Rogier van der Weyden, el reconocido pintor flamenco de mediados del siglo XV, no hubiese pensado en ningún momento la virilidad con la que renacería una de sus obras más distinguidas: el Tríptico del altar de Santa Columba. Y todo gracias a un detalle que había pasado desapercibido todos estos años. Han tenido que pasar 500 años para que los usuarios de Twitter notificasen en la parte central del cuadro un crucifijo en el portal de Belén durante la adoración de los Reyes Magos.
Y es que nada más y nada menos, pero Van der Weyden pintó la adoración de los Reyes Magos con el crucifijo donde acabaría colgado Jesús de Nazaret. Según recoge un blog de arte, este detalle anacrónico, inmortalizado en el eje central de las paredes del establo indica la redención que Cristo hará por la salvación de todos nosotros. Pero para los usuarios de Twitter las intenciones del pintor flamenco no eran otras que fastidiar el fin de la historia, un spoiler alert en toda regla.
Asimismo, como aún no se había introducido al rey negro, los majestades representan las tres edades del hombre o los tres estados del conocimiento filosófico, tal y como apunta la página. El cuadro, que se encuentra en la Pinacoteca antigua de Múnich, muestran a su izquierda la Anunciación y a su derecha la Presentación de Jesús en el Templo.
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