El rostro manifiesta de manera casi instantánea los efectos del estrés, la falta de sueño y la propia evolución del tiempo; las ojeras, las bolsas, las arrugas y la flacidez son signos concretos que aparecen de la mano del envejecimiento. En frente de estos signos aparece el yoga facial como un aliado natural y al alcance de cualquiera, que permite fortalecer la musculatura, activa la circulación sanguínea y estimula la producción de colágeno. No se trata de una moda, sino que se incorpora a la rutina diaria con solo diez minutos.
Yoga facial para rejuvenecer el rostro
Podríamos considerar que la importancia del yoga facial se halla precisamente en la regularidad, puesto que los resultados de sesiones cortas varias veces por semana, son más positivas que las de una práctica que sea larga, pero poco frecuente. Con solo diez minutos al día se puede conseguir la tonificación de los músculos, la mejora de la oxigenación de la piel y el freno de la flacidez; el entrenamiento facial es equiparable a cualquier otra actividad deportiva y se debe realizar con intención, precisión y continuidad.
El mejor momento para practicarlo
Cada estilo de vida establece el momento idóneo de practicar la gimnasia del rostro. Por la mañana tiene efectos vigorizante, descongestiona y prepara de la piel para el inicio del día. Por la noche libera tensiones que se han acumulado a lo largo del día en las zonas frontales y de la mandíbula, y ayuda a asimilar los cosméticos. Sea cual fuere la elección, lo importante es mantener la práctica en el tiempo para que los efectos sean visibles y duraderos.
El yoga facial y sus beneficios
Iniciar una práctica a los 20 o 30 años brinda un efecto preventivo, ya que los ejercicios conservan la elasticidad, son tonificantes para la musculatura e impiden la aparición de arrugas. Así como en el gimnasio, esta técnica ofrece a los músculos del rostro la adecuada prevención para el envejecimiento. La piel retiene su firmeza, su interpretación luminosa y está más fresca durante más años.
Recuperación en la madurez
La práctica de yoga facial puede ayudar a recuperar tono muscular, elevar las zonas caídas y suavizar las arrugas que ya son visibles a partir de los 40 años. Su práctica regular ofrece una expresión más relajada y serena que responde y mejora el aspecto. También ayuda a liberar tensiones emocionales acumuladas en la musculatura del rostro, con una postura más sugerente o asociada a una mejor conexión con las emociones.
Ejercicios esenciales del yoga facial
La apertura de la boca en forma de "O" bien apretada y mantenida durante varios segundos, da firmeza a las mejillas y alisa la piel de los labios; volver a repetir el mismo movimiento varias veces excita el músculo facial y fomenta la firmeza. El gesto es fácil de realizar e incluso se puede hacer en cualquier momento de la jornada.
Mandíbula y párpados
Si se quiere trabajar la mandíbula hay que cubrir los dientes con los labios y abrir y cerrar lentamente la boca: este movimiento consigue mejorar la definición del óvalo facial y hace disminuir la flacidez en la zona de la mandíbula inferior. En lo que se refiere a los párpados, un buen ejercicio es, por ejemplo, hacer una “V” con los dedos alrededor de los ojos y mirar entornando suavemente la mirada: este gesto entrena los músculos de los párpados, evitando las arrugas en la frente y aportando luminosidad y claridad a la mirada.
El yoga facial es una práctica para el cuidado personal que no busca la perfección, sino el bienestar; todas las persona puede acceder al cuidado de la salud de su piel, buscar recuperar la elasticidad y combatir las arrugas.
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