacemos".
Jiménez subraya que, a diferencia del MNAC, donde los frescos están integrados en un discurso museístico coherente, en Sijena aún no está claro cómo se expondrán ni si volverán a su ubicación original en la Sala Capitular. Advierte además de que "en muy raras ocasiones" las pinturas murales arrancadas regresan a su soporte original, y recuerda que algunas de las piezas fueron modificadas para su montaje en el museo catalán.
A la espera de la reunión del patronato
Sobre el debate entre conservación y expolio, el investigador evita posicionarse, pero reconoce que la intervención del funcionario catalán José Gudiol, que arrancó las pinturas al inicio de la Guerra Civil, permitió su supervivencia. En su opinión, "el uso de la palabra expolio es controvertido" y debe valorarse atendiendo a la legalidad de las transacciones y la percepción de propiedad en aquel momento.
Jiménez destaca la calidad excepcional del conjunto mural de Sijena, que sitúa entre los más importantes del románico europeo, con una notable influencia del arte normando y del entorno cortesano ligado a Leonor de Plantagenet, cuñada de la fundadora del monasterio. También lamenta que la atención mediática sobre las pinturas haya relegado el estudio de otros elementos clave del patrimonio de Sijena, como los manuscritos iluminados.
El patronato del MNAC, en el que están representados la Generalitat, el Gobierno central y el Ayuntamiento de Barcelona, tiene previsto reunirse la semana que viene. Su decisión marcará el próximo capítulo en una larga controversia que enfrenta los derechos históricos de Aragón con las condiciones actuales de conservación del patrimonio.
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