A todos nos ha pasado alguna vez. Llegas a casa, te quitas esa camisa o camiseta clara y descubres la inevitable mancha amarilla en la zona de la axila. La lavas, una, dos y hasta tres veces, pero la mancha continúa.
Estas manchas no son solo por el sudor. Son el resultado de una reacción química entre la urea de nuestro sudor y los químicos presentes en la mayoría de los desodorantes, en especial las sales de aluminio. Esta mezcla crea esas marcas permanentes que nos hacen sentir que la prenda ya no sirve. Afortunadamente, no tienes que resignarte a perder tu ropa favorita. Existen métodos caseros, económicos y muy efectivos para recuperar tus prendas y extender su vida útil.
Soluciones caseras para eliminar las manchas amarillas de la ropa
Aspirina
Aunque parezca chocante, la aspirina es más que un simple analgésico. Su componente principal, el ácido acetilsalicílico, tiene un potente efecto blanqueador. Para aplicarlo, machaca tres pastillas hasta obtener un polvo fino, mézclalo con un poco de agua hasta formar una pasta y frota esta mezcla directamente sobre la mancha con la ayuda de un cepillo de dientes. Deja actuar por unos minutos y luego lava la prenda como de costumbre.
Vinagre blanco
El vinagre blanco es un clásico en la limpieza del hogar por una buena razón: no daña los tejidos y actúa como un poderoso desinfectante. Para usarlo, sumerge la zona afectada en una solución de agua tibia y media taza de vinagre blanco. Deja la prenda en remojo durante al menos 15 minutos antes de lavarla.
Agua oxigenada
El peróxido de hidrógeno, o agua oxigenada, es una solución muy popular para tratar manchas difíciles, incluso las de sangre. Para eliminar las manchas de sudor antiguas, primero enjuaga la zona afectada con agua y luego aplica un poco de agua oxigenada. Frota vigorosamente con las manos o un cepillo hasta que la mancha empiece a desvanecerse. Aunque es un trabajo un poco tedioso, los resultados son sorprendentemente eficaces.
Agua y sal
La sal de mesa común es un ingrediente secreto para quitar manchas. Disuelve unas cuatro cucharadas de sal en un poco de agua tibia. Con una esponja o un cepillo, frota la mezcla sobre la mancha durante unos diez minutos para que penetre en las fibras del tejido. Notarás cómo la mancha se reduce visiblemente.
Bicarbonato de sodio
El bicarbonato de sodio gracias a sus propiedades es un aliado perfecto para combatir las manchas y los malos olores. Su forma de aplicación consiste en verter una cuatro cucharadas en una taza de agua tibia, hasta lograr una consistencia pastosa. Posteriormente, aplicaremos esta mezcla sobre la prenda y dejaremos que actúe durante un par de horas antes de meterla en la lavadora.
Más allá de estas soluciones, la mejor manera de mantener tus prendas impecables es prevenir la aparición de estas manchas tan antiestéticas. Para esto no debemos comprar desodorantes que contengan sales de aluminio, evitar su uso en la medida de lo posible, y lavar de inmediato las prendas con las que hayas sudado en exceso.
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