En los meses más cálidos del año, la exposición prolongada al sol combinada con una elevada temperatura puede acarrear efectos nocivos para la salud, sobre todo cuando la exposición se hace en el contexto de la práctica de alguna actividad física. En esta circunstancia, conviene distinguir un simple dolor muscular por el ejercicio de un golpe de calor, siendo las consecuencias de un golpe de calor especialmente graves. Saber distinguir bien los síntomas permite, en la medida de lo posible, ayudar a atender el problema de forma temprana y evitar complicaciones.
Síntomas del golpe de calor
El golpe de calor es el aumento de la temperatura corporal central por encima de los 40 °C que cursa con alteraciones neurológicas (confusión, convulsiones o pérdida del conocimiento). La fiebre alta y los cambios en el estado mental son un signo de alerta, los cuales no aparecen en un dolor muscular como el que ya hemos descrito. Este cuadro clínico requiere atención médica urgente, ya que refleja una alteración en la función del sistema nervioso central.
Calambres extenuantes con sudoración profusa
Estos episodios van seguidos de una pérdida de minerales y líquidos. Los espasmos o calambres musculares son dolorosos y pueden involucrar piernas, brazos o abdomen, en el contexto de una sudoración abundante y durante la actividad física o poco después de ejercicios en zonas muy cálidas. Y aunque son dolorosos no producen fiebre, ni tampoco alteraciones mentales, pero su aparición sigue siendo representativa de un agotamiento por calor y puede intensificarse.
Diferenciar un dolor muscular y golpe de calor
El dolor muscular por ejercicio, conocido también como agujetas, aparece entre las 24 y las 72 h después de haber realizado actividad física intensa o una actividad física a la que no estamos habituados. Este tipo de dolor muscular es difuso, sin espasmos, así como tampoco se relaciona de manera directa con la exposición al calor, y tampoco produce síntomas sistémicos (fiebre, desorientación, etc.); se trata de una respuesta fisiológica esperada tras el esfuerzo muscular, sobre todo en las personas no expuestas a la práctica del ejercicio físico.
Dolor muscular por deshidratación leve
En climas calurosos, es habitual una dolencia muscular generalizada por deshidratación leve, la cual no conlleva espasmos ni fiebre, sino que se manifiesta tras una actividad física y normalmente está relacionada con una pérdida moderada de líquidos y de electrólitos. Este punto se puede diferenciar del golpe de calor, el cual de por sí no comporta disfunción neurológica. Pero al contrario que el golpe de calor, el dolor por deshidratación leve puede resolverse rápida y espontáneamente con el reposo, la hidratación adecuada y la reposición de sales minerales.
Riesgos del golpe de calor para músculos y órganos
Si una persona alcanza altas temperaturas y se deshidrata durante mucho tiempo, puede activarse un proceso denominado rabdomiólisis. La destrucción de las fibras musculares hace que su contenido pase a la sangre. Lo que esto genera es una pérdida de fuerza, dolor muy intenso y, en ocasiones, insuficiencia renal en los enfermos que sufren este cuadro. La rabdomiólisis se asocia a un aumento importante de la temperatura, salida de calcio intracelular y alteración severa del equilibrio de los electrolitos.
Población vulnerable ante temperaturas extremas
Las personas que tienen más probabilidades de presentar complicaciones musculares o golpe de calor son los ancianos y los niños, personas con enfermedades crónicas (diabetes, enfermedades cardiovasculares o enfermedad renal crónica), personas que se toman medicaciones que alteran la termorregulación. Los trabajadores al aire libre, los deportistas y las personas que no se aclimatan al calor, además, tienen los mismos riesgos. Realizar ejercicio intenso entre las 12:00 y 16:00 horas hace que este riesgo aumente notablemente.
Por tanto, no saber reconocer las señalas que permiten diferenciar entre un simple dolor muscular o el de un golpe de calor puede significar el paso de una rápida recuperación a situaciones médicas urgentes. Durante el verano, beber agua, no luchar contra el calor durante las horas de más calor y saber conocer las señalas de alarma se hace primordial.
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