Cepillarse los dientes es un gesto cotidiano, pero el momento concreto es clave para mantener la boca sana y para proteger el esmalte. Los hábitos de la mañana influyen directamente en la salud bucal, y aunque una gran parte de las personas cree que el cepillado se tiene que realizar después de haber comido, los datos evidencian que si el lavado se hace antes del desayuno, los dientes están mejor protegidos frente a los ácidos y las bacterias que se producen durante la noche.
Cepillarse los dientes antes del desayuno
Por la noche, las bacterias se multiplican en la boca formando una capa de placa que desmineraliza el esmalte dental. Cepillarse los dientes antes de desayunar elimina dicha película bacteriana y mejora la protección del flúor aportado por la pasta de dientes. Si se come sin haberse lavado antes, los ácidos que contiene el desayuno se incrustan a la placa y erosionan más rápidamente la superficie del diente.
Evitar el desgaste del esmalte
En el momento que los alimentos ácidos se adhieren al esmalte, este sufre un ablandamiento transitorio. Si el cepillado se lleva a cabo justo después, el roce de las cerdas podría eliminar parte del esmalte, lo que a su vez provoca una mayor sensibilidad del diente y el riesgo de tener caries. La mejor opción es cepillarse los dientes antes de comer, o si se hace después de la ingesta, es conveniente esperar un tiempo, al menos unos 30 minutos, ya que eso permite que el pH de la mucosa oral se restablezca. Un enjuagado con agua simple, después del desayuno, podría ser un primer paso para la neutralización de los ácidos y para reducir al mismo tiempo el riesgo de erosionar el esmalte.
Cuidar los dientes de forma eficaz
La calidad del cepillado es más importante que la frecuencia: es preferible pasar el cepillo de dientes con movimientos suaves, circulares, cubriendo todas las caras del diente, que hacerlo con mucha fuerza y en poca cantidad de tiempo. Cepillar los dientes durante un mínimo de dos minutos asegura en cuidado dental y de encías.
Hilo dental o cepillos interdentales
A la hora de realizar la higiene oral no podemos olvidar que el cepillo de dientes tradicional es incapaz de alcanzar los espacios interdentales donde se acumula una gran cantidad de placa bacteriana. Utilizar hilo dental o cepillos interdentales de goma nos ayudará a eliminar los restos de comida y a evitar la inflamación gingival; este paso debemos incluirlo, al menos, una vez al día y preferentemente por la noche como complemento al cepillado, y así mejoraremos nuestras encías.
Mantener los dientes sanos
Escupir la pasta de dientes pero no enjuagarse permite que el flúor esté un periodo de tiempo superior en la cavidad bucal y así refuerce la protección del esmalte. Enjuagarse la boca con agua o colutorio justo después del cepillado elimina parte de su efecto. Mantener esa fina capa de flúor ayudará a prevenir la caries y a mantener una mayor fortaleza de los dientes.
Pasta con flúor
Las marcas o precios no proporcionan un criterio para medir la eficacia de una pasta de dientes, ya que esto no influye. Lo realmente importante es que contenga flúor, el ingrediente que ofrece la mejor defensa del esmalte y disminuye la aparición de caries. Por muy modesta que sea una pasta que lo contenga, nos permitirá obtener los mismos resultados que una pasta dentífrica de ciertas marcas de prestigio. La constancia y la técnica de cepillado son, una vez más, los verdaderos secretos para una sonrisa sana.
Cepillarse los dientes antes de desayunar no es sólo un consejo, sino que se trata de la práctica que permite proteger el esmalte, prevenir la sensibilidad y conservar la salud de la boca a largo plazo.
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