El lavado de cara del Binnenhof, el complejo histórico que simboliza el poder político en Países Bajos, se ha convertido en una obra interminable y cada vez más cara. El Gobierno neerlandés ha comunicado al Parlamento que la renovación no estará lista hasta el verano de 2031 y que el coste previsto asciende ya a 2.700 millones de euros, frente a los 475 millones inicialmente presupuestados en 2015. Es decir, la factura se ha disparado alrededor de un 468%: la obra costará unas 5,7 veces más de lo previsto al principio.

Cuando se tomó la decisión de rehabilitar el Binnenhof, el proyecto debía terminar en 2026. El año pasado se ha retrasado el horizonte a finales de 2028 y ahora la planificación revisada añade otros cinco años de demora. Así lo ha explicado la ministra interina de Vivienda, Mona Keijzer, en una carta oficial remitida a la Cámara, en la que defiende que se trata de una “planificación realista” ahora que ha concluido la fase de investigación y hay más certezas sobre el volumen de obras necesarias.

Esta casa es una ruina

El Binnenhof es uno de los complejos de gobierno en uso continuo más antiguos del mundo: más de 90.000 metros cuadrados, 65 edificios, 20 monumentos y unos 4.000 espacios distintos, muchos de ellos con estatus protegido. Desde 2021, todos los ocupantes se han mudado a otros inmuebles de La Haya y han comenzado los trabajos en los edificios del Parlamento y del Senado.

Según la ministra, la magnitud del conjunto y su estado real, peor de lo que se estimaba hace una década, han disparado la carga de trabajo. Los equipos se han encontrado humedad y moho en estructuras antiguas, vigas dañadas, necesidad de reforzar cimientos, retirada de suelos contaminados y hallazgos arqueológicos constantes que obligan a detener o reordenar las intervenciones. Es decir, todo lo que podía pasar ha pasado.

A la complejidad técnica se suma la logística. Más de 1.000 trabajadores operan de forma simultánea en un recinto con solo dos accesos logísticos, donde los camiones deben maniobrar entre muros medievales a pocos centímetros de distancia. La falta de especialistas y el espacio reducido ralentizan aún más el avance de la obra.

Un 70% del coste en salarios

Los retrasos acumulados –incluida la obtención de un permiso medioambiental que ha tardado 14 meses– han obligado a reprogramar completamente el calendario. Algunas actuaciones sí han avanzado: las primeras cubiertas del Parlamento ya se han renovado y han comenzado las intervenciones en el Senado y en el Consejo de Estado.

El impacto económico de esa cascada de problemas es evidente. El presupuesto original, de 475 millones de euros, se ha elevado primero a 2.000 millones y ahora a 2.700 millones, en parte por la prolongación de las obras, la inflación, la escasez de mano de obra especializada y el carácter “artesanal” de la renovación. Según los datos facilitados, cerca del 70% de los costes corresponden a salarios, frente al 50% habitual en la construcción, lo que encarece aún más cada modificación de plazos o de diseño.

A la espera de nuevas sorpresas

Keijzer ha alertado además del grave deterioro de las Salas Condales, donde se encuentra la icónica Sala de los Caballeros. El tejado presenta filtraciones, hay humedad en varias zonas y se han detectado hormigas de la madera en vigas de carga. Para actuar sobre este conjunto se requiere aprobar un proyecto adicional valorado en otros 225 millones de euros, al margen de los 2.700 millones ya previstos para el resto del complejo.

La última gran renovación integral del Binnenhof data de 1906. Más de un siglo después, el Gobierno neerlandés se enfrenta a una operación que la ministra describe como una obra “de enorme complejidad logística y técnica”, en la que confluyen múltiples estilos arquitectónicos desde el siglo XVI y donde cualquier sorpresa estructural o hallazgo arqueológico puede alterar de nuevo la planificación.

Mientras tanto, diputados, senadores y altos cargos seguirán despachando desde sedes provisionales en La Haya al menos hasta 2031, a la espera de que la gran obra de El Escorial holandesa deje de crecer en años y millones.