El Museo del Louvre, el más visitado del mundo, ha sido escenario este domingo de un robo relámpago: en apenas siete minutos, los ladrones han logrado llevarse piezas de valor incalculable, parte del patrimonio histórico de Francia.
El ministro ministro de Interior ha declarado en una entrevista a la emisora France Inter que los primeros indicios apuntan a que los ladrones habían hecho prospecciones previas, pero no ha querido precisar cuáles han sido las joyas sustraídas, más allá de que estaban en la galería Apolo.
Sin embargo, el diario Le Parisien ha adelantado que se trataría de ocho joyas históricas de la colección de Napoleón y de la realeza francesa del siglo XIX, algunas relacionadas con figuras como la emperatriz Eugenia, la reina María Amelia y la emperatriz Marie-Louise. Más tarde, la fiscal a cargo del caso, Laure Beccuau, ha confirmado que fueron ocho las piezas robadas, aunque inicialmente eran nueve, contando la corona de la emperatriz Eugenia, que fue recuperada durante la huida.
Entre las joyas robadas se encuentra una diadema atribuida a la reina María Amelia y a su nuera, la reina Hortensia, así como un collar de zafiros perteneciente a ambas reinas y un pendiente del conjunto de zafiros que compartían.
Del conjunto de Marie-Louise, esposa de Napoleón, han desaparecido el collar de esmeraldas y un par de pendientes de esmeralda, además de un broche conocido como broche relicario.
Entre las piezas sustraídas también figura una tiara perteneciente a la emperatriz Eugenia, así como un gran nudo del corpiño , un broche que formaba parte del ajuar de la emperatriz.
La corona de la emperatriz Eugenia
La ministra de Cultura, Rachida Dati, ha confirmado que los ladrones perdieron durante la huida una de las joyas sustraídas, que al parecer es la corona de la emperatriz Eugenia. En una entrevista con el canal TF1, ha asegurado que “efectivamente se ha encontrado una joya que se está evaluando”, aunque no precisó cuál, pero el diario Le Parisien adelantó que se trata de esta emblemática corona, que fue hallada fracturada cerca del museo.
Esta corona, símbolo del esplendor del Segundo Imperio, está adornada con 1.354 diamantes y 56 esmeraldas. Fue creada por el orfebre Alexandre-Gabriel Lemonnier para la Exposición Universal de 1855. Tras la caída del régimen y el establecimiento de la Tercera República en 1870, el Estado francés vendió esta pieza en 1885 como parte de la liquidación de su pasado monárquico, aunque más de un siglo después volvió a formar parte del patrimonio del Louvre gracias a una donación.
El comando y las hipótesis tras el robo
El grupo de ladrones que ha entrado este domingo en el Louvre estaba formado por cuatro miembros que, según la fiscal de París, Laure Beccuau, robaron inicialmente nueve joyas "de un valor incalculable", aunque perdieron en su huida una de ellas: la corona de la emperatriz Eugenia de Montijo.
Beccuau ha destacado que “todo esto muestra una preparación”, señalando que, aunque no se descarta una posible operación de injerencia extranjera, esta no es la hipótesis principal.
Entre los escenarios más probables, la fiscal ha mencionado que el robo podría responder a un encargo de un coleccionista privado, o bien que las piezas hayan sido robadas para desmembrar y vender por separado las piedras preciosas que contienen.
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