El creciente interés por los remedios naturales para mejorar la calidad del sueño y reducir los índices de estrés va en aumento. La ashwagandha, planta medicinal de uso milenario en medicina ayurvédica, se encuentra entre las alternativas más comunes y que los estudios científicos están empezando a respaldar; su popularidad se debe a su potencial para regular el equilibrio emocional, facilitar el descanso y ayudar a la recuperación del organismo en situaciones de estrés.
La planta de ashwagandha y sus propiedades
La ashwagandha, o Withania somnifera, es un arbusto perenne que puede encontrarse en regiones de África y Asia. Las propiedades activas más importantes se encuentran principalmente en su raíz, entre ellos, alcaloides, fitosteroles y withanólidos, compuestos responsables de unas propiedades terapéuticas que se han utilizado durante siglos en el ayurveda, el sistema médico tradicional de la India y una de las prácticas de salud natural más antiguas del mundo.
Una planta adaptógena
Es considerada una planta adaptógena, es decir una planta que ayuda a la adaptación del organismo contra el estrés y a la conservación del equilibrio interno; su principal efecto es la regulación del cortisol, la hormona que está directamente relacionada con la respuesta del cuerpo a la tensión. Gracias a esta propiedad es capaz de provocar en el organismo una sensación de calma y descanso, implicando una mejoría del sueño.
Cómo actúa esta planta ante el estrés y el insomnio
Regulación de los niveles de cortisol
La tensión mantenida en el tiempo o etapas específicas como la perimenopausia suelen estar relacionadas con la alteración de los niveles de cortisol, lo que altera el descanso nocturno. Consumo de ashwagandha disminuirá esta hormona, la alerta constante que soporta el organismo y el momento en el que puede relajarse. Según los estudios clínicos más recientes, el consumo de ashwagandha a regularidad puede hacer descender los niveles de cortisol de manera importante en unas pocas semanas.
Beneficios para dormir
El insomnio es quizás uno de los trastornos más frecuentes del gotero que acompaña al estrés crónico. La ashwagandha es actualmente una opción muy utilizada como apoyo natural. Las investigaciones han demostrado que logra aumentar el tiempo total de sueño, reducir el número de despertares nocturnos y propiciar un sueño de más calidad; los resultados son alentadores, pero los expertos afirman que hay que seguir investigando para poder confirmarlos a largo plazo.
Formas de administrar ashwagandha
La ashwagandha se puede encontrar en varias formas. La forma en polvo de la planta seca es la que se suele utilizar con una dosis habitual de 1-2 g, que se puede tomar de una a tres veces al día. También se pueden encontrar extractos secos de diferentes concentraciones, en cuyo caso conviene seguir siempre las instrucciones del envase, así como asesorarse con un especialista en fitoterapia, antes de consumir cualquier complemento.
Efectos adversos
La ashwagandha se considera bastante segura si se toma en dosis moderadas. El abuso de la planta en dosis elevadas puede provocar algunos síntomas digestivos como gastritis, diarrea, vómitos y cólicos abdominales, siendo muy poco la frecuencia de alteraciones hepáticas. En el caso de las mujeres embarazadas, es preferible evitar su uso; tampoco se recomienda asociar la planta con algunos ansiolíticos, a menos que se realice bajo control médico. Debe hacerse un uso consciente de la planta para extraer sus beneficios, pero sin correr ningún tipo de riesgo.
La ashwagandha se ha declinado como una de las plantas medicinales que, en los últimos años, ha despertado un mayor interés debido a sus propiedades para mejorar el sueño y minimizar el impacto del estrés en la vida cotidiana. Los estudios científicos todavía continúan para fortalecer aún más sus efectos; sin embargo, la popularidad de la planta crece en buena parte de toda la población que busca alternativas naturales para adaptarse al acelerado ritmo de vida de la sociedad moderna.
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