El verano es sinónimo de largas horas bajo el sol debido a las jornadas de playa que implican una mayor exposición a la radiación ultravioleta. Con esta premisa, las cápsulas solares se han convertido en un complemento destacado para fortalecer la protección cutánea durante el verano. Estos nutricosméticos no sustituyen a la crema solar, pero aun así se han convertido en un aliado para proteger la piel desde el interior, gracias a su mezcla de extractos vegetales, antioxidantes y vitaminas.
Qué son las cápsulas solares
Un refuerzo desde el interior
Las cápsulas solares son complementos alimenticios que ayudan a la piel a resistir la radiación solar. Su principal función será reducir el daño oxidativo que los radicales libres provocan a causa de los rayos UV. Los ingredientes más habituales son carotenoides como el betacaroteno o la luteína, polifenoles, resveratrol, extractos como el Polypodium leucotomos y vitaminas antioxidantes como la C y la E. De manera conjunta activan los mecanismos internos de reparación de la piel y disminuyen la inflamación provocada por la exposición solar.
No sustituyen la fotoprotección tópica
Aunque su efecto es positivo, estas cápsulas no actúan como una barrera frente a la radiación. De hecho, a diferencia de las cremas solares, que bloquean o filtran los rayos UV antes de que penetren en la piel, los nutricosméticos disminuyen los daños una vez que la radiación ha entrado en el organismo. Por este motivo se consideran un complemento, no una alternativa a la crema. El uso de filtros tópicos, la ropa adecuada y la búsqueda de sombra son fundamentales para obtener una protección adecuada durante el verano.
Pros y contras de las cápsulas solares
Evidencias y estudios
Ciertas publicaciones científicas han analizado la eficacia de la fotoprotección vía oral, habiéndose manifestado mejoras en algunos parámetros, como la reducción del daño oxidativo y de la inflamación provocada por la radiación UVA. Pese a esto, el nivel de evidencias halladas sigue siendo moderado, lo que no permite clasificarlas como un método principal de protección, habiendo consenso en todos los estudios acerca de proponerlas como un método complementario, sobre todo en aquellas personas de alta sensibilidad solar o con tendencia a la aparición de manchas cutáneas.
Un mito a desmontar
Un mito muy extendido es pensar que las cápsulas solares permiten tomar el sol sin tener riesgos o favorecen el bronceado. El uso de estos suplementos no acelera el color de la piel, ni garantiza la inmunidad frente a las quemaduras. Deberíamos entender sus propiedades como un escudo más que, con la ayuda de protector solar y otros hábitos responsables, ayuda a revertir los efectos de la radiación solar; es decir, un escudo adicional que complementa.
Cuándo y cómo tomar las cápsulas solares
El uso de estos suplementos será especialmente útil en personas con fotodermatosis, tendientes a melasma, signos de fotoenvejecimiento o bien después de realizar procedimientos estéticos que incrementan el riesgo de manchas. También existen formulaciones adaptadas a edades más tempranas, aunque siempre de la mano de un profesional. Para conseguir mejores resultados se recomienda iniciar su ingesta antes del comienzo de la temporada de más exposición solar y continuarla durante el verano.
Precauciones y uso responsable
En general, son bien tolerados aunque pueden provocar en algunos casos molestias gastrointestinales. Nunca debe superarse la dosis indicada por el fabricante y es recomendable consultar primero con un especialista antes de comenzar su ingesta, sobre todo si ya existían patologías previas o bien se siguen tratamientos médicos. Vale la pena elegir productos de laboratorios serios. Su uso responsable acompañado de las medidas clásicas de protección solar promoverán un verano más seguro y saludable para nuestra piel.
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