Hamás ha aceptado este viernes la propuesta de alto el fuego en la Franja de Gaza lanzada a principios de esta semana por el presidente estadounidense Donald Trump con la mediación de Qatar y Egipto, en mitad de la intensificación de los bombardeos israelíes sobre el enclave palestino. La tregua contaría con el beneplácito del Gobierno israelí aunque su ala más ultraderechista se ha mostrado en contra y amenaza con abandonar el Ejecutivo si se lleva a cabo.

Fuentes próximas al movimiento islamista palestino citadas por el canal qatarí Al Arabi aseguran que Hamás ha dado una respuesta positiva a los mediadores a partir del borrador del acuerdo de tregua, lo que inicialmente allana el camino hacia un alto el fuego sobre el que Netanyahu ha sido calculadamente ambiguo durante la última semana. La operación militar israelí que ha devastado la Franja se ha cobrado la vida de más de 57.000 palestinos y dejado secuelas a decenas de miles.

El grupo pide modificaciones mínimas

La aceptación de Hamás, no obstante, tiene cierta letra pequeña. Ha solicitado algunas modificaciones menores en la redacción del documento. El ministro de Asuntos Estratégicos de Israel, Ron Dermer, aprobó el borrador durante su visita a Washington esta semana.

El borrador enviado a Hamás incluye la liberación de diez rehenes vivos en dos fases, a cambio de un alto el fuego de 60 días y la liberación de prisioneros palestinos. Ocho rehenes vivos serán liberados el primer día del alto el fuego y otros dos el día 50. Según el documento, cinco cadáveres de rehenes serán devueltos el séptimo día, otros cinco el día 30 y los ocho últimos el día 60.

El plan incluye una primera fase de cese al fuego y liberación de rehenes israelíes a cambio de prisioneros palestinos, seguida por negociaciones hacia una solución más duradera, apenas semana y media después de la tregua pactada por Israel e Irán.

“Mis representantes han mantenido hoy una larga y productiva reunión con los israelíes sobre Gaza. Israel ha aceptado las condiciones necesarias para finalizar el alto el fuego de 60 días, durante el cual trabajaremos con todas las partes para poner fin a la guerra”, señaló Trump en Truth Social a principios de esta semana tras una reunión en la Casa Blanca entre altos funcionarios estadounidenses y el ministro de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, el principal aliado del primer ministro Benjamin Netanyahu.

Este jueves Trump volvió a insistir en que quiere "seguridad" para la población de Gaza, mientras se prepara para recibir a Netanyahu la próxima semana en Washington. La posición, no obstante, es similar a la que enfrentó su predecesor, el presidente estadounidense Joe Biden, y su actual enviado a Oriente Medio, Steve Witkoff. Hamás ha exigido durante meses un acuerdo que incluya garantías sobre el fin permanente de las hostilidades y la garantía de que Israel no reanudará los combates tras el fin de la tregua temporal.

Protesta de las familias de los rehenes frente a la embajada estadounidense en Tel Aviv.

Amenaza de hacer descarrilar el plan

Mientras tanto, la situación sobre el terreno continúa deteriorándose. Los ataques firmados este viernes por Israel han matado a al menos 138 palestinos en una nueva jornada sangrienta en la Franja de Gaza, en mitad del colapso total de los hospitales y la falta de alimentos.

A nivel político, la propuesta de alto el fuego ha desatado una tormenta en el gobierno de coalición israelí. Ministros clave del ala ultraderechista, como Itamar Ben-Gvir (Seguridad Nacional) y Bezalel Smotrich (Finanzas), han rechazado públicamente el acuerdo. Ben-Gvir instó a continuar la operación militar hasta la “aniquilación total” de Hamas y ha amenazado con abandonar la coalición si Netanyahu lo implementa. Smotrich calificó la propuesta de “peligrosa” y “una rendición ante el terrorismo”.

En contraste, sectores más moderados del gabinete ven la tregua como una oportunidad para liberar a los rehenes israelíes aún en manos de Hamás y aliviar la presión internacional. Netanyahu, presionado tanto por los familiares de los rehenes como por Estados Unidos, se ha limitado a decir que “cualquier acuerdo será implementado solo si permite alcanzar los objetivos de guerra”.