Seguro que más de una vez has comenzado un libro o una serie y no has podido parar en horas. Es normal y la verdad es que tiene una explicación científica. Ver una serie o leer un libro que nos gusta activa los mismos circuitos de recompensa que el amor, el juego, o el chocolate: liberamos dopamina, serotonina y oxitocina, las sustancias del placer, la calma y la empatía. Pero también adrenalina y cortisol cuando hay suspense, miedo o injusticia.
Así lo explica el doctor Gurutz Linazasoro, del Servicio de Neurología de Policlínica Gipuzkoa, quien subraya que ese placer que nos provoca que nos guste una serie o un libro implica la liberación de dopamina en los circuitos de la recompensa entre otras cosas. “Pero también se liberan serotonina y endorfinas que se asocian con la calma y el bienestar. Y oxitocina que nos lleva a empatizar con los actores y con las situaciones que estamos viendo o leyendo”, añade.
En cambio, el doctor sostiene que si el tema del libro o el guion de la serie genera malestar (injusticia, violencia, etc.), miedo o asco, entonces es cuando predomina la liberación de corticoides y de adrenalina.
Además, este experto de Policlínica Gipuzkoa resalta que hay más factores que influyen en la reacción del organismo y en la activación de las redes neuronales: “Por ejemplo, una serie de acción trepidante, una de suspense e intriga o un drama ambientado en el siglo XIX, activan distintos circuitos neuronales. En una palabra, dependiendo de la emoción que se desencadene se activan distintos núcleos, muchos de ellos situados en el circuito límbico (amígdala, ínsula, etc.). Este es el componente más inmediato y llamativo, pero en realidad la visión de una serie o la lectura de un libro activan prácticamente la totalidad del cerebro”.
De hecho, cuando conectamos con algún personaje, es porque nos identificamos con él, empatizamos o establecemos un vínculo especial, y somos capaces de ponernos en su lugar. “Esto implica la entrada en acción del sistema de neuronas espejo, distribuido por amplias zonas cerebrales, especialmente en los lóbulos frontales. Y la liberación de oxitocina, el neurotransmisor que media las relaciones de confianza y apego”, explica el doctor Gurutz Linazasoro.
Los mecanismos psicológicos que hay detrás
Pero también, Ana Belén Pistón, neuropsicóloga del Servicio de Psicología Clínica del Hospital Quirónsalud Córdoba, mantiene que la empatía, la capacidad de reconocer los sentimientos de las otras personas, actúa en la implicación con las historias, y hace que nos sintamos parte de ella y experimentemos y nos identifiquemos con los personajes.
“El cerebro reconoce esas emociones (que has sentido tú en algún momento de tu vida), lo identifica y hace que conectemos con el personaje, sintiendo la necesidad de saber el final (con la expectativa de una resolución positiva), entrando en juego el suspense que hace que nos focalicemos en ella, olvidando todo lo demás”, remarca la experta.
Además de este proceso, dice la neuropsicóloga, que entra en juego una evasión necesaria de la rutina diaria, siendo necesario “desconectar” de las preocupaciones laborales y personales. “Es por ello por lo que se recurre a una forma fácil y rápida que suele establecerse después del trabajo ‘sofá, manta y serie/libro’, donde encontramos la manera de relajarnos del estrés diario. Cuando estamos disfrutando de nuestra serie favorita nuestro cerebro produce continuamente dopamina, un neurotransmisor implicado en el refuerzo lo que nos produce una sensación de placer convirtiéndose así en una situación reforzante, responsable también de regular el estado anímico, el sueño, la memoria y la conducta”, agrega.
Es más, mantiene que se han realizado diversos estudios sobre por qué atrae a gran parte de los espectadores/lectores el contenido de suspense, de miedo y de terror, llegando a la conjunción de factores como son la propia curiosidad humana, por que sale de la normalidad, por comportamientos extremos, unido a la generación de adrenalina en una situación controlada sin riesgo real y a la práctica de un “ensayo mental”. “A través de la historia ficticia las personas practican la respuesta emocional y cognitiva ante una situación extrema, sintiéndose así con mayor capacidad de afrontamiento ante una situación real que les pueda suceder”, agrega esta neuropsicóloga.
De hecho, destaca que, al terminar el libro o una serie, se suele experimentar una sensación de pérdida, de tristeza y de vacío, dando por terminada esa felicidad y excitación que estábamos experimentado y el choque de vuelta a la realidad. “Es normal que durante algunos días vengan a nuestro pensamiento recuerdos de esa historia, a la que hemos estado vinculados y con la que hemos empatizado tanto”, apostilla.
Es por ello por lo que esta especialista del Servicio de Psicología del Hospital Quirónsalud Córdoba subraya que están más que demostrados los beneficios a nivel psicológico de leer o de ver series para nuestra salud mental, haciéndonos más productivos, generando bienestar y como agente socializador teniendo puntos en común en las interacciones con otras personas. Eso sí, advierte sobre la necesidad de llevar a cabo un consumo responsable, sin reducir tiempo a otras tareas diarias necesarias y encontrando el equilibrio con otras también beneficiosas como son salir con amigos.
¿Podemos hacernos adictos a una serie o tipo de libro?
En última instancia, preguntamos al neurólogo de Policlínica Gipuzkoa Gurutz Linazasoro si podemos hacernos adictos a un libro o a una serie que nos está gustando mucho. Recuerda aquí que los requisitos para que una sustancia, un instrumento o una actividad generen adicción es que el inicio de su efecto sea rápido, de gran intensidad, y de corta duración. “Una persona adicta es alguien que consume una sustancia o realiza una actividad a pesar de ser consciente de que le perjudica por provocar efectos adversos desagradables. Además, debería generar dependencia y tolerancia y hasta donde yo sé, casi nadie se queda leyendo un libro o viendo una serie hasta las 5 de la madrugada sabiendo que al día siguiente tiene algún compromiso”, remarca el doctor.
En su opinión, es muy difícil que una serie o un libro genere adicción, a menos que se asocie con algo que sí tenga esa capacidad (por ejemplo, pornografía, violencia, drogas, etc.) y se establezca una asociación entre ambas conductas.
“Lo que sí puede ocurrir y, de hecho, se ha descrito, es el ‘atracón de episodios’, que no es necesariamente un síntoma de adicción, sino un modo de consumo anómalo. “En muchos casos el atracón no genera problemas, pero en otros se asocia a ansiedad y otras alteraciones en la salud mental. En todo caso, podría hablarse de que el mecanismo del ‘enganche’ es la curiosidad por conocer algo que ha quedado pendiente de saber en el capítulo precedente. Esto lo saben los guionistas y expertos en marketing que hacen que cada capítulo quede inconcluso, abierto a varias posibilidades que generan curiosidad e intriga. Son los ganchos o cebos que empujan a continuar la visión de la serie o la lectura del libro”, concluye este doctor.