La limpieza del horno suele ser una de las tareas más postergadas en el hogar. Sin embargo, existe un método sencillo, económico y ecológico que permite dejarlo como nuevo utilizando dos ingredientes comunes: bicarbonato de sodio y vinagre blanco. Este truco casero no solo elimina la suciedad y la grasa incrustada, sino que también desinfecta y neutraliza los malos olores, todo sin necesidad de productos químicos agresivos.

¿Por qué elegir bicarbonato y vinagre?

El bicarbonato de sodio es conocido por su capacidad para desincrustar la suciedad más resistente y neutralizar olores. Por su parte, el vinagre blanco actúa como un potente desengrasante y desinfectante natural, capaz de eliminar bacterias y devolver el brillo a las superficies. Ambos productos son económicos, fáciles de conseguir y respetuosos con el medio ambiente.

Materiales necesarios

  • Bicarbonato de sodio
  • Vinagre blanco
  • Agua caliente
  • Esponja o estropajo
  • Paño de microfibra
  • Guantes de limpieza (opcional)
  • Pulverizador (opcional)

Paso a paso para limpiar el horno

  1. Preparar la pasta de bicarbonato
    Mezcla aproximadamente 10 cucharadas de bicarbonato de sodio con 4 cucharadas de agua caliente y 4 cucharadas de vinagre blanco. Remueve hasta obtener una pasta espesa pero manejable. Si la mezcla queda muy líquida, añade más bicarbonato.
  2. Retirar bandejas y rejillas
    Saca todas las bandejas y rejillas del horno. Puedes limpiarlas aparte utilizando la misma pasta de bicarbonato o simplemente con agua y jabón.
  3. Aplicar la pasta
    Con la ayuda de una esponja, extiende la pasta de bicarbonato por todas las superficies internas del horno, incluyendo la puerta y los cristales. Presta especial atención a las zonas con más grasa o suciedad acumulada.
  4. Dejar actuar
    Deja que la pasta repose en el horno durante al menos 2 horas o, idealmente, toda la noche. Este tiempo permite que el bicarbonato absorba la grasa y la suciedad incrustada.
  5. Retirar la pasta
    Pasado el tiempo de reposo, utiliza una esponja húmeda para retirar la mayor parte de la pasta de bicarbonato. Si es necesario, repite el proceso en las zonas más difíciles.
  6. Rociar con vinagre
    Llena un pulverizador con una mezcla de 1 parte de vinagre blanco y 3 partes de agua. Rocía el interior del horno; notarás que se forma una espuma efervescente, señal de que la reacción está eliminando los restos de suciedad y bicarbonato.
  7. Limpieza final
    Pasa un paño húmedo de microfibra para eliminar cualquier residuo de la mezcla y seca con papel de cocina o un paño seco. Aprovecha para limpiar también el exterior del horno con vinagre y un paño seco, así quedará reluciente.

Consejos adicionales

  • Si el horno está muy sucio o nunca se ha limpiado, puedes repetir el proceso o dejar la pasta actuar más tiempo.
  • Para eliminar malos olores, coloca en la bandeja del horno agua caliente con zumo de limón y deja actuar media hora antes de limpiar.
  • Realiza una limpieza rápida con vinagre después de cada uso para evitar acumulaciones de grasa y facilitar el mantenimiento.

Con este truco de limpieza no solo ahorrarás dinero y evitarás productos químicos, sino que también contribuirás al cuidado del medio ambiente y tendrás tu horno siempre listo para cocinar tus mejores recetas.