Apenas tienen 16 años, pero muchos jóvenes ya han interiorizado algunas ideas sobre las relaciones de pareja. Es más común de lo que parece que un chico de 16 años no considere violencia de género obligar a su pareja a mantener relaciones sexuales, que no contemple como maltrato un empujón o golpe tras una discusión, o que crea que controlar el móvil o las redes sociales es algo común.
Así lo revela el IV Macroestudio sobre la violencia de género, realizado por la Fundación Mutua Madrileña y Antena 3 Noticias: un 11 % de los hombres de entre 16 y 21 años cree que forzar a su pareja a mantener relaciones íntimas no es violencia de género. Un 14 % tampoco considera violencia empujarla o golpearla en una discusión.
El estudio que ha encuestado a 6.000 personas, pone el foco sobre los adolescentes y jóvenes, el grupo de edad con mayor tolerancia hacia distintas formas de maltrato. Mientras que solo un 5% de las mujeres de este rango de edad cree que forzar relaciones sexuales no es violencia, entre los chicos ese dato asciende hasta el 11%.
Asimismo, uno de cada cinco adolescentes varones tampoco contempla como violencia de género los insultos hacia su pareja, y un 14 % tampoco lo cree si hay amenazas. Un patrón que se repite con distintas formas de control: el 33 % no valora como cuestión grave el limitar el uso del móvil o redes sociales, y un 35 % no ve mal el control horario.
Conciencia y realidad de la violencia de género
La población señala que, detrás de este cambio de conciencia, están el acceso cada vez más temprano y sin ningún tipo de filtro a contenidos sexuales que ofrecen una visión distorsionada de la realidad del acto, así como la normalización y exposición constante a ciertos mensajes que se difunden a diario en las redes sociales.
Mientras esto sucede, la percepción social de la gravedad del problema se desdibuja. En 2020, tres de cada cuatro personas creían que la violencia de género estaba muy presente en la sociedad. Hoy, esa convicción solo la mantiene el 66 % de los encuestados. Entre los hombres jóvenes, la desconexión es aun mayor: uno de cada cuatro, entre los 16 y los 18 años, sostiene que la violencia de género no constituye un problema grave.
Sin embargo, la realidad muestra lo contrario. Casi la mitad de la población asegura conocer algún caso cercano de maltrato, cifra que se eleva al 53 % entre las mujeres. El maltrato produce consecuencias emocionales, psicológicas y físicas, y algunas formas de violencia que no se registran ni se denuncian con frecuencia.
Percepción social y medidas
Más de la mitad de la población encuestada asegura que actuaría si presenciara un caso de agresión, siendo la mayoría de ellos llamando a la policía. Aun así, el miedo sigue siendo la principal razón por la que muchas víctimas no denuncian, según el 80 % de las mujeres encuestadas, mientras que el cuidado de los hijos se señala como otro motivo frecuente.
En cuanto a las soluciones, existe un amplio consenso social. El 85 % considera que la violencia de género debería abordarse directamente en los centros educativos, especialmente entre los más jóvenes, y un 80 % apoya medidas como el pasaporte digital para controlar el acceso de menores a determinados contenidos.
Por su parte, los expertos recuerdan que la violencia de género no se limita a las cifras, sino que también está vinculada a la educación, la cultura y la conciencia social. Si los adolescentes no perciben la violencia donde esta existe, el problema no desaparece, sino que puede transformarse en otras formas.
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