En pleno proceso de la venta de Popular, dos de los candidatos con más opciones para hacerse con la entidad, Santander y BBVA, hacen sus números para analizar si una posible operación tiene sentido. Entretanto, las valoraciones en bolsa que los brókeres de ambos grupos hacen sobre Popular difieren significativamente.

Santander otorga a los títulos de la entidad que preside Emilio Saracho un precio objetivo de 1,17 euros, mientras BBVA considera que debería situarse en 60 céntimos de euro, casi la mitad. Es decir, según el precio de cierre de mercado de ayer de 0,69 euros, el valor tiene un potencial de revalorización en el parqué de casi el 70% para los analistas de Santander. Por el contrario, los expertos de BBVA consideran que las acciones de Popular cotizan por encima del precio teórico.

Santander exige, si compra un banco, que el retorno sobre la inversión supere al coste de capital del 9%

El consenso de FactSet, elaborado a partir de las opiniones de más de una veintena de firmas de inversión que analiza Popular, sitúa el precio justo de los títulos del sexto banco español en 84 céntimos de euro. Es decir, Santander espera que las acciones de su competidor suban un 40% por encima de lo que augura el mercado, mientras que BBVA es más crítico con la futura evolución de Popular en bolsa que el conjunto de analistas.

José Antonio Álvarez, consejero delegado de Santander, reconoció recientemente que está abierto a protagonizar una operación corporativa si se cumplen ciertos criterios. “Nuestra política es clara. Si hay oportunidad la analizamos y, si cumple ciertos parámetros financieros, haremos una oferta o no”, señaló el número dos del banco, en el marco de la presentación de resultados del primer trimestre.

BBVA rebajaría su alta dependencia de las hipotecas, si se hiciese con Popular

Álvarez detalló que las condiciones que exige para interesarse por cualquier tipo de negocio es que “el retorno sobre la inversión supere al coste de capital que tenemos del 9%. Pedimos retornos de entre el 14% y 16% y que sea positivo para beneficio por acción (BPA) a tres años”.

Más allá del hipotético interés que Santander pudiese tener en la compra de Popular, en una nota emitida por los expertos del banco sobre el grupo en venta  la semana pasada, consideran que “una fusión Bankia-Popular tendría un sentido estratégico completo”. La absorción de Popular por parte de Bankia es la alternativa que defiende el Gobierno, mientras que Bruselas prefiere que sean Santander o BBVA quienes lo adquieran.

En la citada nota, los analistas de Santander estiman que los beneficios por acción de Bankia podrían elevarse hasta un 65% si adquiere Popular a los precios actuales de mercado (la capitalización de Popular se sitúa a día de hoy al borde los 3.000 euros) o un 50% si pagara entre un euro o 1,15 euros por los títulos del banco que dirige Emilio Saracho, lo que implicaría pagar entre un 42% y 65% de prima respecto a la cotización actual. Esto elevaría la valoración de Popular a un máximo de 4.826 millones de euros, unas cifras que superan incluso los objetivos de la dirección del banco, que confían en captar cerca de 4.000 millones.

Bankia es la favorita del Gobierno para comprar Popular; Bruselas prefiere que Santander o BBVA digieran el banco

En función del precio de la operación, los analistas de Santander calculan que Bankia tendría que ampliar capital entre 2.500 y 4.300 millones. Un esfuerzo que bien podría valer la pena, dado que “la institución fusionada tendría un argumento de inversión aún más atractivo, que haría más fácil la venta de la participación del gobierno”.

Por su parte, BBVA ha mantenido un papel discreto en la puja que se ha abierto por Popular durante los últimos días -Santander y Bankia sí han realizado ofertas no vinculantes- para evitar intensificar una guerra de precios. Aun así, fuentes cercanas a la entidad aseguran que Francisco González no ha perdido el interés. La compra de la entidad le permitiría rebajar su alta dependencia de las hipotecas residenciales y reequilibrar su estructura regional, actualmente demasiado centrada en México y Turquía.